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Alemania exige penalizar a la banca española por su inversión en deuda soberana

Alemania exige penalizar a la banca española por su inversión en deuda soberana

Lo que más claro les ha quedado a los banqueros españoles en sus contactos con las autoridades comunitarias en los últimos meses es que las entidades germanas quieren un trato diferenciado. Alemania quiere que la valoración de su deuda quede por encima de todas las demás y que la inversión de los bancos europeos en deuda soberana de los países periféricos, por lo tanto, tiene que ser penalizada. Es el mensaje más claro que han vuelto a recibir en su visita a Fráncfort los representantes de la banca española, donde han vuelto a escuchar unas cuantas vaguedades sobre la hoja de ruta que tienen previsto aplicar los ejecutivos del Banco Central Europeo para que pueda entrar en vigor la supervisión bancaria única a partir del 4 de noviembre del 2014. La visista nos les ha servido de mucho, salvo para volver a dejar claras sus ideas y sus preocupaciones.

Los bancarios que se desplazaron a Fráncfort se sienten muy cómodos con su inversión en deuda soberana española. Pese a que el BCE pueda acabar admitiendo las presiones de Alemania, en su cuenta de resultados la inversión en deuda contabiliza beneficios. Recomiendan a los alemanes que consulten el registro de las inversiones realizadas así como la caída de la prima de riesgo, lo que les hará concluir con claridad los beneficios que en el momento actual se puede apuntar el sector por este concepto.

En cuanto a los mensajes que quiere enviar el Banco Central Europeo ya los habían oído en otras ocasiones pues Fráncfort ya dio a conocer en la penúltima semana de octubre la hoja de ruta para la entrada en vigor de la supervisión bancaria única como el primer gran paso con en el que poner las bases de la unión bancaria europea.

Los detalles que esperaban conocer sobre la metodología que se va a aplicar para realizar el análisis de los aproximadamente 130 bancos no los conocerán las entidades europeas hasta principios de año. Aunque desde este momento se está llevando a cabo la evaluación del riesgo financiero de las entidades. El Banco de España tiene un modelo que se ha aplicado con anterioridad y es el que se va a aplicar en esta ocasión a las entidades españolas.

El segundo paso que se va a producir es el del análisis de la calidad de los activos, el Asset Quality Review, que se va a efectuar a partir de los balances que presenten las entidades financieras europeas a 31 de diciembre de este año. Ya se conoce en este caso que se analizarán por una parte los activos en balance como los créditos, la exposición a la deuda soberana, y la posición en el mercado interbancario. En las pruebas realizadas a la banca española en el 2011, que tanto criticaron en su momento los diputados populares, ya se penalizó la inversión en deuda soberana con una quita de entre el 2 y el 5 %. Pero nada de esto ha quedado resuelto en el encuentro de los banqueros españoles y otros cinco países con los ejecutivos del BCE.

También se analizarán las posiciones de los riesgos fuera de balance para poder determinar si las provisiones y las garantías son las adecuadas.

Con posterioridad se realizarán las pruebas de resistencia, aspecto sobre el que menos precisiones han recibido los bancarios españoles en su viaje a Francfort. Pero no dan por perdida la ‘excursión’. Consideran que resultaba muy importante dejar claras sus preocupaciones ante testigos. Y sobre todo una de ellas, que los bancos españoles no vuelvan a salir peor tratados que los demás bancos.

También tienen mucho interés en buscar las conexiones más fluidas con las autoridades que se van a encargar a partir de ahora de la supervisión de sus entidades respectivas. De paso han dejado traslucir su malestar con el secretismo con el que gestiona el Banco de España toda la información que recibe o en la que participa como miembro natural del consejo de gobierno del BCE.

En más de una ocasión han obtenido información relevante que les afectaba a través de sus colegas de otros países o de las patronales de bancos de la competencia debido al mutismo que mantiene, como ya es tradicional, el Banco de España.

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