Berlusconi prohí­be los restaurantes étnicos en los cascos históricos

Berlusconi y la xenofobia gastronómica

Lucca es otra de las grandes joyas de la Toscana italiana. Fundada en tiempos remotos por los etruscos, fue durante más de 500 años una ciudad-estado independiente, hasta que en el siglo XIX se incorporó al recién nacido estado italiano. Lucca conserva sus murallas renacentistas intactas, que rodean todo el casco antiguo de la ciudad y le dan un aire muy romántico. Pero desde el 22 de enero habrá menos o nada de hablar de rollitos de primavera, ni hablar de pollo al curry, abajo con los kebabs, el cous cous, ni llasa de carne, ni chebullen de pescado, ni…

"No se ermite la actividad de ejercicios de suministración hostelera cuya actividad sea atribuible a distintas étnias", así reza la ordenanza del ayuntamiento de Lucca.“Es una ordenanza discriminatoria", denuncian desde el Partido Demócrata (PD), el principal grupo de la oposición. "Y la referencia a las étnias es absolutamente desafortunada. ¿Significa que está bien que abra un restaurante de cocina francesa o alemana, porque pertenecen a nuestra misma cultura, y no un indio, un chino o un árabe?", arguye Alessandro Tambellini, consejero municipal del PD en Lucca. Una cosa es la defensa de la calidad y otra la discriminación", señaló Paolo Cocchi, consejero regional de comercio La Junta municipal de Lucca (donde gobierna el Partido de la Libertad, la formación de centro-derecha que lidera Silvio Berlusconi) con el argumento de es "necesario salvaguardar la tradición culinaria" de Lucca, ha decidido prohibir por ley que en su centro histórico se abran restaurantes de los llamados ‘étnicos’. El objetivo del PL es mantener los cuatro kilómetros cuadrados de su espléndido centro histórico "puros" y libres de restaurantes chinos, indios, magrebíes, japoneses. El reglamento aprobado afecta a bares y restaurantes, en el que además se especifica que,” al menos uno de los platos del menú deberá ser típico de Lucca y preparado exclusivamente con productos de la provincia”. Nos podían hacer pensar que es una política proteccionista para los productos nacionales, pero, se ha enfrentado a acusaciones de "racismo culinario". El partido de Berlusconi esta centrándose en los extranjeros, inmigrantes, quizá para despistar la atención sobre el verdadero problema, la crisis. Parece que utiliza a los extranjeros e inmigrantes como chivos expiatorios. Con estas y otras medidas de un marcado sesgo xenófobo, como la ley que impide manifestaciones de musulmanes delante de las iglesias, la indignante situación en Lampedusa o la persecución de los gitanos rumanos, el gobierno de Berlusconi está sacudiendo las conciencias de sectores cada vez más amplios de la ciudadanía italiana, que ve como en tiempos de crisis el gobierno se ceba con los trabajadores inmigrantes.

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