Arzallus promueve una colecta para pagar la multa del militante del PNV que agredió a Antonio Aguirre

Arzallus sale de la cripta

Arzallus ha salido de la cripta en que el PNV tuvo que encerrarlo, dado el creciente rechazo que su etnicismo generaba entre la sociedad vasca. Y lo ha hecho, como siempre, para amparar y proteger a quienes intentan amedrentar violentamente a quienes no se someten al dictado étnico. Arzallus ha decidido encabezar una colecta para pagar la multa e indemnización de 900 euros impuesta al militante del PNV Alejando Aranburu, por propinar una patada en los testí­culos al miembro del Foro de Ermua Antonio Aguirre.

"Fue una agresión brutal, si los militantes del PNV quieren agar la multa demostrarán todos ellos que son iguales que el agresor. Por supuesto liderados por el cobarde nazi Xabier Arzalluz". Así de contundente se manifestaba Antonio Aguirre. La agresión se produjo cuando Ibarretxe acudió a declarar por segunda vez en el marco de la causa por sus reuniones con miembros de la ilegalizada Batasuna, abierta tras la denuncia presentada por el Foro de Ermua y la asociación Dignidad y Justicia. Aquel día, Antonio Aguirre fue agredido una persona identificada posteriormente como Alejandro Aranburu, presente entre los participantes de una concentración convocada por el PNV para respaldar a Juan José Ibarretxe. La forma en que la camarilla nazifascista del PNV ha manejado la agresión contra Antonio Aguirre es un ejemplo de la táctica goebbelsiana para transformar a las víctimas en verdugo, y a los verdugos en víctimas. Primero ordenaron a la ertzaintza que -en lugar de proteger a los miembros del Foro de Ermua agredidos por las hordas del PNV- respaldaran a los agresores. Hasta el punto de que, cuando Aramburu fue identificado y puesto a disposición policial por miembros del Foro de Ermua, la ertzaintza simplemente lo soltó sin siquiera tomarle declaración. Después, Miren Azkarate, portavoz del gobierno vasco, acusó a los dirigentes del Foro Ermua agredidos de “provocar con sus insultos y descalificaciones a los cientos de personas que acudieron a mostrar su apoyo al lehendakari Ibarretxe”. Y dirigieron la investigación de la ertzaintza para que llegara a la indignante conclusión de acusar a las víctimas agredidas de realizar “una contramanifestación ilegal”. Hasta que, para rematar la faena, Arzallus ha salido de su cripta para utilizar todos los mecanismos de poder del PNV y el gobierno vasco en apoyo del agresor. Y es que amedrentar por la fuerza a los no nacionalistas ha sido el principal instrumento que ha permitido al PNV monopolizar el poder en Euskadi durante las últimas décadas.

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