Música

«Alkohol» en mi funeral

Hoy 16 de marzo, actúa en Madrid el músico y compositor Goran Bregovic, en el Teatro Circo Price. El pasado viernes Cádiz fue la cita en el Gran Teatro Falla, y el martes en Barcelona en el Palau de la Música. Su nuevo álbum salió a la venta el 10 de marzo: «Alkohol». 21 músicos en escena ponen banda sonora al disfrute del paladar con sabor de los Balcanes.

Fiesta gitana de boda y funeral. Como es tradición or aquellas tierras perturbadas, la tristeza se viste de largo para las mejores ocasiones. Nacido de una invitación a un festival de charangas gitanas, “Alkohol” está pensado, como todos los trabajos de Bregovic, para musicar un hecho vital, aunque sea de la más absoluta sencillez: una buena copa.Fue el rockero de más éxito en Yugoslavia durante casi 20 años y ha puesto música a la pantalla, colaborando con directores como Emir Kustunica en fieras cinematográficas como “Underground”."Cuando empezó el conflicto – la guerra de Yugoslavia -, yo ya era una estrella del rock retirada, con una casa en una isla y esas cosas de los famosos". La guerra se lo quitó todo, y por pura necesidad le arrastró hasta el cine. Así irrumpe en el celuloide sonoro un diseñador de composiciones que se ven por los oídos.“Hoy, el cine es sólo un producto, y la música que se fabrica para él está vacía. Tiene todos los síntomas de la música, pero, cuando la escuchas sin el apoyo de la imagen, no te dice nada”La Banda de Bodas y Funerales son los incondicionales que le acompañaron al Festival de Cannes a recoger la Palma de Oro, y que han servido de actores en la transfiguración teatral de la obra de Bregovic: “Karmen de Bregovic, con un final feliz”, una adaptación de Bizet.Según él mismo su música es un tanto esquizofrénica. Quizás porque está casado con una bosnia musulmana, su madre es ortodoxa serbia y su padre, croata católico… o no.Dicen que Bregovic acude allá donde le llaman. Y parece que es verdad, tanto como la pasión que siente por el directo y la charanga popular. Toca sentado y ¡de espaldas! a su banda, la dirige con su brazo derecho que ejerce de uña de guitarra, batuta, timón, periscopio y mouse, porque tiene cancha hasta para operar con un ordenador durante el directoGoran llora por su patria, pero la honra en cada melodía. El sigue presentándose como yugoslavo, y nada más.Su debut cinematográfico no pudo ser más propio de Goran. “Tiempo de gitanos”, es una de las mejores obras de realismo mágico que jamás se han filmado, y a la que Bregovic puso el compás que no podía haber sido otro.El día que muera, pedirá permiso, se dejará, y después volverá para responder ante los aplausos tres o cuatro veces. O mejor, como dice siempre al final de sus conciertos: “No mueran, los funerales son caros”.

Deja una respuesta