Todo el debate energético en España parece dirimirse en exclusiva en torno a la conveniencia de instalar o no el almacén nuclear. A nadie puede sorprender la rebelión de los vecinos de Ascó a cargar con los riesgos de convivir con los residuos radioactivos. Pero al presentarlo como una pugna entre el gobierno -interesado en cerrar pronto la instalación del almacén nuclear- y los ciudadanos afectados, los medios hacen desaparecer a los principales implicados: los monopolios eléctricos. Ellos son los responsables de primar el beneficio sobre la seguridad en las instalaciones nucleares. O de subirnos la luz a la población, a pesar de que el precio de la energía no sólo no ha crecido sino que se ha desplomado.
En el debate nuclear suele obviarse que los ropietarios de las centrales son los grandes monopolios eléctricos. El Estado subvenciona la construcción y mantenimiento, pero quien toma las decisiones y se lleva los beneficios de la energía nuclear son Iberdrola o Endesa.El peligro no está tanto en la energía nuclear en sí, sino en el afán de beneficio de las eléctricas, que han demostrado con creces colocar el negocio muy por encima de la seguridad.Esas mismas eléctricas son las que exprimen nuestros bolsillos subiéndonos el recibo de la luz, y luego pretenden que carguemos con los riesgos de su negocio.Durante 74 horas, entre los días 28 de diciembre y el 15 de enero, Iberdrola, Endesa y el resto de eléctricas estuvieron cobrando la luz que vertían a la red a cero euros. Es decir, en el marcado mayorista donde los grandes monopolios venden y compran la energía, ésta les salía gratis.Es la expresión de cómo el exceso de oferta ha hecho bajar drásticamente el precio de la energía. Fruto de la crisis y el cierre de empresas, la demanda de energía ha caído drásticamente en España. El año pasado llegó a bajar un 4,6%. Sin embargo, gracias al interés de monopolios como Iberdrola por expandir sus dominios en energías renovables, cada vez hay más energía en el mercado.La conclusión lógica es que el precio de esta mercancía baje, hasta un precio muy por debajo de la cuota de ganancia que los monopolios del sector precisan para revalorizar su capital.¿Significa esto que el precio final de la luz, el que pagamos los consumidores, ha bajado? Todos sabemos que ha sucedido lo contrario. Hemos abierto el año con una subida del 2,6%, que puede llegar hasta un 9%.Y es que “el libre mercado” existe sólo cuando la banca gana. El precio de la luz lo fija el gobierno, y para mantener los beneficios de las eléctricas nos sube el recibo.Así no es extraño que Iberdrola se haya convertido en uno de los monopolios eléctricos mundiales con mayor crecimiento.