Ayer, en estas mismas páginas, reseñamos la noticia del atentado suicida a la embajada alemana en Kabul (bajo el título «La geopolítica del hombre bomba»). En el cual se abrió el interrogante sobre si el atentado podría formar parte de una campaña para favorecer o justificar el despliegue militar germano en Afganistán: «¿Es pensable que los atentados a las tropas alemanas formen parte del «frente externo» de esta campaña? ¿Es posible que se busque, mediante estas vías fraguadas en no se sabe qué sótano de la CIA en Kabul, justificar la presencia y el futuro aumento militar alemán en Afganistán?». Pues bien, un día después se aportan nuevos elementos favorables a esta hipótesis.
La resuesta del Ministro de asuntos exteriores alemán tras el atentado ha sido afirmar taxativamente que “Alemania no retirará sus tropas de Afganistán”. Franz Walter Steinmeier añadió: “No nos dejaremos intimidar por el terror ni abandonaremos el compromiso de ayudar al pueblo afgano”. Allanando el terreno para un futuro aumento de la participación de las tropas alemanas en la zona.Alemania tiene 3200 soldados desplegados en Afganistán y recientemente rechazó la petición de más efectivos que de la OTAN. Más de la mitad de la sociedad alemana es partidaria de la retirar las tropas de Afaganistán y las próximas elecciones alemanas comprometen la posición de los candidatos sobre este tema.La participación de Alemania y otras potencias europeas en Afganistán es clave para el éxito de los planes del nuevo presidente Obama. EEUU no sólo necesita reafirmas su presencia en Afganistán con más efectivos europeos, sino que le es imprescindible que estas participen en operaciones militares, no sólo humanitarias, en la región.