Arquitectura: 90 aniversario de la vanguardista escuela alemana

Bauhaus: Cumbre de un proyecto nacional

La Bauhaus no solo fue la escuela de arte más importante del siglo XX, además fue la cumbre artí­stico-educativa del proyecto nacional alemán para convertirse en una potencia mundial. Tras la unificación germana en 1871, la clase dirigente lleva a cabo un ambicioso programa de desarrollo global, abarcando todas las ramas: desde la económica, militar y polí­tica hasta la cultural. En el noventa aniversario de su fundación, la escuela vanguardista sigue destacando como el punto más elevado de dicho plan en el ámbito del arte y la enseñanza.

A finales del siglo XIX la nueva Alemania retendía ser vanguardia del arte. En menos de 50 años lo habría conseguido. Su proyecto promovía el ejercicio artístico nacional e internacional, abriendo el país a ideas y tendencias extranjeras. Los numerosos mecenas que apostaron por el objetivo fueron tanto aristócratas como grandes empresarios industriales. Con el salto económico del país se genera el Werkbund. Asociación mixta de arquitectos, artistas e industriales, precursora de la Bauhaus. Más que un movimiento artístico, era una acción sufragada por el estado para integrar los oficios tradicionales con las técnicas industriales de producción en masa a fin de poner a Alemania en un lugar competitivo con otras potencias tales como Gran Bretaña o los Estados Unidos. Esta asociación contenía artistas de corrientes muy distintas, que frente a la actual apisonadora del pensamiento único, era un enriquecedor choque de multiples opiniones opuestas. Además daba cabida tanto a arquitectos en la cumbre de la fama como a principiantes. La antesala del expresionismo y el racionalismo se pudo ver en la Exposición del “Deutscher Werkbund” en 1914, donde brillaron con luz propia el pabellón del vidrio de Bruno Taut y el edificio de oficinas de Walter Gropius, posteriormente director de la Bauhaus. Pese al empobrecimiento posterior a la derrota en la guerra y la gran inflación, Alemania continúa con su proyecto global y, en consecuencia, con el artístico. El Wekbund construye la colonia de Weissenhof en 1927, una exposición para el encuentro del arte y la industria de la construcción, basada en el desarrollo de una urbanización experimental. Con propuestas que se siguen estudiando hoy en día en las escuelas de arquitectura por su alto valor arquitectónico y su vigencia ante la problemática actual. Unos años antes (1919), se funda la Bauhaus. Trasladando los principios del arte contemporáneo al campo de la educación, la escuela alemana concentra y aúna las tendencias más vanguardistas tratando de fundir arte e industria, arte y vida cotidiana. Varios de los artistas de mayor renombre de la época fueron profesores del centro: Kandisky, Klee, Gropius, Mies van der Rohe… En el ámbito de la enseñanza, logra mayores éxitos que cualquier otra institución hasta la actualidad. La perspectiva que da casi un siglo de historia, eleva la importancia que tuvo la Bauhaus. Más aun, si la entendemos como la cumbre artístico-educativa de uno de los proyectos nacionales más ambiciosos del siglo: el alemán. Que aunque posteriormente mutó en las formas (y acabó cerrando la escuela), no lo hizo en su fin por convertirse en una potencia mundial.

Deja una respuesta