Ecuador ingresa en el ALBA

Avanza el frente antihegemonista en Latinoamérica

Ecuador, Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas se adhirieron este miércoles a la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA), como pasó a llamarse desde este dí­a por resolución, en la VI Cumbre extraordinaria del grupo, que se celebra en la venezolana ciudad de Maracay, al norte de Venezuela. En orden, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y los primeros ministros de Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas; Baldwin Spencer y Ralph Gonsalves, firmaron los documentos de anexión de sus paí­ses al mecanismo de integración.

«ALBA es un royecto polí­tico de solidaridad, socialista más justo y soberano e independiente, imperativo para erradicar la pobreza», agregó Correa. Para Correa, la ALBA es un proceso histórico destinado «a promover la igualdad y promover el aprovechamiento de nuestro recursos». Ratificó que el compromiso de Quito con Latinoamérica a través su incorporación al mecanismo de integración regional.»Esta decisión se fundamenta en el hecho de que la América está llamada a ser la protagonista de un nuevo proceso que conmemore nuestros proceso histórico, destinado a promover la igualdad y promover el aprovechamiento de nuestro recursos», enfatizó.Asimismo, Correa dijo que la Alba es la prueba de las construcción del nuevo mundo, «Hace 200 años nuestras repúblicas iniciaron el camino hacia la independencia, hoy sabemos que el mejor homenaje que podemos hacer a esta gesta independentista es suscribir nuestro ingreso a este mecanismo de integración».Además valoró que «la complementariedad económica y la cooperación entre los paí­ses miembros del ALBA son condiciones esenciales para promover el desarrollo humano y un nuevo modelo de desarrollo, anulando el esquema neoliberal causante del incremento de la pobreza y la exclusión social».Aseguró que Ecuador se suma al bloque «convencido de que su participación en el ALBA aportará a la construcción de un nuevo mundo más solidario y justo, especialmente para nuestra América, que está llamada a ser la protagonista de un nuevo proceso histórico que culmine y perfeccione la herencia que hemos recibido de nuestros antecesores, en la lucha por la soberaní­a y al dignidad».Durante su intervención, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sostuvo que su paí­s ha librado una batalla contra la opresión del sistema capitalista y que ha sido a través del ALBA que el paí­s suramericano ha avanzado en varias áreas. «En Nicaragua no sólo del 2007 logramos recuperar la posibilidad de contar con la energí­a gracias a la ALBA, sino que nos sentimos que gracias al ALBA también podremos decir, el próximo 19 de julio, en el aniversario del triunfo de la Revolución Sandinista, que Nicaragua es un territorio libre de analfabetismo».Indicó que su paí­s ha estado encadenado por el sistema capitalista liderado por Estados Unidos, el cual ha buscado romper a través de una batalla basada en las ideas y valores de la ALBA. «Hemos estado encadenados. Para el capitalismo no ha habido diferencias a la hora de encadenar a los pueblos. En Nicaragua hemos librado una batalla para romper esas cadenas con el ALBA», sostuvo Ortega.»Qué serí­a de todos nosotros sin el ALBA, qué suerte estarí­amos corriendo. Siento que la ALBA trascendió a una alternativa del modelo capitalista, en la única región en el mundo en la que se está logrando abrir un espacio de esta naturaleza», añadió el mandatario nicaragüense.El ALBA fue creado en 2004 por Cuba y Venezuela para contraponerse al Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que impulsaban varios paí­ses latinoamericanos y Estados Unidos. Desde entonces, se han unido a este grupo Bolivia, Nicaragua, Honduras, Dominica y San Vicente y Las Granadinas.La presencia y la fuerza del grupo se hizo patente en la decisión de la Asamblea General de la OEA, en torno al resarcimiento del daños hecho a Cuba con su expulsión del Sistema Interamericano en 1962, es una victoria del ALBA de una batalla iniciada en la Cumbre del Grupo de Rí­o en 2008, realizada en la ciudad brasileña de Salvador de Bahí­a.A los casi dos siglos de la independencia de los paí­ses latinoamericanos, los Estados Unidos continúan ejerciendo su influencias militar, cultural y económica, hasta el punto de haber diluido los estados-nación y haberlos convertidos en entidades anexas al imperio. La pax americana, a través de la imposición de la polí­tica del garrote y la zanahorí­a, en la actualidad viene acompañada de tratados de libre comercio que implican una entrega de las exiguas soberaní­as nacionales.El ALBA es la alternativa del frente antihegenonista en Latinoamérica que se fundamenta en la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas entre las naciones que permitan compensar las asimetrí­as existentes entre los paí­ses del hemisferio. La constitución de mecanismos como el Banco del Alba y el Banco del Sur permitirá liberar a los paí­ses de Latinoamérica del sometimiento financiero que Estados Unidos ha ejercido sobre la región.

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