¿Zapatero y Sarkozy se alí­an contra la crisis?

Alianzas demasiado caras

Algunos acontecimientos parecen hablarnos de un fortalecimiento de la alianza entre España y Francia en términos beneficiosos para nuestro paí­s. Podemos recordar la cesión a Zapatero de una de las sillas que correspondí­an a Francia en la cumbre de Washington, la aceleración de la detención de etarras en territorio galo, o la propuesta de Sarkozy de encabezar con España la formación de un «Eurogrupo» que se transforme en el principal foro europeo contra la crisis. ¿Es tan fantástico el regalo como parece? ¿O detrás de los favores de Francia se esconde una factura a pagar demasiado cara?

Todos recordamos que fue Sarkozy quien finalmente hizo osible la presencia de España en la cumbre de Washington. Cediendo a Zapatero una de las dos sillas que correspondían a Sarkozy (como miembro del G-7 y como presidente de turno de la UE). Durante las semanas siguientes se sucedieron en el sur de Fracnia la captura de Txeroki -máximo dirigente de ETA-, e inmediatamente después la de Aitzol Iriondo, su sucesor al frente de la organización terrorista. Ahora se habla de un pacto entre París y Madrid, mediante el cual Zapatero garantizaría el apoyo a Sarkozy para presidir el Eurogrupo (que reune a los jefes de Estado y de Gobierno de los 15 países del Euro más Reino Unido, y que el presidente francés quiere convertir en el máximo foro europeo contra la crisis). A cambio, por un lado, de la presencia de España en todos los foros internacionales en la línea del Grupo de Washington del 15-N o del próximo 2 de abril en Londres; y, por otro, de que fuera el presidente español quien pidiera la convocatoria inminente del Eurogrupo, igual que hizo el pasado 10 de octubre. ¿Se está fraguando una alianza reforzada entre España y Francia que elevaría el papel internacional de nuestro país? La realidad es que Sarkozy utiliza a Zapatero para hacer avanzar sus planes en Europa, que cuentan con el rechazo explícito de Alemania y de todos los países del área de influencia germana. Sobre la base de concentrar la representación de a “Europa mediterránea”, Sarkozy pretende reequilibrar la relación con Alemania, limitando la hegemonía continental de Berlín. Zapatero ocupa aquí, por tanto, un papel subsidiario, muy lejos del de gran dirigente europeo que algunos medios nos quieren vender. Pero las atenciones de Sarkozy a España tienen sobre todo motivos muy prosáicos. Los enormes intereses galos en España -y no la “fluida relación” entre Zapatero y Sarkozy- son el motor de la política francesa hacia España. Por mencionar sólo algunos datos, entre las 100 primeras empresas que operan en España, 25 son total o mayoritariamente de capital alemán o francés, de las 50 empresas más exportadoras 28 son franco-alemanas, los primeros puestos de los grupos financieros por volumen de beneficios están ocupados por un grupo alemán, Volkswagen Finance Group, y un francés, Renault Financiaciones, y de las 20 empresas con mayores beneficios, 16 son alemanas (8) y francesas (otras 8). Pero, sobre todo, los bancos franceses son los segundos acreedores, tras Alemania de los bancos y empresas españolas. París controla el 18,8% de la deuda privada española, una cantidad que asciende a 219.766 millones de euros, algo más del 20% del PIB español. Lo que significa que, sólo en concepto de intereses, los españoles estamos obligados a pagar a los bancos franceses una cantidad cada vez mayor. Si tenemos en cuenta que la deuda privada española se ha duplicado durante los años de gobierno de Zapatero, agigantando así el negocio de los bancos franceses, entenderemos que Sarkozy cuide de manera especial su relación con el presidente español. ¿Cuánto nos va a costar los “favores” que Sarkozy ha concedido a Zapatero¿ ¿Hasta dónde se va a incrementar a causa de ellos la dependencia de nuestro país respecto a París?

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