Consecuencias sociales del aumento del paro

Asomados al abismo

Muchos trabajadores comienzan a ver la sombra al fantasma de las prestaciones. La cobertura media del desempleo está entre el año y los 18 meses, lo que supone que a partir de ahora, y sobre todo a partir del segundo trimestre de 2009, cada mes miles de parados van a empezar a encontrarse sin prestaciones por desempleo (o con subsidios de subsistencia) y sin posibilidad de encontrar empleo. Según los datos del Ministerio de trabajo, uno de cada tres parados no cobra ningún tipo de prestación: ni la contributiva de 825 euros que cobran 1,4 millones, ni el subsidio de 517 euros o el subsidio agrario (421 euros) que cobran unos 600.000 trabajadores. Es decir, en los próximos meses al millón de trabajadores sin protección se empezarán a sumar los que acaben la prestación que ahora tienen. Los jóvenes de la llamada «generación Y», los nacidos en los años 80, son uno de los sectores que sufren especialmente la situación de falta de empleo.

Según el último “Euroíndice Laboral IESE-Adecco”, Esaña es el único país de la UE en el que el número de menores de 25 años ocupados se ha reducido ininterrumpidamente durante los últimos 8 trimestres. En el INEM hay más de 1,1 millón de jóvenes menores de 30 años inscritos, 260.000 demandantes de primer empleo; al ritmo actual la tasa de paro juvenil llegará al 27,5% en el primer trimestre de este año. Toda una generación hasta ahora “precaria y mileurista” pero con oportunidades laborales se enfrenta a su primera crisis económica, sin perspectivas laborales a corto plazo, que en todo caso si llegan serán aún más precarias, y más dependiente del apoyo económico de los padres.Los inmigrantes son el otro gran sector que sufre las consecuencias más dramáticas de la crisis. Con una tasa muy superior a los trabajadores nacionales, más de 410.000 parados son ya inmigrantes, 200.000 se han quedado sin empleo en el último año. Además es uno de los sectores no sólo con menos protección (al haber generado menos derechos) sino con menos respaldo familiar y social para afrontar la situación.Crisis significa también una nueva profundización de la precarización laboral. El gran capital aprovecha la situación para volver a priorizar la contratación temporal, seguir reduciendo derechos e imponer salarios más bajos. Las cifras del ministerio de Trabajo ponen de manifiesto ese deterioro del mercado laboral claramente reflejado en la caída de la contratación: durante 2008 se realizaron 2 millones de contratos menos (un 10,8%) y, en consecuencia, también cayó la contratación indefinida, con un 14,3% menos de contratos indefinidos en el último año.

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