Cargando...Editorial Cátedra, en su colección imprescindible sobre Letras Hispánicas, ha tenido la feliz idea de dedicar un volumen (el 599 de su serie) a un tema que sin duda merece figurar, por derecho propio, en un catálogo que incluye lo más sobresaliente de las letras españolas: los artículos literarios aparecidos en la prensa. En concreto, en este caso, los aparecidos en los treinta años que van desde la muerte de Franco (1975) hasta el año 2005. La relación entre periodismo y literatura se ha ido haciendo cada vez más estrecha desde el siglo XIX hasta hoy y la prensa juega ya un papel crucial, no sólo como ámbito natural de la crítica literaria, sino también como medio habitual de comunicación entre el escritor y los lectores.
La relación entre el eriodismo y la literatura, efectivamente, no es nueva. Podemos remontarnos hasta nuestro Siglo de Oro para dar con la figura del gacetillero Andrés de Almansa y Mendoza y su práctica “periodística” en los noticieros de su época, aunque ciertamente el verdadero fundador del “género” en España es Mariano José de Larra, que dejó impreso un sello de calidad, hondura e ironía a su actividad crítica y literaria en la prensa, que constituye todavía el listón con el que medir esta –hoy– prolífica actividad.Porque a estas alturas, ya en el siglo XXI, pero sobre todo a todo lo largo del siglo XX y, aquí, tras la recuperación de las libertades, no hay prácticamente ningún escritor importante que no practique el “periodismo literario”, sea cual sea su finalidad, ya reflexionar sobre la propia actividad literaria o directamente participar en un debate o una cuestión política de actualidad.Aunque hoy se corrobora como un hecho inequívoco que los “artistas e intelectuales” han dejado de jugar un papel esencial en la vida y en los asuntos públicos, eso sólo puede interpretarse como el resultado objetivo de un proceso en el que “todo” queda diluido en un torrente infinito de informaciones propagadas a toda hora por unos medios que se han multiplicado exponencialmente. Pero en absoluto es el resultado de una “renuncia subjetiva” de esos artistas e intelectuales a “intervenir”. Al contrario, que esa voluntad ha existido, y existe, lo demuestra claramente este libro de Cátedra, donde 63 escritores españoles “intervienen” activa y apasionadamente a través de la prensa en todo tipo de debates y ante todo tipo de cuestiones.El libro nos ofrece, en efecto, 63 artículos de otros tantos escritores, seleccionados por Francisco Gutiérrez Carbajo y José Luis Martín Nogales, y un prólogo dividido en dos partes, en el que se desmenuza, por un lado, el contexto político y mediático del período 1975-2005 (en el que se produce no sólo el cambio de régimen sino la renovación prácticamente completa del mundo de la prensa española), para adentrarse luego en el análisis de las relaciones entre literatura y periodismo en España, haciendo un breve recorrido histórico hasta recalar en el período concreto al que se ciñe la selección de textos.Los artículos seleccionados (que componen el grueso del libro) abarcan diversos temas y perspectivas: van desde los que reflexionen sobre la naturaleza de la literatura y los procedimientos literarios (como los de Vargas Llosa, Marsé, Martín Garzo, Soledad Puértolas, Cunqueiro y Vila-Matas), hasta los que inciden sobre todo en el tema de los medios de comunicación en una sociedad globalizada (Francisco Ayala, Félix de Azúa, Juan Goytisolo, Maruja Torres y Manuel Vázquez Montalbán) o aquellos que se implican directamente en cuestiones de la realidad política española (Muñoz Molina, Pérez-Reverte, Savater…).Amén del enorme interés que tienen muchos de los temas tratados y el enfoque desde el que lo abordan, algunos son también una verdadera delicia como “ejercicios de estilo”: entre ellos, los de Sánchez Ferlosio, Cela, Umbral…“Son –dicen los autores de la selección y prologuistas– una valiosa enciclopedia del último cuarto del siglo XX y de los primeros años del siglo XXI y un magnífico manual de instrucción cívica”.Y, desde luego, una gran iniciativa y un libro a leer, sea cual sea el tamaño de sus inevitables lagunas.