Renoir

Al desnudo

«Nunca creo que haber terminado un desnudo hasta creer que se puede pellizcar» Auguste Renoir. «Pasión por Renoir» es la primera monografí­a sobre el pintor francés que se organiza en España. Considerado el representante del impresionismo más sensual.

Sin duda su género referido es el desnudo femenino. Prefirió el desnudo a l paisaje. El crítico Albert Wolff escribió en "Le Figaro" calificó sus desnudos como un "amasijo de carnes en descomposición". Gabrielle fue su modelo favorita. Era la niñera de la familia , fue precisamente ella quien fascinada por la invención del cinematógrafo, llevó a una sala de cine por primera vez al niño Jean Renoir, convertido años más tarde en uno de los imprescindibles del cine francés. Viajó a España admirado por la obra de Velázquez. Sus cuadros se exponen justamente cerca de la sala de Velázquez, en dos salas entre Murillo y Goya. La exposición es sólo una breve retrospectiva pues llegó a firmar más de 4.000 obras, casi tantas como todas las que consiguió terminar el resto del grupo impresionista. Los colores que utiliza son arriesgados, acercando azules a rojos y blancos. En su paleta está el negro a diferencia de otros impresionistas. Su pincelada suelta y de gran cromatismo recuerda a Tiziano. Aunque Renoir posee una vibrante y luminosa paleta que hace de él un impresionista muy personal. Pintar en tiempos revueltosUn grupo de pintores entre los que se encuentran Monet, Pissarro, Renoir, Sysley o Cézanne enfrentados a los estrechos límites academicistas, se organizaron de forma autónoma, al margen del control oficial. Los pintores impresionistas se organizaron para enfrentarse a los límites del academicismo. Los Salones Oficiales eran el único canal de difusión, rígidamente controlados. Vetados en los círculos oficiales, crearon el “Salón des Refuses” (el Salón de los rechazados). Un criticó bautizó el movimiento al descalificar uno de los cuadros de Monet expuestos: “Impresión sol naciente” “al contemplar la obra pensé que mis anteojos estaban sucios…el cuadro no tenía derecho ni revés… ¡Impresión! Desde luego produce impresión.Pero ¿por qué producían una impresión tan negativa entre los críticos oficiales? Pintaban escenas de la vida burguesa, intentaron captar la velocidad de la revolución industrial. Y sin embargo, la sensibilidad que representan era percibida como un peligro para el arte oficial burgués.¿Y qué tiene esto de subversivo e incluso revolucionario? ¿Por que llegó a considerarse a Monet un peligro? El impresionismo demuestra que es posible ver la realidad con una mirada diferente a la impuesta como dominante. Cualquier demostración de que era posible ver el mundo desde otra perspectiva, era considerado subversivo. La pintura académica oficial era la representación del “buen gusto burgués”.Transformada en clase dominante, la burguesía impregnaba el arte de su posición y punto de vista. Dando lugar a una pintura plana, que solo aspiraba a copiar, sin alterar un milímetro, el mundo burgués en un lienzo. Igual que el Renacimiento tuvo que destruir la concepción y sensibilidad medieval y feudal, las vanguardias artísticas de las que el impresionismo es precursor, se vio obligado a enfrentarse a la sensibilidad dominante. Fueron tiempos revueltos. La primera exposición gira en torno a una fecha clave. Es el momento de La Comuna de París, la primera revolución obrera. El triunfo germano en la guerra franco-prusiana marcará un profundo cambio geopolítico, marcado por la irrupción de nuevas potencias, como Alemania y EEUU. Algunos, como Monet, abandonan Francia pero Renoir fue destinado al 10º regimiento de Cazadores, en Tarbes. Su regreso a París coincide con los días de la Comuna, que será cruelmente sofocada por el ejército.Las consecuencias de la derrota de Napoleón III ante Alemania afectarán también al campo del arte ya que el nuevo jurado del Salón rechazaría sistemáticamente toda innovación. En estas mismas fechas comenzó una gran depresión económica que acabará con el capitalismo de libre cambio para dar origen al monopolio. Alrededor de estos años se estaban gestando dos revoluciones científicas, el psicoanálisis y el desarrollo de la física que daría lugar a la mecánica cuántica que cambiaría para siempre nuestra misma concepción del mundo. La burguesía en el último tercio del XIX es ya un nuevo poder castrador frente a los que se rebelan en el terreno político, pero también artístico.El arte no es solo lo que dice, sino también cómo lo dice. Y la forma esta plena de contenido. La mirada en el hecho artístico enfrenta la realidad. No es solo un hecho formal, sino una posición ante el mundo. La mirada de Velázquez es