Los presupuestos de la Generalitat y los del ayuntamiento de Barcelona se han desbloqueado de forma paralela.
En Comú-Podem respaldará las cuentas de la Generalitat, permitiendo su aprobación, y las fuerzas independentistas, ERC y JuntsxCatalunya, darán su voto a los presupuestos del ayuntamiento de Barcelona, encabezado por Colau en coalición con los socialistas.
Es un balón de oxígeno político por partida doble. Por un lado acaba con la interinidad de las cuentas de la Generalitat, con unos presupuestos prorrogados desde 2017, ante la imposibilidad de alcanzar una mayoría en el parlament. Y por otro refuerza la posición de Colau en Barcelona, al permitirle aprobar los presupuestos con la mayoría más holgada desde su llegada a la alcaldía en 2015.
Un tripartito encabezado por ERC implicaría hoy una aventura de riesgo
Esta doble vía, que Colau y Pere Aragonés, vicepresidente económico de la Generalitat y líder de ERC, calificaron de “nueva etapa política”, ha dado visos de credibilidad a la propuesta de que las futuras elecciones catalanas puedan dar lugar a un “tripartito”, basado en un acuerdo entre ERC, el PSC y los comunes.
Esta vía implicaría la ruptura total de la mayoría independentista que permitió poner en marcha el procés, al separar a ERC de JuntsxCatalunya. Pero al mismo tiempo implicaría riesgos. No sería una reedición de los “tripartitos” que acabaron con los gobiernos de Convergencia y llevaron a la presidencia de la Generalitat de Pasqual Maragall o José Montilla. Esta vez estarían encabezados presumiblemente por una fuerza independentista como ERC que, a pesar de que ya no es la misma que en 2017, sigue formando parte del nódulo de las élites del procés.