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Alemania: ¿paraí­so fiscal?

Si tiene dinero y no quiere pagar impuestos, lo mejor es buscar un paraíso fiscal. Como Alemania, un país donde parece que el fisco consiente la creatividad para evadir.

«Alemania es la mejor»: eso es algo que les gusta escuchar a los alemanes. Y no sólo cuando se trata de futbol, sino también cuando se trata de vender coches o máquinas, cuando se habla de paisajes y muchas otras cosas. Paro ahora las alabanzas van en otro sentido. La Tax Justice Network (TJN) publicó un ranking con los mejores paraísos fiscales del mundo. Y Alemania está entre los mejores. Nada menos que en el puesto numero ocho antes que la isla de Jersey o Panamá. Para variar, el campeón imbatido sigue siendo Suiza.

La Tax Justice Network es una organización no gubernamental comprometida con la justicia fiscal a nivel mundial. En 2012, calculó, por ejemplo, que 280 millones de euros fueron evadidos del fisco en todo el mundo. En el ranking actual de los paraísos fiscales más efectivos, la ONG analizó en qué países era más fácil rastrear el origen del dinero. Además, el informe relaciona esta “infraestructura del delito fiscal” con el volumen de la economía del país, arrojando un resultado previsible: Alemania, Japón y Estados Unidos en el Top 10 debido a su importancia económica.

Biotopo para evasores fiscales y otros delitos

Markus Meinzer, de la secretaría de TJN, es uno de los coautores del ranking de paraísos fiscales. En su opinión, Alemania tiene un puesto prominente en la lista debido a que aquí es fácil ocultar beneficios. Por ejemplo,” algunos balances anuales no se publican en el registro de empresas. Hay una cláusula que permite negarse”. Dichas prácticas conducen a que “sea muy difícil reconocer lo que estas empresas hacen exactamente en Alemania y qué impuestos pagan.” “En otros países no es igual. Allí los funcionarios quieren ver un balance anual“, aclara el experto.

Pero además de la ocultación de beneficios, también se dificulta el rastreo del origen del dinero: “Las empresas no tienen que mostrar quiénes son realmente los propietarios. Es decir, las personas reales de carne y hueso a las que pertenece la empresa”. Una situación privilegiada para la criminalidad organizada. Expertos calculan que en Alemania se lavan anualmente entre 29.000 y 57.000 millones de euros de dinero negro. Los más beneficiados: mafias, políticos corruptos y dictadores.

Lagunas fiscales

¿Se podría decir que Alemania es realmente un paraíso fiscal? ¿Un oasis para criminales y mafias? Thomas Eigenthaler, del Sindicato de Hacienda de Alemania, no lo formularía así “No podemos hablar directamente de un paraíso”, aclara con cuidado: “tenemos huecos indirectos y algunos se aprovechan de las lagunas”. Dichas lagunas son fáciles de reconocer nada más ver las oficinas del fisco: “En la hacienda alemana se sabe que hay deficiencias de personal. Existen cálculos, pero los ministros de los estados federados no hacen caso. Sólo se llega a una cuota de entre el 80 y 85% del personal que calculan los ministros”, afirma Eigenthaler.

Si saliese a la luz que los bancos alemanes evaden impuestos ante el Estado y que se trata de cantidades superiores a 10.000 millones de euros, eso sería un indicio de la ineficiencia del sistema fiscal alemán. Casos como el de Uli Hoeneß, directivo del FC Bayern Múnich que ocultó millones al fisco, son sólo la punta del iceberg, y si hubiese más personal, podrían evitarse casos como ése.

“Ministro de la hipocresía”

Hace años, el ex ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, hizo enfadar a Suiza atacándola por el secreto bancario. Según el ministro, eso promueve la evasión fiscal y si la Confederación Suiza no actúa, habría que “enviar a la caballería”. En efecto, Suiza es el paraíso fiscal numero uno en el mundo de acuerdo al informe. Pero Alemania, que se jacta de ser un país correcto en la imposición fiscal, se ha convertido, por su parte, en el principal refugio para evasores suizos, según el mismo reporte.

Para el autor de TNJ, Markus Meinzer, estos gestos de indignación son la “cumbre de la hipocresía”: “Por una parte, los políticos obtienen información fiscal en secreto. Y por otra, no se acometen las reformas suficientes para evitar tener que usar esos datos”. Thomas Eigenthaler tampoco se muestra ilusionado con las reacciones de algunos políticos. El dictado de las leyes posibilita la evasión y, debido a las diferencias fiscales dentro de Europa, parece que tanto empresas como grandes empresarios están invitados a quedarse con lo mejor del pastel: “Empresas internacionales tiene así todo un mundo de posibilidades”.

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