SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Bankia, Goirigolzarri y el ministro De Guindos

No es precisamente una reforma constitucional urgente lo que necesita España, como pretende el líder del PSOE Pedro Sánchez y menos aún para hacer concesiones al nacionalismo independentista catalán como premio o pago de su continuada violación de la legalidad y su abandono del marco constitucional.

Lo que necesita España, en el momento actual, es un gran acuerdo en favor de la recuperación económica y del empleo y contra la corrupción. Pero la cercanía del año electoral de 2015, y la falta de diálogo entre PP y PSOE impiden estos acuerdos de Estado que para algunos observadores serían el preámbulo de la ‘gran coalición’ de gobierno entre los primeros partidos nacionales, lo que promueven destacados actores económicos del país.

Sin embargo, lejos de acercarnos a esa necesaria e idílica estabilidad los acontecimientos que se derivan de la actualidad española y europea nos ofrecen un panorama cada vez más inquietante. Lo hemos visto a raíz de las últimas indagaciones sobre el caso Bankia elaboradas por peritos del Banco de España que asisten al juez Andreu en la investigación del caso.

De ellas se desprende que Rodrigo Rato y su equipo de gestión en Bankia hicieron una salida a Bolsa fraudulenta porque las cuentas que ofrecieron sobre el Estado de la entidad en 2011 eran falsas, manipuladas y dieron pie al engaño de los inversores y ahí incluidas las víctimas de ‘las preferentes’.

En el mismo informe se señala que en las cuentas de Bankia del año 2012, ya con Jose Ignacio Goirigolzarri como presidente de Bankia intervenida, también se encontraron irregularidades contables que no decían la verdad.

Unos datos todos ellos muy reveladores -y ahí incluidos los relativos a las ‘tarjetas negras’- que anuncian a Rato un tormentoso proceso judicial que tendrá muy graves consecuencias para el exvicepresidente del Gobierno de Aznar y exdirector del FMI. Y que dejan en mal lugar al presidente actual de Bankia, Goirigolzarri, propuesto por el ministro Luis De Guindos, el que también fue colaborador de Rato en los gobiernos de Aznar, y el que no ha cuidado como debió la crisis de Bankia que, en su renacer, daña la imagen de España en los mercados y la UE y las pretensiones de De Guindos para presidir el Eurogrupo.

Un ministro el de Economía, Luis De Guindos, marcado por la soberbia -y eso que fue delegado de Lehman Brothers en España antes de la quiebra-, que desprecia a los periodistas y que se esconde detrás de la UE cada vez que mantiene sus habituales enfrentamientos con su compañero Cristobal Montoro con el que se lleva peor que mal. El mismo Luis De Guindos que protege a su Secretario de Estado y de Comercio García-Legaz, el padrino del ‘pequeño Nicolás’ (al que le ha presentado querella el CNI) y al que la Comisión Europea y el máximo responsable del BCE Mario Draghi le han desmentido sus cifras sobre la recuperación económica española, rebajando de paso las expectativas de la UE para 2014 y 2015, otra mala noticia para nuestro país.

Lo de Rato en Bankia, así como lo de Blesa, se veía venir e irá a más a nada que afloren ‘créditos blandos’ y contratos de Caja Madrid y Bankia a amigos, familiares y políticos (Banca Lazard y Castellanos incluidos). Pero la presunta manipulada contabilidad de Goirigolzarri -persona que parecía un excelente gestor- en el año 2012, y que él imputa a la herencia recibida de Rato, nos parece un asunto bastante grave que, de continuar inmerso en el procedimiento penal, dañaría a la entidad –que el jueves perdió casi un 6% en Bolsa- e incluso le podría costar el puesto a su actual presidente.

Goirigolzarri, he aquí otro protagonista del momento con unas pésimas relaciones con los medios de comunicación. El mismo que, en pasados días y desde la presidencia de un banco nacionalizado y rescatado con ¡23.000 millones de euros! como es Bankia, se permitía dar lecciones de política sobre la oportunidad de una gran coalición PP-PSOE, lo que no es propio de su posición al frente de la inefable Bankia.

Y lo que le consiente su amigo De Guindos. Un ministro que debería salir del Gobierno lo más pronto posible, antes incluso de que se le presente la ocasión de presidir el Eurogrupo lo que ya se verá si lo consigue, porque su trayectoria no ofrece confianza ni en España ni en la UE. Salvo que cambie sus modales y su gabinete de prensa quizás incorporando a su equipo a ese gran comunicador que parece ser el ‘pequeño Nicolás’, personaje que le merece tanta confianza al secretario de Estado de Comercio García-Legaz.

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