Cuando el presidente de la Reserva Federal calificó la recuperación de la economía estadounidense como «frágil», y dejó en claro que el banco central no tiene ningún apuro en abandonar su postura monetaria expansiva, estaba siendo correctamente cauteloso.
Sin embargo, sus palabras deben haber caído como un balde de agua fría en Berlín.
La cautela de Ben Bernanke significa que el euro, que ya se ha apreciado a su nivel más alto en un año, podría fortalecerse aún más hasta un punto que Alemania no necesita.
Como muchos temían, la crisis de deuda de la eurozona, que ya se prolonga por cuatro años, finalmente está teniendo consecuencias en la economía más fuerte de la región. Nuevos datos del Producto Interno Bruto mostraron que Alemania se contrajo 0,5% en último trimestre de 2012. La cifra fue incluso superior al 0,3% o 0,4% que esperaba el mercado, y sugiere que el país está sufriendo tanto por el crecimiento más lento de las exportaciones como por una caída de las inversiones.
Pero, ¿qué tiene que ver Bernanke con todo esto?
Sus comentarios esencialmente confirmaron que la Fed mantendrá su política de relajamiento cuantitativo al menos hasta fines de 2013. Esto pone al banco central estadounidense en línea con el Banco de Inglaterra y con el Banco de Japón, los que también continúan expandiendo sus balances.
El Banco Central Europeo camina en otra dirección.
La semana pasada, su presidente, Mario Draghi, señaló que por ahora la política expansiva de la entidad había finalizado, lo que deja al BCE como la nota discordante y al euro en riesgo de una mayor apreciación.
Greg Anderson, estratega de divisas de Citigroup, lo explicó de la siguiente manera. «Los programas de expansión del balance (del BCE) fueron diseñados para resolver la crisis financiera, no la desaceleración económica o la inaceptablemente baja inflación. Con eso en mente, el balance del BCE no se está expandiendo en línea con otros bancos del G4 (…) Si el BCE no reacciona, corre el riesgo de ver un repunte del euro/dólar este año».
Mientras el euro podría atraer respaldo debido a que los diferenciales de rendimientos están a su favor, el dólar podría comenzar a caer bajo una mayor presión de venta debido a la política en Estados Unidos.
Como reconoció Bernanke en sus comentarios del lunes, Estados Unidos aún está asediado por las preocupaciones del abismo fiscal.
Aunque sigue firme el debate dentro del Congreso estadounidense sobre cómo evitar la automática restricción fiscal, el gobierno ahora enfrenta un tema aún más urgente, alcanzar un acuerdo sobre el límite de endeudamiento.
En Commerzbank,el estratega de divisas Ulrich Leuchtmann advirtió sobre los riesgos en torno al debate sobre el límite de endeudamiento.
«Hay mucho más en juego ahora: la funcionalidad del sistema político de Estados Unidos. Si el Congreso de Estados Unidos no es capaz de formular una política fiscal consistente, ¿cómo van a convencer a los inversionistas mundiales de que serán capaces de generar nuevamente una política fiscal prudente en algún momento?»
Por el momento, el euro se mantiene relativamente estable, apenas por debajo de su reciente máximo de US$1,3404.
No obstante, la moneda única podría fácilmente verse abruptamente impulsada al alza una vez más, especialmente si los datos económicos de Estados Unidos siguen siendo mixtos y la cautela de Bernanke sobre preservar una política monetaria flexible parece aún más justificada.