Corresponsalí­a Asturias

Albo confirma el cierre

Tras la reunión que se realizó ayer a la que acudieron el director general de recursos humanos de la emresa Conservas Albo, José Antonio García Carreño con los representantes sindicales de los trabajadores Albo de CCOO y UGT ya conocemos los planes que la dirección de la conservera tiene con el cierre de la planta Albo en Candás. “No hemos venido a despedir a nadie. Todos los trabajadores que decidan trasladarse a Vigo recibirán una ayuda extra para vivir con sus familias y se les mantendrá la categoría laboral. A los que renuncien a este traslado se les indemnizará muy bien”. De esta forma, Albo tiene el plan de trasladar la línea de actividad de conserva de bonito a su planta de Vigo, concentrando de esta forma la producción y trasladando a los trabajadores que deseen conservar sus puestos de trabajo. La información facilitada es poca, y hasta el lunes los sindicatos no recibirán el expediente completo para estudiar la propuesta, en la que si bien ambos sindicatos no se ponen de acuerdo, lo que tienen claro es que se negarán a la propuesta de cierre de la planta asturiana de Candás. A su vez, el miércoles se reunirán con los trabajadores en asamblea para sacar una postura clara ante la sorpresa y desconcierto que ha provocado esta noticia de cierre que viene de una forma rotunda y de frente sin dilación alguna por parte de la conservera. Desde luego, el cierre de esta planta productiva histórica en la comarca es un varapalo para el tejido industrial local. Una tendencia que durante estos años en la que nuestra economía se ha centrado en producir “ladrillo” se ha gestado junto con la crisis. Una tendencia que el Gobierno reproduce con su plan anticrisis en el que dedica el grueso del presupuesto a obras, obras que no generan en sí puestos de trabajo ni riqueza a largo plazo. La industria productiva se ha olvidado durante años, y en la crisis lejos de impulsar el motor productivo de nuestro país que produce productos de alta calidad y potenciar la reinversión para generar así riqueza y empleo, los cierres de empresa y los expedientes de regulación de empleo son el pan de cada día. Una apuesta clara por el sector productivo y el ahorro para la redistribución y la inversión generaría puestos de trabajo y riqueza que nos permitirían salir de la crisis con una alternativa buena para trabajadores, industria productiva y PYMES, sin embargo se le inyecta ingentes cantidades de miles de millones de euros a la banca. Si se invirtiera ese dinero público en ayudas a familias y PYMES al 1% que es como lo da el Banco Europeo, y se invirtiera en empresas productivas potenciando la reinversión la debilidad de nuestro tejido industrial se comenzaría a convertir en fortaleza, en generar riqueza y empleo. No puede ser que empresas históricas como Albo retrocedan en infraestructuras y plantas productivas mientras los políticos se quedan de brazos cruzados, los subsidios, prejubilaciones y condiciones de los puestos de trabajo que se pierden, son necesarios para las familias que quedan de patitas en la calle, pero no es ninguna solución a largo plazo, es pan para hoy y hambre para mañana, ya que la capacidad productiva y de creación de puestos de trabajo disminuye a pasos forzados encadenándonos a ser un país de servicios.

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