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Aumenta la presión en el PP para afrontar una regeneración interna

Congreso extraordinario. Gente nueva en Génova que impulse un cambio, una nueva imagen y una regeneración creíble. Son las propuestas que empiezan a abrirse paso entre los cargos medios e incluso presidentes regionales del PP, que primero con el escándalo de las tarjetas opacas de Caja Madrid utilizadas por altos cargos de la entidad pertenecientes al partido, y después con la operación Púnica, que destapó la supuesta red de cobro de comisiones que tenía como cabecilla a quien había sido número dos del PP de Madrid, Francisco Granados, han dicho «¡ya basta!».Un congreso extraordinario del PP es la propuesta que se está apuntando, aunque nadie la haya verbalizado en público ni de manera oficial. Buscaría, ante todo, renovar la estructura del partido, ponerle caras nuevas, de otra generación. Que dé una imagen nueva del PP y, sobre todo, un margen de credibilidad para todo lo que se tenga que hacer con el fin de recuperar la confianza de los ciudadanos, empezando por los propios militantes. El PP sabe que sus afiliados son los primeros en pedir que se actúe y que la operación Púnica ha supuesto la gota que colma el vaso.Renovación, pero controlada. Los dirigentes del PP partidarios de esta salida, que ya la han puesto encima de la mesa en reuniones privadas y comidas para analizar la situación, salvan de esa quema a Mariano Rajoy. No quieren cuestionar al presidente del Gobierno y del partido, sino que se inicie una transición en el PP y que se afronte una «limpieza» en las filas de la formación que les permita afrontar las elecciones generales del 2015 sin el lastre de la corrupción añadido al de la coyuntura económica, que no acaba de despegar. Un partido, dicen, que incluso sea la antesala de un PP en la oposición, si llega el momento. Lo que piden cada vez más barones del PP es que el partido recupere la credibilidad. Y, sobre todo, que esté en disposición de levantar las alfombras caiga quien caiga. ¿Quiere esto decir que nadie es recuperable para esa nueva etapa? Quienes promueven el movimiento de regeneración en el PP, que otros dirigentes ven imposible de llevar a cabo, creen que no. La crítica no impide reconocer que hay «gente válida», que no estaría «manchada» y que podrían recuperar la imagen del partido. Nombres como el de Soraya Sáenz de Santamaría o de Alberto Núñez Feijóo -a pesar de sus polémicas fotografías de juventud con Marcial Dorado- empiezan a sonar en el PP con la vista puesta en una nueva dirección. La previsión era que el PP debería estar levantando la cabeza aprovechando que la economía da un respiro al Gobierno y a quien le sustenta. Pero las encuestas dicen lo contrario y sitúan a Podemos en lo más alto. Los partidarios de esa renovación reconocen que el problema es, precisamente, el calendario. En vísperas de unas elecciones municipales y autonómicas, para las que apenas faltan siete meses, y a un año de las elecciones generales, es difícil abrir el partido en canal. Pero en el PP cada vez son más los convencidos de que no hay mas remedio, o después de las elecciones será peor. Si el batacazo en estas municipales y autonómicas es muy grande, apuntan, la cercanía de las generales podría precipitar, por imprescindible, el escenario que ellos están dibujando. Más si se cumplen las previsiones de las encuestas, que, como la del CIS, que se prevé para hoy, constatan una debacle de los dos principales partidos, el PP y el PSOE, y un ascenso meteórico de Podemos, que podría ser primera fuerza en intención de voto directo, como ya han mostrado otros sondeos electorales.De momento, la demanda más generalizada a la dirección es que se adelante la designación de los candidatos a las alcaldías y a las presidencias de los gobiernos de las comunidades autónomas que tienen elecciones en mayo. Aunque la previsión de Rajoy y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, es dejarlo para el próximo enero, estos cuadros del PP apuestan por hacerlo cuanto antes. Y además con una amplísima renovación, sobre todo en las alcaldías, que es lo que permitiría, a juicio de los que piden estos cambios, dar una imagen creíble de que la regeneración va en serio. Hay otras demandas, entre estos dirigentes del PP, como que Rajoy, en un gesto de autoridad y de coraje, como dijo él mismo que había que afrontar este asunto, llegue al PP, convoque una reunión de la dirección y expulse del partido a todos los cargos públicos que se mantienen en sus puestos a pesar de estar imputados. Aunque el principal ejemplo es la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, hay otros cargos públicos en ayuntamientos que deberían dejar sus puestos.Los dirigentes populares que coinciden en estas apreciaciones no son una corriente organizada ni tienen previsto, de momento, movilizarse. Aún confían en que Rajoy reaccionará para evitar que el malestar incipiente se convierta en explosión incontrolada. En este sentido, la presidenta del PP de Catalunya, Alícia Sánchez-Camacho, insistió ayer en declaraciones a Efe en que ante estos «bochornosos e indignantes» casos de corrupción, «no sólo sirve pedir perdón». El Gobierno y el PP, dijo, deben ser «más contundentes y tomar medidas drásticas», expulsando a los implicados y yendo » aún más allá».

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