Berlí­n no tiene prisa en ayudar a Grecia

«La tercera oleada de medidas tomadas por Georges Papandreu, por 4.800 millones de euros, es por otra parte importante. Ella muestra, por su amplitud, que las autoridades de Atenas se han plegado ante las exigencias de sus socios de la zona euro. Entre la subida de impuestos a los carburantes y del IV, la rebaja de los salarios de los funcionarios y la congelación de las pensiones, el cóctel está sazonado.» (LES ECHOS)

THE WALL STREET JOURNAL.- Los nuevos recortes resupuestarios y aumentos de impuestos tienen el objetivo de reducir el creciente déficit fiscal del país en 4.800 millones de euros, o en torno al 2% de su Producto Interno Bruto. El anuncio llega después de las presiones por parte de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, que la semana pasada dijo que las medidas anunciadas previamente por Grecia no eran lo suficientemente rigurosas Francia. Les Echos La opción europea de Grecia El nuevo plan de austeridad presentado ayer por la mañana por Grecia ha eclipsado de lejos la presentación a la misma hora, por José Manuel Barrosos, de la Agenda 2020 de la Comisión de Bruselas. Esto no tiene nada de extraño; se trata en un caso de decisiones bien reales y en el otro de simples objetivos fijados a la Unión. El desajuste es todavía mayor puesto que los segundos corren el riesgo de conocer la misma suerte que sus grandes hermanos grabados en mármol hace diez años: convertidos, desgraciadamente, en letra muerta. ¿Un ejemplo? Los gastos en I+D deberían de haber pasado del 1,8 al 3% del PIB desde el año 2000, pero están parados en el…1,9%. La tercera oleada de medidas tomadas por Georges Papandreu, por 4.800 millones de euros, es por otra parte importante. Ella muestra, por su amplitud, que las autoridades de Atenas se han plegado ante las exigencias de sus socios de la zona euro. Entre la subida de impuestos a los carburantes y del IV, la rebaja de los salarios de los funcionarios y la congelación de las pensiones, el cóctel está sazonado. Grecia esta haciendo asimismo, salvando todas las distancias, una opción comparable a la de Francia en 1983. Siguiendo, sobre todo, el camino que le proponen como modelo desde hace un año el Banco Central Europeo y las grandes capitales: el mismo camino de Irlanda, que ha llegado a rebajar hasta un 15% el salario de los funcionarios públicos, y donde las remuneraciones del sector privado siguen el mismo camino. Es el precio lógico a pagar, en primer lugar, por haberse endeudado en un abrir y cerrar de ojos aprovechándose de las bajas tasas de interés, inmediatamente después por haber hecho trampas con las cuentas. Todo el asunto es saber hasta qué punto la cuerda puede estirarse sin romperla. En el plano social, pero también, en período de crisis, en el económico. No es suficiente con tranquilizar a los mercados. Los dirigentes de la zona euro, ahora que han llegado –hábilmente– al máximo posible en su pulso con Atenas para obtener garantías, no deberían vacilar en enviar signos de apoyo concretos a ese gobierno que está asumiendo elevados riesgos. La paradoja inaudita es que la Unión ha ayudado, con el FMI, a Hungría, Letonia y Rumanía concediéndoles créditos, pero no puede hacer nada directamente con Grecia porque los tratados se lo prohíben. Desde hace muchas semanas, las cancillerías preparan sin embargo sofisticados planes “por si acaso”. Ahora es tiempo de ir más lejos. En esto, evidentemente, es Berlín quien tiene todas las cartas en la mano. Alemania debe comprender que echar una mano a Atenas es el precio a pagar por garantizar el futuro del euro. Un euro que, incluso para ella, no tiene precio. LES ECHOS. 