SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Alguien voló sobre el nido del cupo

España, 2013. El País Vasco y Navarra, con un nivel de renta per cápita entre treinta y veinte puntos superior a la media, no aportan nada a la solidaridad interterritorial, en virtud de una interpretación política y contable de los conciertos forales que no está incluida en ninguna disposición adicional de la Constitución de 1978.

Extremadura, la región más pobre, con una renta cuarenta puntos inferior a la media, 30% de paro, el mayor índice de empleo público de todo el país (29,8% de la población ocupada) y receptora neta de la solidaridad territorial, se permite la frivolidad de bajar impuestos.

La prensa madrileña comienza a hablar del Arco Mediterráneo, cosa impensable hace apenas unos años. Un atisbo de concertación de las regiones mediterráneas inquieta en la capital. Inquieta en Sevilla. E inquieta en Bilbao. Sevilla-Madrid-Bilbao, el eje que más ha regido la política española desde el congreso socialista de Suresnes en 1974. Catalunya, Comunidad Valenciana, Baleares y Murcia suman más del 35% del PIB y más del 40% de las exportaciones. 15,4 millones de habitantes. Un 32,6% de la población articulada por un mínimo programa común –reajuste general de los flujos fiscales y de las solidaridades, apuesta en serio por el corredor mediterráneo, presión a favor de la pequeña y mediana industria exportadora, articulación financiera regional, desarme de los recelos y definitivo archivo de los Països Catalans, expresión que no ayuda a nada– provocaría una sacudida. Esa convergencia mediterránea, esbozada en la actual discusión sobre la asimetría del déficit público, preocupa. Y se activan los cortafuegos. Rebrote anticalanista en Baleares y estrambóticos apuntes en Valencia sobre el “origen ibérico” del valenciano. Valencia será la pieza clave en las elecciones autonómicas del 2015. En Valencia seguramente se decidirá el destino político de España. Ausencia de mano izquierda en Catalunya, donde la sentimentalidad ya ha desbordado totalmente las frías defensas de la inteligencia política. Efectos de la crisis en una sociedad con un elevado concepto de sí misma (seguramente demasiado elevado). Catalunya es un camión en la autopista europea, con el motor echando humo y la cabina llena de emprenyats escuchando a Lluís Llach a todo volumen. “¡Vamos a Ítaca, vamos a Ítaca!”, le dicen a Artur Mas, agarrado con manos sudorosas al volante.

El Gobierno Rajoy homenajea a Josep Tarradellas y acepta que el viejo president tenía razón cuando auguró que el café para todos acabaría siendo tóxico para España. “Estos es Jauja. Esto no puede funcionar”, dijo en 1981. El café lo empezaron a servir Adolfo Suárez y Manuel Clavero Arévalo para diluir el impacto de la restitución de la Generalitat en 1977. Y el PSOE lo derramó en Andalucía en 1980 –con el apoyo del abogado Clavero, siempre obsesionado con Catalunya–, para quemar a Suárez. Y después vinieron las taifas que tanto alarman a Soraya Sáenz de Santamaría. El plan de reforma de las administraciones apunta de nuevo a Catalunya y en la cabina ya no caben más emprenyats. Nos esperan 20 años más de forcejeo, diga lo que diga la sentimentalidad. Mientras la política española, asustada por los efectos de la crisis, se recompacta (pacto Rajoy-Rubalcaba), las encuestas dicen que Catalunya se fragmenta. Y aún falta computar a la monja Teresa Forcades, que puede sacar muchos votos. República menestral angustiada.

El PSOE andaluz, la CiU del Sur, observa el tablero y desde Sevilla envía mensajes cifrados a Madrid y al País Vasco: “Vayamos con cuidado”.

En Pamplona y en Bilbao hay un enfado cósmico con la política y el periodismo catalán por haber colocado el foco sobre el cupo y el convenio. No lo entienden. Y no se lo esperaban. En el círculo de Iñigo Urkullu aceptan que el lehendakari se equivocó tomando partido contra la asimetría en el déficit. Unión del Pueblo Navarro ha puesto en marcha una campaña de mociones en todos los ayuntamientos. En la tira cómica del Diario de Navarra, el abuelo carlista desempolva el trabuco. En el País Vasco ha salido en tromba el PNV vizcaíno y moderado. Andoni Ortuzar, presidente del Euskadi Buru Batzar: “Aceptamos estar en el Estado por el Concierto; si se rompe, estamos libres”. El Gobierno vasco aún tiene abierta con Madrid la negociación sobre la ley quinquenal del cupo y la Y ferroviaria (AVE). Se están haciendo números. La discusión, sin embargo, puede reforzar al PNV como baluarte del Concierto. Otro tanto ocurre con UPN. El PNV debe decidir ahora entre el enroque y las relaciones públicas. Había planes para ir con CiU –o con Unió– a las europeas. El joven Madina, perplejo, pide que dejen al País Vasco tranquilo: este hombre parece que aspira a gobernar España. Carme Chacón maldice a Pere Navarro en la intimidad. Y Pérez-Rubalcaba, profesional, se postula como válvula de seguridad del Lío que no Cesa.

Casa de locos, dice Ramón de España, amigo de Francesc de Carreras. Efectivamente, España, un manicomio.

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