Cargando...Es de gran importancia valorar las repercusiones de las movilizaciones que se hacen, y sacar conclusiones de por donde se puede seguir, para conseguir los objetivos por los que se ha movilizado la gente.
El hecho de que una comunidad, en este caso Castilla la Mancha, le ueda negar un recurso hídrico a otra, atribuyéndose la propiedad sobre el agua de un río por la simple razón de que nace en sus tierras, ha movilizado a más de 400.000 personas en la convocatoria de Murcia el día 18 de marzo, y otras más de 9.000 diez días más tarde en la localidad Alicantina de Elche, y ha situado al proceso de aprobación del nuevo estatuto de Castilla la Mancha en punto muerto, ya que aunque destacados cargos de los dos partidos mayoritarios, como Maria Dolores de Cospedal por el PP o Ramón Jáuregui, entre otros por el PSOE, hayan participado en su elaboración y en su negociación, ahora sus partidos se han visto obligados a retroceder en sus planteamientos, ante la avalancha de manifestantes. A nivel parlamentario el movimiento fue encabezado por Rosa Diez, única diputada en el Congreso de Unión Progreso y Democracia, motivo que levó al sindicato de Regantes del Acueducto Tajo-Segura a otorgarle la medalla de oro, por votar en contra de este estatuto, precisamente por estar en contra de la derogación del trasvase. Pero lo que realmente a situado en “jaque” a los dos partidos mayoritarios es que se haya evidenciado, con las multitudinarias manifestaciones, a las que se han visto obligados a sumarse incluso, que esta es una ley absolutamente impopular, y ¿a ver quien se pone al frente de su defensa ahora?, mucho más a dos meses y medio de las elecciones europeas. La Comisión Constitucional, compuesta por tres miembros del PSOE, dos del PP, uno de CiU, PNV, EU, y Grupo Mixto, debatirá el miércoles 1 de Abril, si las referencias a la caducidad del trasvase caben o no en el nuevo estatuto, y el panorama no es como para confiar en la negativa, ya que tanto PSOE como PP tienen un mensaje distinto dependiendo de la comunidad autónoma en la que se les escuche, y los partidos nacionalistas, es conocido por todos que utilizan estos asuntos que no les afectan en su comunidad como moneda de cambio. A no ser que lideren el no Ezquerra Unida o el grupo mixto, habría que plantearse como conseguir que la voluntad expresada por miles de personas en la calle, sea escuchada por quienes deberían representarles.