revolucionaria. Y la nueva mirada de los impresionistas también. Hasta entonces el academicismo había impuesto una mirada plana y chata sobre la realidad. Considerando el mundo burgués como el fin de la historia. Con los impresionistas la realidad deja de ser única, y las reglas, dictadas por la Academia Francesa de Bellas Artes, dejan de ser excluyentes. Una nueva objetividad que marcó el camino que luego eclosionará en las vanguardias rabiosamente anticapitalistas. Eso era lo que temían.Los impresionistas “ensuciarán” el escaparate, darán nuevos giros. Varias son las rupturas, todas ellas claves, que establece el impresionismo. Comenzaron a liberarse de la dictadura de la forma. Ya no importa reproducirla la realidad con exactitud, sino plasmar la “impresión” que esta produce en el artista. Una imagen que no es un reflejo especular, sino una representación estilizada y subjetiva de una nueva objetividad. Sin limitarse al “cromo superficial”, al que el academicismo reducía la pintura. Para definir los contornos abandonaron el dibujo y trabajaron el color con múltiples pinceladas yuxtapuestas. Esas largas pinceladas fueron duramente criticadas por los academicistas, llegando a decir que “los nuevos estrujan directamente sus tubos de pintura sobre los cuadros”. Pero esa forma de pintar ya estaba presente en Velázquez y la pincelada impresionista debe mucho a la paleta de Goya. Utilizarán el color para descomponer la realidad y luego recomponerla desde otra perspectiva. Utilizando las nuevas teorías científicas sobre el contraste de color, conformarán sus cuadros con pinceladas aisladas en sí mismas y que no obedecen a la forma o al color del modelo, pero que en su conjunto, al ser percibidas por el ojo, adquieren la unidad necesaria. Y, con este efecto, puramente pictórico, donde sólo interviene el pincel del pintor y no el lápiz del dibujante , consiguen dotar a la representación de la realidad de una nueva dimensiónEl impresionismo eliminó de su paleta el negro, porque observan que las sombras nunca son negras sino coloreadas. De la misma manera el blanco puro no existe, sino que la luz lo carga de matices innumerables. Renunciaron al concepto de perspectiva euclidiana que había dominado la pintura hasta entonces. Desaparece, por tanto, el primitivo punto de fuga. Apuestan por una pintura plana y bidimensional porque en realidad es como percibe nuestra retina. El impresionismo ejerció una fuerte influencia. La obra de Cézanne anticipó el cubismo, mientras que la de Gauguin y Van Gogh representaron el comienzo del expresionismo.Velázquez, Pintor de pintoresPara renovar el mundo de la pintura, los impresionistas volvieron la mirada a Velázquez, aprendiendo de las fuentes de la gran pintura española. Detrás del impresionismo está Velázquez. Cuando Manet visitó el Prado en 1865, comprobó que un artista sevillano había descubierto dos siglos antes la pintura que estaba buscando. Manet se refirió a Velázquez como “el pintor de pintores”. En su correspondencia , Manet expresa la conmoción que le produjo la obra de Velázquez: “ el retrato de Pablo de Valladolid es quizá el trozo de pintura más asombroso que se haya pintado jamás. El fondo desaparece. Es aire lo que rodea al personaje, vestido todo él de negro y lleno de vida”El impresionismo descubrió a Velázquez como una de las vigas maestras de la pintura. Hasta ese momento era un aun pintor desconocido, incluso ninguneado. Le acusaron de pintar con borrones, de no terminar los cuadros. Se atrevió a igualar a reyes y bufones y mendigos en sus cuadros, a elevar a unas simples hilanderas hasta el mito de Palas y Aracne. Desdeñó lo insustancial para pintar sólo lo importante. Hicieron falta dos siglos, fue necesario que la pintura entrara en la modernidad, para que se pudiera apreciar la gigantesca magnitud de Velázquez, la potencia de una mirada que se atreve a mirar mucho más allá de su tiempo. Sobre la exposición“Pasión por Renoir” es la primera monografía sobre el pintor francés que se organiza en España. Renoir es un artista escasamente representado en las colecciones españolas, salvo la del Museo Thyssen-Bornemisza. Con 31 obras de todos los géneros: el retrato, la figura femenina, el desnudo, el paisaje, la naturaleza muerta y las flores cedidos por Colección del Sterling and Francine Clark Art Institute, de Estados Unidos. La exposición puede verse hasta el 6 de febrero en el Museo del Prado. Entre las obras hay un Autorretrato, el retrato de Madame Monet, paisajes como La barca-lavadero de Bas-Meudon y El puente de Chatou. También se encuentran los cuadros Palco en el teatro, Peonías y Cebollas (1881),

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