Cargando...María Teresa De la Vega, la vicepresidenta primera del Gobierno lleva gastados ya más de 10 millones de euros en remodelar los edificios, las instalaciones, los servicios y los jardines del complejo presidencial de La Moncloa. En plena crisis, el despilfarro sigue siendo la práctica mayoritaria de los altos cargos del Gobierno de España y de los miembros de los Ejecutivos autonómicos.
En el comlejo de La Moncloa hay ocho edificios principales, Palacio, Portavoz, Consejo, Seguridad, Servicios, Crisis, Semillas e INIA, de ellos el gasto mayor se dedica a la remodelación, precisamente, del Ministerio de la Presidencia que dirige la propia vicepresidenta, De la Vega, ubicado en el llamado Edificio INIA, por haber sido la sede del desaparecido Instituto Nacional de Investigación Agraria. Siempre con un detalle suntuoso, como los sofisticados urinarios digitales con dispensadores de fragancias (40.000 euros) o el renovado mobiliario del despacho de De la Vega (63.800 euros), entre otros muchos gastos. Es absolutamente inmoral que se continúe con el gasto público innecesario y suntuoso, con el despilfarro. Lo que la situación exige es un plan nacional de ahorro del gasto público. Ahorro que no va a suponer el disminuir la atención a las necesidades sociales de los ciudadanos de a pie. Ahorro para reducir la burocracia duplicada, el clientelismo, etc. Austeridad para poder dedicar recursos a la inversión productiva. Debe ser una de las exigencias de cualquier programa en las elecciones europeas, que vaya de verdad contra la crisis.