SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Ahorrar toda una vida… para que el final se lo quede el banco

Miles de modestos ahorradores se hallan atrapados en las participaciones preferentes. Creían que contrataban un sencillo plazo fijo, pero estaban cediendo su dinero a perpetuidad para complejas operaciones.

Después de toda una vida trabajando como albañil, Francisco R. vecino de Conil, en Cádiz, fue con sus modestos ahorros a su banco de toda la vida. Acompañado de su mujer, se plantó en la sucursal y dijo que quería contratar un plazo fijo, depositar su dinero de manera que estuviera a salvo para cuando llegara su vejez. Le dieron a firmar unos papeles y le aseguraron que contrataba un producto con el que su dinero estaba blindado y podría disponer de él cuando lo necesitara.

Francisco apenas sabe leer y escribir. Su esposa es totalmente analfabeta. No podían imaginar que lo que en realidad les estaba colocando el banco eran participaciones preferentes, unos títulos de alta rentabilidad, pero también alto riesgo, que adquirían a cambio de ceder su capital a perpetuidad. Su dinero se lo quedaba el banco para siempre a cambio de los intereses.

Deja una respuesta