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Asia tiene en la mira el sector energético de México

HONG KONG—Grupos energéticos asiáticos buscan oportunidades en México tras la decisión del país de poner fin al monopolio de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el sector del crudo y el gas, aunque enfrentan la fuerte competencia de sus rivales occidentales. El gran premio: derechos para explotar los amplios y escasamente desarrollados recursos del país.

El entorno político relativamente estable de México y su proximidad geográfica a Estados Unidos podría atraer a inversionistas del país norteamericano, incluyendo compañías que han vendido participaciones en proyectos energéticos en Asia y África para centrarse en la explotación del gas y el crudo no convencionales más cerca de sus casas matrices. Los atractivos proyectos mexicanos podrían también llamar la atención de compañías europeas como la española Repsol S.A., de la que Pemex controla 9,3%, y otras empresas que ya operan en el país.

Algunas compañías asiáticas, lideradas por las chinas, han invertido miles de millones en América del Norte, Central y del Sur, para satisfacer sus crecientes necesidades de energía, aunque cualquier inversión extranjera en México tomará algún tiempo hasta que el gobierno mexicano complete las reformas legislativas y normativas de inversión. El Congreso del país aprobó el pasado 12 de diciembre la reforma del sector energético.

Pemex afirma haber localizado yacimientos para los que quiere encontrar socios, y estará preparada para escuchar propuestas de inversión durante el primer semestre de 2014. En los últimos años, la producción de crudo de México se ha estancado en cerca de 2,5 millones de barriles diarios. La madurez de los pozos y la demora en explotar reservas de hidrocarburos no convencionales y yacimientos en aguas profundas del Golfo de México causaron una caída dramática.

El Departamento de Energía de Estados Unidos estima que las reservas técnicamente recuperables de gas no convencional de México son las sextas mayores del mundo, no muy lejos de las de Canadá y EE.UU., y que cuenta con los octavos mayores depósitos de crudo no convencional del mundo.

«Analizaríamos dos cosas: la compra de una participación en proyectos en alta mar y otros yacimientos y apoyo tecnológico a México», explicó D.K. Sarraf, director general de ONGC Videsh Ltd., una empresa energética de India. «Estamos pendientes de este proceso».

Podría haber cierta cautela en México de cara a las inversiones de China, cuyo auge como centro manufacturero del mundo ha debilitado las exportaciones mexicanas a EE.UU. Las tensiones han sido exacerbadas por el enorme

desequilibrio comercial: las exportaciones chinas a México tuvieron un valor de US$57.000 millones el año pasado, mientras que las ventas de México a China fueron de US$6.000 millones.

«Las primeras oportunidades irán seguramente a las grandes petroleras independientes de EE.UU. y Europa, en lugar de a estatales asiáticas», asegura Adi Karev, director global de petróleo y gas y socio gerente de la firma de servicios profesionales Deloitte Touche Tohmatsu.

Las compañías chinas tienen mucho que ofrecer en materia de experiencia y de capital. Han apostado con fuerza por invertir en reservas de gas y crudo en América del Norte o en comprar empresas allí, invirtiendo más de US$44.000 millones en EE.UU. y Canadá desde 2008, según la firma de investigación Dealogic.

En octubre, Brasil vendió los derechos para desarrollar el yacimiento Libra, su mayor campo petrolífero mar adentro, a un consorcio formado por China National Petroleum Corp. (CNPC) y Cnooc Ltd. Esta última también compró el año pasado Nexen, una empresa canadiense especializada en aguas profundas del Golfo de México, por unos US$15.100 millones y está a punto de poner en marcha el primer yacimiento de gas en aguas profundas de China. El proyecto chino fue desarrollado en parte con el uso de plataformas y perforadoras sofisticadas construidas internamente.

CNPC podría potencialmente ayudar a Pemex a maximizar la producción en los campos donde ha alcanzado su pico, dada su experiencia en extraer más petróleo del masivo, pero envejecido campo de Daqing, en el noreste de China.

CNPC y China Petrochemical Corp., o Sinopec, declinaron hacer comentarios. Una portavoz de Cnooc dijo que la compañía se ha adherido consistentemente a una estrategia de adquisición basada en el valor y precio. «Evaluamos con cuidado los activos, rendimientos y riesgos de todas las oportunidades de adquisición».

Las petroleras chinas habitualmente estudian entre 30 y 40 inversiones potenciales en el extranjero cada año, explicó un experto en fusiones y adquisiciones de una firma de abogados estadounidense. De éstas, entre tres y cuatro se convierten finalmente en una transacción, añadió.

Las compañías estatales de India y China seguramente formarán parte de la segunda oleada de inversionistas, dijo Karev de

Deloitte. «Seguramente invertirán en proyectos petrolíferos convencionales donde ya exista un mercado establecido y fluido, donde no se necesitan grandes infraestructuras en oleoductos y terminales de exportación a largo plazo, como ocurre con los hidrocarburos no convencionales», agregó.

Una visita del presidente chino, Xi Jinping, a México en junio podría haber ayudado a mejorar los vínculos comerciales entre ambos países y haber allanado el camino para inversiones en el sector del crudo después de que él y el presidente mexicano Enrique Peña Nieto firmasen varios acuerdos comerciales. México vende poco petróleo a China. En 2012, las ventas promediaron 20.000 barriles al día.

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