La 'motosierra' del ultraderechista dispara la pobreza hasta el 55,5% de la población

Argentina: el azote social se llama Milei

Las políticas de Milei no son descerebradas, ni fruto de la enajenación. Son tan conscientemente antipopulares y antidemocráticas como privatizadoras y entreguistas. Sirven a sus amos en Washington

Cuando no se han cumplido ni 150 días de su mandato, las feroces políticas antipopulares del ultraderechista Javier Milei están causando una honda y gravísima crisis social en Argentina, cebándose sobre los sectores más vulnerables. El país, de 46,2 millones de habitantes suma ahora 25 millones de pobres, un 55,5% de la población.

Lo dijo en EEUU, para más inri. En medio de su discurso en el Instituto Hoover de la Universidad estadounidense de Stanford, donde presumió de haber ejecutado el “ajuste más grande de la historia de la humanidad”, el ultraderechista Javier Milei se desnudó y soltó, sin tapujos, la obscena catadura moral de sus políticas. “La gente se va a morir de hambre y va a hacer algo para no morirse, no necesito que alguien intervenga”.

El ultra dijo esto mientras los argentinos asisten atónitos a un gobierno que practica el más despiadado desprecio por los más empobrecidos, desafiando incluso a la Iglesia y hasta las órdenes judiciales. El gobierno ultra se niega a distribuir 5 millones de kilos de alimentos destinados a comedores sociales que tiene almacenados en depósitos.

Milei dice defender una política ultraneoliberal, enemiga del intervencionismo del Estado, y defensora de que la «mano invisible» del libre mercado resuelva por sí sola todos los problemas, incluída la pobreza y el hambre.

Pero claro que interviene, y claro que lo hace a través del Estado. A los pocos días de llegar al gobierno, el ultraderechista puso en marcha una devaluación del 118% de la moneda nacional y su llamado «plan motosierra» para achicar drásticamente el gasto público. Se ha acumulado una inflación cercana al 60%, sin contar mayo.

En sus primeros meses, el gobierno de Milei ha ordenado miles de despidos en el sector público, así como feroces recortes presupuestarios en la educación y en la sanidad, hundiendo el poder adquisitivo de la gran mayoría de la población y disparando la pobreza.

Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (UCA), la indigencia ha pasado del 9,6% al 17,5%. Las personas que pasaron a integrar la franja más vulnerable de la sociedad no pueden acceder a los alimentos esenciales. Se trata de un 7,8% de hombres, mujeres y niños. La inseguridad alimentaria afecta al 24,7% de los ciudadanos, 20,8% de los hogares y al 32,2% de los menores y adolescentes. Las situaciones severas golpean al 8,8% de las familias.

La situación es especialmente grave en el área metropolitana del Gran Buenos Aires, donde se concentra buena parte de la población argentina. Allí, la inseguridad alimentaria machaca a 26,4% de los ciudadanos, al 21,8% de los hogares y al 35% de niños, niñas y adolescentes. El 50% de los menores asisten a comedores escolares y el 36,7% almuerza o cena en los comedores populares que administran los movimientos sociales.

El mismo tiempo, el “intervencionista” Milei ha logrado que se apruebe la llamada ‘Ley Bases’, con los que se da luz verde al desguace y venta de hasta 9 compañías públicas o semipúblicas -como Aerolíneas Argentinas, Radio y Televisión Argentina, Correos, Enarsa (hidrocarburos), etc…- y su venta a precio de saldo al capital extranjero, principalmente al norteamericano.

Las políticas de Milei no son descerebradas, ni fruto de la enajenación. Son tan conscientemente antipopulares y antidemocráticas como privatizadoras y entreguistas.

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