Música

Ara Malikian: Aceite Clásico con Aromas Gitanos y Raí­ces Armenias

Nacido en 1968 en el seno de una familia Armenia de etnia gitana, este prodigioso violinista decidió en 1999 trasladarse a España «un paí­s que compartí­a una sensibilidad más próxima a la mí­a, la mediterránea.».

Dicen los exertos que entre los mejores aceites de oliva del mundo, los producidos en tierras de secano se caracterizan por su sabor fuerte e intenso. Las condiciones en las que crecen los olivos obligan a sus frutos a aprovechar cada partícula concentrando el sabor. Este fenómeno es el que define a Ara Malikian. Aunque la Guerra Civil Libanesa le obligó a estudiar incluso en refugios antiaéreos, a los 15 años ya era alumno de el “Hochschule für Musik und Theater Hannover”, uno de los más prestigiosos centros de estudios superiores de música. Ha sido premiado en numerosas ocasiones y ha participado, de la mano de los más grandes, en las mejores orquestas de los cinco continentes. 17 discos preceden a “Lejos”, 12 gotas de oro verde con el suave sabor de la guitarra de Fernando Egozcue. Y “Pagagnini”, el espectáculo de humor que actualmente representa con la compañía Yllana. Un extraordinario trabajo marcado por la firme voluntad de desacralizar la música clásica. Y sin duda esto es lo mejor de Ara Malikian, la posición ante la música y la gente a la que se dirige. “La música clásica debe ser para todo el mundo, como es el flamenco o cualquier tipo de música”. La culpa no es de la “incultura” o la falta de sensibilidad, sino de qué oportunidades se ofrecen y con qué fondo; aceite de oliva virgen o aceite de motor aunque sea de primera marca. Su contacto con la música oriental, el jazz, el tango, el flamenco y el folklore, le ha permitido dotarse de una sensibilidad sorprendente para mimetizar lo que suena a su alrededor, y ofrecerlo con un ímpetu que quizás le confiera el ser uno de los seis millones de armenios que existen en el mundo. También hay que contar como ingrediente esencial de esta delicia musical, el método Suzuki. Desarrollado por un violinista japonés – Sinichi Suzuki -, se asienta en la premisa de que los métodos de enseñanza tradicionales, basan implícitamente su estructura y análisis en la existencia de capacidades innatas de los individuos. Éstas realmente no existen y han de aprenderse. Se “infraenseña”, por lo tanto, y se elitiza. Después de haberse atrevido con Sarasate o Falla, la primavera del 2007, Malikian participó en un experimento tocando piezas de Bach con su violín Montagnana del siglo XVIII en el Metro de Madrid… si no lo han escuchado hasta ahora, ¡háganlo!

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