Atentado contra el primer ministro palestino en Gaza

Una bomba estalló al paso del la caravana en la que viajaba el primer ministro palestino, Ramdi Hamdala, que está al frente del precario Gobierno de unidad entre Fatah, que dirige la Autoridad Palestina en Cisjordania, y Hamás, que controla Gaza. Afortunadamente Hamdala salió ileso y no hubieron víctimas mortales, pero el atentado ha tensado peligrosamente las ya tirantes relaciones entre las dos facciones palestinas, que estaban inmersas en un proceso de reconciliación.

La caravana de Ramdi Hamdala atravesaba la carretera de Saladino, el eje que atraviesa de norte a sur la Franja de Gaza, cuando un artefacto oculto bajo el pavimento estalló a su paso. En el convoy viajaba también el jefe de los servicios de inteligencia palestinos, Majid Faraj, uno de los principales hombres fuertes de la Autoridad Palestina, quien también resultó indemne. Hamdala y Faraj tenían previsto reunirse en Gaza con la cúpula de Hamás para tratar de resucitar el precario proceso de reconciliación entre las facciones políticas palestinas. Encuentro que tuvo que ser cancelado.

Al Fatah y Hamás llevan desde octubre de 2017 avanzando zigzagueantemente en un proceso de paz interno, intentando enterrar los antagonismos que condujeron en 2006 a un enfrentamiento armado entre ellas y a la explusión de la ANP de la Franja. Aunque ambos se han comprometido a celebrar elecciones antes de que termine 2018 y a reactivar un Gobierno de unidad, hay asuntos altamente espinosos que superar. Hamás se niega a entregar el control de la seguridad en Gaza, y Fatah insiste en mantener sanciones económicas a la Franja.

Tras el atentado, la discordia empezó a aflorar. Mahmoud Abbas, presidente de la ANP, responsabilizó a Hamás por no haber garantizado la seguridad para impedir el “vil y cobarde ataque contra la unidad del pueblo palestinos”. Los islamistas condenaron enérgicamente el atentado y lo consideraron «un intento que pretende desestabilizar la seguridad en Gaza y frustrar los esfuerzos para alcanzar la unidad nacional».

¿Quien sale beneficiado de la división palestina?. La respuesta es obvia: Israel. Un Estado sionista que cuenta ahora con el total respaldo de la administración Trump para seguir con su criminal política de hechos consumados contra el pueblo palestino. En Gaza operan grupos salafistas —islamistas radicales próximos a Al Qaeda y al Estado Islámico— contrarios a Hamás, que han lanzado en los últimos meses cohetes contra Israel, desencadenando represalias militares del Ejército israelí.

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