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Que los dirigentes separatistas de CiU están asustándose cada vez más ante el embrollo que se les viene encima, y se nos viene a todos, es algo que se viene diciendo cada vez más frecuentemente en los mentideros políticos. Pero la información que publica hoy EL MUNDO despeja todas las dudas al respecto.

Homs, y con él Mas, quieren ayuda para intentar reconducir como sea una situación endiablada que ellos, y sólo ellos, han creado deliberadamente. A partir de un cálculo equivocado, según el cual el Gobierno se iba a asustar ante las amenazas nacionalistas e iba a admitir sus reclamaciones, han montado toda esta locura que ahora no pueden encauzar.

A lo largo de toda la corta historia de nuestra democracia, los sucesivos gobiernos españoles, efectivamente, han ido atendiendo las reivindicaciones de los dirigentes de CiU. A partir de este dato, Artur Mas creyó en 2011 que agitando un «clamor» independentista delante de las narices de Rajoy, el presidente iba a ceder y a conceder a Cataluña un pacto fiscal, que es la manera catalana de llamar al concierto económico. Como no ocurrió así, porque no podía ocurrir, y esto es lo que no vieron los Mas y compañía, han ido doblando progresivamente la apuesta, a ver si se rendía al Gobierno.

Lo malo es que la apuesta ha desbordado la capacidad de éste y de cualquier gobierno, porque desborda la Constitución. Y así estamos ahora, con una población completamente engañada sobre su futuro, con una Cataluña en bancarrota y con una promesa de referéndum de autodeterminación que no se va a celebrar. Y además con una Europa, como advirtió Felipe González el otro día,que se siente «horrorizada» ante la deriva de los dirigentes catalanes y ante la posibilidad de que Cataluña se pudiera separar de España.

¿Qué quiere el señor Homs que se haga ahora? Porque todo lo que sugiere es un puro disparate, desde el lío de la reforma de la Constitución, que podrían votar todos los españoles después, eso sí, de que los catalanes hubieran votado lo suyo, hasta la idea de que en la consulta fantasma pudiera salir el no y entonces habría que negociar con el Gobierno las reformas necesarias. ¡Qué galimatías!

Pero lo más sorprendente es que el señor Homs agite el fantasma de una más que probable victoria de ERC en las próximas elecciones. ¡Pero si ésa es su obra, si son exclusivamente ellos los que han hecho posible que ERC tenga una presencia electoral como nunca soñó! ¿Cómo puede esgrimir eso ahora?

Nadie puede arreglar un descosido tan monumental como éste si no son los propios dirigentes de CiU. El diálogo con el Gobierno es muy deseable, pero Rajoy no puede deshacer esta cuerda de nudos que nos va a ahogar a todos. Ésa es la tarea de los dirigentes de CiU, y nadie más puede enderezar el esperpento.

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