Rajoy-Merkel en Santiago

¿Amigos para siempre?

A fin de no quedarse aislada entre los grandes paí­ses europeos por la oposición de Francia, Italia e Inglaterra a sus dictados, Merkel ha ofrecido a España la condición de «aliado preferencial», elevando relativamente su nivel en la UE, que habí­a sido degradado hasta diluirse en los PIGS como paí­s de tercera categorí­a regional.

El apoyo a la candidatura de Luis de Guindos como jefe del Eurogrupo -el poderoso cónclave de los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona- para 2015, y la inclusión de Arias Cañete en un importante comisariado en Bruselas, revierte en parte la situación de los últimos 4 años, en los que España, a medida que avanzaba el proyecto de degradación y saqueo impuesto por Washington y Berlín, iba siendo apartada progresivamente de cualquier centro de poder o influencia en la UE. ¿Sola o en compañía de otros?¿Es este movimiento de Alemania fruto de su propia iniciativa o está hecho de común acuerdo, o al menos la aquiescencia, de EEUU? Es difícil responder a esta pregunta dado que el centro del imperio está ahora mismo enfrascado en tres frentes prioritarios (Irak-Siria, Ucrania-Rusia, China-Mar de China Meridional) y tiene concentrados todos sus esfuerzos en exigir un alineamiento mucho más férreo de sus aliados y peones en el terreno político-militar. «La reunión de Rajoy y Merkel revela una importante modificación en el sistema de alianzas de Alemania en Europa» Como vamos a comprobar esta misma semana, con la cumbre de la OTAN donde existe la propuesta norteamericana (apoyada por Polonia y los tres países bálticos) de redirigir el escudo antimisiles en Europa contra Rusia, a pesar de que originalmente estaba diseñado para apuntar a Oriente Medio o con la celebración del Foro España-Estados Unidos donde se abordará, entre otros asuntos, los nuevos desafíos para la seguridad internacional y el papel de España como bastión militar de defensa de los intereses yanquis en el Sur de Europa, Oriente Medio y el Norte de África.Pero, independientemente de si este movimiento de Merkel es a iniciativa propia o conjunta, la cuestión es: ¿estamos ante un cambio táctico, de largo alcance, que implica el fin del proceso de degradación política al que está sometido nuestro país desde 2010, o por el contrario supone un simple movimiento coyuntural dictado por las necesidades momentáneas de Alemania en la actual correlación de fuerzas europea? Reajuste coyunturalPese a todas las alabanzas dirigidas a Rajoy por “haber recuperado el peso político de España en la UE”, la realidad es que se trata más bien de lo segundo que de lo primero. La cancillería alemana tiene que ser plenamente consciente de que no puede “gobernar” la UE en solitario, ni con la oposición de los otros “grandes” de Europa. En particular, su objetivo táctico no puede ser otro que el de someter y disciplinar a los sectores de la clase dominante francesa que se rebelan contra su proyecto de saqueo y tratar de ganarse a aquellos dispuestos a aceptar su dirección. Y a los que, tarde o temprano, tendrá que dar un papel correspondiente con su posición en la cadena imperialista. O eso o provocar una auténtica revolución rompiendo el núcleo central del sistema de alianzas vigente en Europa desde hace 60 años, y que tiene su primera base en la relación privilegiada entre Berlín y París. ¿Está Merkel dispuesta y en condiciones para desatar tamaña revolución?«Lo sustancial del proyecto de degradación, intervención y saqueo no ha cambiado, aunque momentáneamente pueda reajustarse en su ritmo o intensidad» Difícilmente. Más bien a lo que parece que estamos asistiendo es a una maniobra coyuntural en la que Alemania busca apoyarse en países grandes pero de segundo rango (como España o Polonia, a quien ha dado el puesto de presidente del Consejo europeo), mientras intenta “disciplinar” a Francia e Italia, para, sobre esta base, recomponer en un futuro próximo la alianza con París sobre nuevas bases de mayor preponderancia germana. La situación de hoy es muy distinta a la de principios de los años 90, donde el eje franco-alemán sí pudo ofrecer un trato de alianza preferencial a González que suponía otorgar a España un estatus político y económico en la UE superior al que por su propio peso tenía. Kohl para ganar apoyos con los que consolidar la unificación y mantener estable el sur de Europa mientras se lanzaba a extender vertiginosamente sus áreas de influencia hacia la Europa Central y del Este. Mitterrand con el objetivo de crear una especie de eje París-Madrid con el que contrapesar el creciente poderío alemán. La fluidez de la situaciónEn estas condiciones, es bastante posible que la oligarquía española consiga “amortiguar” coyunturalmente los efectos de la degradación política, encontrando puntos de apoyo y mejores condiciones que le permitan fortalecer líneas de resistencia que blinden relativamente sus intereses ante el avance del proyecto hegemonista. A la vez que buscará obtener unas condiciones más flexibles en las exigencias para la ejecución de ese proyecto, a cambio de seguir plegándose a las cesiones de soberanía ya impuestas y persistir en cumplir los nuevos ataques contra el 90% de la población dictados por la troika. Sin embargo, la fluidez de la situación internacional hace previsible que la estabilidad de las alianzas (incluso las de carácter coyuntural) y la profundidad del apoyo de Merkel a Rajoy sean enormemente móviles y cambiantes, sufriendo abruptas modificaciones dependiendo de los cambios que la correlación de fuerzas determine en cada momento. Lo sustancial del proyecto hegemonista de degradación, intervención y saqueo no ha cambiado, aunque coyunturalmente pueda reajustarse en su ritmo o intensidad. Y dada la creciente inestabilidad político-militar y el debilitamiento económico europeo, el curso más probable de los acontecimientos es a que asistamos a nuevos períodos de convulsión y turbulencias similares a los que ya sufrimos en 2010-2011 y en los que -a pesar de los signos amistosos mostrados por Merkel hacia Rajoy- nuestro país volverá a estar en el ojo del huracán como candidato a padecer nuevas embestidas de degradación política y un mayor grado de intervención y saqueo por parte del hegemonismo. Es posible que el guiño de Merkel hacia Rajoy en Santiago dé alguna oportunidad momentánea a la oligarquía financiera española para reponer sus maltrechas fuerzas, virulentamente zarandeadas por el avance del proyecto hegemonista. Pero para nosotros, el pueblo, el reforzamiento de vínculos con la burguesía monopolista alemana y su agresiva política de austeridad, recortes y saqueo sólo pueden suponer nuevos y mayores padecimientos. Y frente a ellos todo va a depender de si nosotros somos capaces de levantar un Frente Amplio de Unidad capaz de unir al 90% de la población en torno a un programa de redistribución de la riqueza, ampliación de la democracia y defensa de la soberanía nacional.

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