Crónica de los Goya

Alberto Rodrí­guez

«Indiscutiblemente con el monopolio norteamericano es muy difí­cil competir, por eso se necesita el apoyo del Estado»

¿Crees que desde las mismas nominaciones, los Goya han sido un reflejo del potencial de la industria del cine?

Sí, incluso creo que se han quedado cortos. No todo los años puedo, pero este año he podido ver las películas, y habían más de 30 películas de mucha calidad y muy diversas. Ha sido un año excepcionalmente bueno y variado. Contradiciendo todos los tópicos sobre el cine español, que si es malo, que si siempre trata los mismos temas…

Habría que echar un vistazo a lo que ha pasado. En los Goya muchos profesionales han decidido dar su opinión sobre la situación actual, que como ciudadanos tienen todo el derecho, y al día siguiente se lía en prensa. Pero una semana después tienen a la primera dama de EEUU dando el Oscar a la Mejor Película. Esa es la diferencia y la importancia que se le da al cine. Para ellos es la tercera industria del país, pero hay que tener en cuenta que el cine exporta una forma de vida y de pensar al mundo entero. Los franceses que son el motor del cine en Europa, tienen un acuerdo entre izquierda y derecha para que no se toque el cine.

En la gala se levantó la bandera de esa capacidad de hacer cine potente que compita internacionalmente…

¡Es que podemos!. El año ha sido excepcional y hemos tenido todo tipo de presupuestos, excepcionales, altos o medianos-altos, como nosotros. Cabe todo y hay profesionales para abordar cualquier tipo de proyecto con garantías. Es una pena que no lo aprovechemos.

Cuando sales fuera, en los festivales, te das cuenta del interés que hay con el cine español, porque tiene un marchamo de calidad. Se ve como algo especial por encima de lo normal. Algo que no pasa aquí, un país en el que se ataca su propia cinematografía. «El cine exporta una forma de vida y de pensar al mundo»

¿Crees que hay que apostar por una línea independiente, es decir, que el Estado apueste por una política soberana en el cine?

Sí. Indiscutiblemente con el monopolio norteamericano es muy difícil competir, por eso se necesita el apoyo del Estado. También creo que hay que películas que hay que hacer. Todos pretendemos hacer buenas películas, pero no siempre aciertas.

Como decía antes, si en Francia hay industria cinematográfica es porque cuentan con el apoyo del Estado, con más dinero y apoyo político. Cada entrada que se compra, sea de la película que sea, un porcentaje revierte en el cine francés, a parte de las subvenciones directas, de los cines en los barrios y de un sistema educativo que hace que los niños se acerquen al mundo audiovisual de una manera completamente distinta.

Los Goya han reconocido especialmente el cine de animación. ¿Crees que por el valor del cine negro, por su capacidad de desentrañar las contradicciones sociales, debería ser más apoyado?

Como cualquier otro género. Hay que apostar por las buenas películas. Es cierto que el cine negro es muy interesante en estos momentos, pero ahora hay que alentar la industria porque se está desmoronando la poca que queda.

Hay que quitar el 21% del IVA, pero ya, porque aunque nos tengamos que apretar el cinturón, hay que ser conscientes de que las películas que hemos visto este año están financiadas antes de que empezaran los recortes. Esas estupendas cifras de taquilla son de antes, y este año va a ser muy difícil. No hago más que encontrarme a compañeros desesperados porque no hacen más que caerse películas, por la falta de liquidez generalizada.

¿Es posible poner en marcha otras formas diferentes de financiación para el cine, que no vayan por el camino de la Ley de Mecenazgo, aunque parece que no va a afectar al cine?

Hombre… ¿Ley de Mecenazgo?, puede ser, pero hablemos de cosas serias. Si se quiere que la gente invierta en cine tienen que haber unas desgravaciones impresionantes, del 60% o el 70%. Lo que pasa es que eso lo debería asumir el Estado y volvemos al problema de la politización.

¿No se puede salir de ese “entre la espada y la pared” que supone la cultura de la subvención y la Ley de Mecenazgo?, es decir, financiar aumentando la independencia del cine.

Las tres patas de la financiación son la productora, las subvenciones del ministerio y las televisiones. ¿Otro tipo de soluciones?, creo que el crowdfounding no puede funcionar aquí, porque no tenemos esa cultura de financiación. Además solo ha funcionado para financiar películas con presupuestos mínimos o en las que nadie cobraba. «Fuera se ve el cine español como algo especial»

Otra vía posible es un tipo de mecenazgo como el que se propone en Andalucía, una especia de “consumo cultural” que puede ser interesante. Una desgravación fiscal para el ciudadano que, a partir de una cifra determinada, consuma cultura de manera significativa. Es una buena idea que incentiva el consumo cultural y facilitando la inversión. Es una especie de mecenazgo, pero mucho más claro.

Grupo 7 ha obtenido Goyas en el terreno de la interpretación. ¿Sientes reconocido el trabajo de dirección de los actores? Desde luego la película tiene mucho trabajo invertido en los perfiles de los personajes

Sí. Estoy muy contento. El hecho de estar entre las cuatro candidatas y ser la segunda en nominaciones, me parecía un disparate. A esa fiesta ya fui contento. Además estuvieron los dos Goyas, que podrían haber sido tres sin mucho problema. El trabajo que ha hecho Joaquín es muy complicado, porque equilibra con el humor muchas secuencias que de otra manera serían insoportables. Conseguir esto es mérito de los dos, pero sobretodo suya. Con Joaquín bastó con quitarle los tics del teatro y que se diera cuente que el espectador no está a 14 metro sino que le tiene en primer plano. Y en el caso de Julián, que es un amigo desde muchos años, me alegré muchísimo. Y luego Antonio, que creo que faltó muy poco para que se llevara el Goya.

Es un éxito, más teniendo en cuenta la calidad que había. Me parece increíble que Fernando Trueba no se haya llevado ningún Goya.

¿Crees que también hay un éxito en convertir una película de temática de cine negro en una película para el gran público?

Si. Desde luego el reto era complicado desde el punto de vista narrativo, porque el espectador hace el viaje con los cuatro policías, no con el amigo bueno de los policías, ni con el fiscal o el periodista que investiga a los corruptos. Se trataba de que el espectador se identificase con ellos, y que su humanidad te llevara a saltarte tu propia moral y a hacer el viaje con ellos. Lo cómodo es engancharte a los buenos, no a los malvados. Por eso eran personajes tan complicados. Yo creo que este ha sido el secreto de la comercialidad y los premios.

Deja una respuesta