4-3-2010 EEUU. The Wall Street Journal Grecia pide ayuda a la UE; Alemania no tiene prisa El gobierno griego adoptó el miércoles nuevas medidas de austeridad que fueron bien recibidas por los países de la zona euro y los mercados financieros europeos, aunque con escepticismo por parte de los propios griegos. Los nuevos recortes presupuestarios y aumentos de impuestos tienen el objetivo de reducir el creciente déficit fiscal del país en 4.800 millones de euros (US$6.530 millones), o en torno al 2% de su Producto Interno Bruto. El anuncio llega después de las presiones por parte de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, que la semana pasada dijo que las medidas anunciadas previamente por Grecia no eran lo suficientemente rigurosas. El nuevo plan incluye un aumento de dos puntos porcentuales del impuesto sobre el valor agregado, impuestos especiales al tabaco y la gasolina, la congelación durante un año de las pensiones de los funcionarios públicos y una reducción de 30% de las bonificaciones que los funcionarios reciben tradicionalmente dos veces al año. El apoyo público que ha recibido el primer ministro, George Papandreou, es fuerte, pese a las recientes huelgas organizadas por los sindicatos, según encuestas llevadas a cabo antes del anuncio del miércoles. Un sondeo publicado en el periódico Ta Nea durante el fin de semana reveló que 52% de los griegos consideraba "efectivo" el manejo del gobierno de la crisis económica. Sin embargo, gran parte de este apoyo por parte de los atenienses llega a regañadientes, en una combinación de miedo a sufrir más apuros financieros y su enojo con la clase política por haber gestionado tan mal el país durante tanto tiempo. "Si tengo que apretarme más el cinturón, al menos quiero ver cómo algunas de estas personas que robaron dinero del Estado acaban en la cárcel", dijo Andreas Papavasiliou, un jubilado de 68 años. Tras las promesas… Una vez hechas las promesas, ahora Grecia quiere que Europa la ayude financieramente, aunque eso es poco probable, por ahora. Cuando Papandreou se reúna el viernes en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel, argumentará que ha cumplido con su parte, aseguran representantes del gobierno griego. Ahora sería el turno de Europa de demostrar que no dejará a Grecia a la merced de los mercados financieros. "De forma justificada, esperamos ahora la solidaridad de la UE", dijo Papandreou en la televisión el miércoles. Sin embargo, Merkel no tiene la misma urgencia, y apenas empieza a preparar a los legisladores alemanes y a la opinión pública del país ante la posibilidad de tener que arriesgar el dinero de los contribuyentes para rescatar a la alicaída Grecia. Una cesación de pagos griega podría traducirse en un éxodo masivo de capital de otros países europeos endeudados, como España, lo que podría dañar gravemente los mercados de exportación alemanes. Con todo, el cálculo que prevalece en Berlín es que la crisis en la zona euro aún no es lo suficientemente grave. Hay pocas señales de que los problemas de Grecia estén afectando la capacidad de otros países del bloque de pedir dinero prestado. Además, Alemania no cree que las necesidades de financiación de Grecia sean tan desesperadas. Eso significa que es muy poco probable que Berlín intervenga en el mediano plazo, incluso si la emisión de nuevos bonos soberanos que planea Atenas para los próximos días fracasa, según fuentes cercanas. Grecia espera recaudar hasta US$6.770 millones con la emisión. "Sólo podemos justificar un rescate si se trata de proteger a Alemania, no a Grecia", dijo un asistente de Merkel. Grecia se encuentra bajo una enorme presión por parte de los mercados y de sus socios europeos para reducir su déficit fiscal, que el año pasado alcanzó el 12,7% de su PIB. El anuncio de este miércoles llega en un momento en el que el gobierno griego trata de reducir la brecha presupuestaria en cuatro puntos porcentuales este año y encajarla dentro del límite del 3% del PIB impuesto por la UE para 2012. Para ello, Grecia necesita recaudar unos 23.000 millones de euros en abril y mayo para afrontar los pagos que se le avecinan. Representantes del gobierno de Grecia dicen que eso o es imposible o vendría acompañado de tasas de interés prohibitivas, lo que dificultaría aún más su empeño de controlar sus finanzas. A menos que Europa le dé una mano. El apoyo de Alemania es crucial en el contexto de cualquier rescate dentro de la zona euro dado que es el país más grande y económicamente más fuerte del bloque. Francia, que en algunas ocasiones se ha mostrado más abierta a ayudar a Grecia con rapidez, ha dicho que no aprobará ningún paquete de rescate si Alemania no está de acuerdo. THE WALL STREET JOURNAL. 4-3-2010

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