Literatura

Alter Dark

Pero es también hablar de un escritor polémico sobre el que se vierten tanto adjetivos superlativos -´un genio´, ´uno de los mejores escritores de nuestra época´, ´un autor subyugante e hipnótico´- como descalificaciones absolutamente concluyentes: ´es el mayor timo de la historia de la literatura japonesa´, ´una literatura ya de por sí­ plagada de timos´.

Considerado or la crítica un autor ´pop´ o ´posmoderno´, Murakami crea en sus libros una atmósfera literaria propia que logra singularizar radicalmente sus relatos, una atmósfera que envuelve al lector como una bruma ineludible, en la que el contorno familiar de las cosas se va diluyendo y otra realidad oculta emerge, igualmente borrosa e imprecisa, para dejarnos una inquietante sensación de fragilidad y desamparo, aunque no necesariamente de desesperanza. En ´Alter Dark´ (Tusquets, 2008), la última de sus novelas editadas en España, Murakami acentúa aún más, si cabe, la densidad de esa atmósfera, logrando eludir así el tono melifluo que debilita algunos de sus relatos anteriores. La novela discurre íntegramente en las horas siempre distintas y siempre inquietantes de la noche. Personajes solitarios, perdidos, se encuentran y desencuentran, hablan, derriban las murallas de la incomunicación y se reconocen, antes de volver a separarse y perderse, en una atmósfera de peligros inconcretos y amenazas brumosas que dan a esta novela un aura sobrecogedora. La aparente simplicidad del argumento y la cristalina transparencia del lenguaje esconden, sin embargo, un relato de hondas revelaciones. Novela totalmente pautada por el ritmo de las horas nocturnas (cada sección del relato aparece incluso encabezada por la grafía de un reloj que marca la hora exacta del comienzo de cada secuencia), ´Alter Dark´ es también –como casi todo lo escribe Murakami- un relato bañado en música, su otra pasión junto a la literatura. Muy influido por algunos clásicos de la literatura norteamericana, a los que ha traducido al japonés (Scott Fitzgerald, Chandler, Carver o Salinger), Murakami también tiene una referencia favorita entre las letras hispanas: Manuel Puig, a quien –según confiesa- leyó intensa y constantemente en los años ochenta.

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