SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Alemania sobre todo

(…) Alemania ha sido una de las grandes beneficiarias de la creación del euro. En el ámbito monetario, controla “de facto” la política del Banco Central Europeo, que se ha ajustado más a sus intereses que a los del conjunto de la Eurozona. En lo fiscal, ha modificado el Pacto de Estabilidad y Crecimiento cuando lo ha estimado conveniente para su situación económica. Desde el inicio de la crisis financiera, el Gobierno germano ha impuesto su agenda para hacerle frente y disfruta de unas condiciones de financiación extraordinarias a costa de los demás socios. Con su negativa a que el BCE compre deuda de los países con dificultades, ha asumido el riesgo de una ruptura del euro, porque -sin un prestamista de última instancia- no hay unión monetaria que pueda sobrevivir. Según Fernando Fernández, mientras €1 no valga lo mismo en un banco español o alemán, no se resolverán las diferencias de financiación en la Eurozona. Hay que crear un Fondo Europeo de Garantía de Depósitos

Los miembros del Eurogrupo son conscientes de que -para superar la crisis- hay que avanzar en la integración monetaria, financiera y fiscal, pero -mientras se logra este objetivo-, urge estabilizar los mercados, reducir las primas de riesgo y garantizar la sostenibilidad de la deuda soberana, para lo que resulta indispensable la intervención del BCE. Los socios no se ponen de acuerdo sobre la manera y el ritmo requeridos para avanzar en la integración. Los virtuosos Estados-hormiga del Norte -liderados por Alemania- desconfían de las derrochadoras cigarras del Sur, inmersas en una desastrosa crisis económica, que ha llevado a realizar el rescate de Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre, y a poner contra las cuerdas a España y a Italia. La Comisión Europea, el BCE y el FMI han impuesto a los libertinos draconianas medidas de austeridad, que empeoran su situación económica y hacen poco viable la recuperación. Francia, España e Italia están tratando de que la UE acepte contrarrestar las medidas de control del gasto público con otras de impulsión del crecimiento, pero Alemania, Holanda y Finlandia mantienen su dogmatismo fundamentalista en la lucha contra la inflación, caiga quien caiga (…)

Debido a la presión de opinión pública germana -contraria a prestar ayuda- y a la celebración de elecciones el próximo Octubre, Ángela Merkel ha adoptado una posición contradictoria con respecto a España, pues -si bien ha respaldado públicamente la actuación de su Gobierno- está dificultando la adopción de medidas urgentes necesarias para que pueda superar sus problemas financieros, como la compra de deuda por el BCE, la financiación directa de los bancos por el MEDE o la emisión de eurobonos. ¡Con estos amigos, no se necesitan enemigos!. Se han vuelto las tornas y se ha pasado de una Alemania europea a una Europa alemana, en la que el país germano hace honor a su himno nacional:”Alemania sobre todo”. Su Gobierno está preocupado porque las ventas a la UE -que suponen el 58% de sus exportaciones- han disminuido un 7% en el último año, por el descenso de consumo provocado por la crisis. Según Sylvia Nasar, no parece que los alemanes se hayan dado cuenta de que la prosperidad de España y de sus socios de la UE es la suya propia. Como le ha advertido gráficamente el Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, estamos todos a bordo del “Titanic” y, si se hunde el buque, no se salvarán ni los pasajeros de primera clase.

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