Standard & Poor´s rebaja la calificación de la deuda española

Afilando los cuchillos

Cada rebaja en la calificación de la deuda significa un aumento en los intereses de la deuda que un paí­s o una empresa debe pagar por los préstamos que solicita. El momento elegido tampoco es casual. La nueva estocada de las agencias de rating, auténtico batallón de choque de Wall Street, supone un nuevo paso en la amenaza de una nueva vuelta de tuerca en el saqueo sobre España.

La decisión de Standard & Poor´s forma parte de un ataque coordinado. La semana pasada, Fitch -la tercera agencia mundial de rating- había rebajado la calificación de la deuda española.

Inmediatamente, la rebaja se ha trasladado a una cascada de comunidades y organismos públicos. Los bonos de deuda de Madrid, Asturias, Cantabria, Valencia o Aragón se ven obligados a pagar un interés mayor al ver mermada su nota de solvencia. Lo mismo ocurre con el ayuntamiento de Barcelona y organismos como el Instituto de Crédito Oficial (ICO), la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos, el fondo de rescate bancario (FROB) y el Fondo de Amortización del Déficit Electrico.

El varapalo se ha extendido hasta el corazón de la banca española. Standard & Poor´s y Fitch han bajado la nota a 10 bancos españoles -incluido el Santander-. Además, Standard & Poor’s ha empeorado su nota global sobre la fortaleza de la banca española, equiparándola con México, República Checa o Eslovaquia.

¿Por qué, precisamente ahora, las agencias de rating se ceban con España?

«Estamos a las puertas de una agudización del saqueo que Washington o Berlín pretenden imponernos» Ellos mismos nos ofrecen la respuesta. Standard & Poor´s ha justificado la rebaja en la calificación de la deuda valenciana arguyendo que “la Generalitat Valenciana ha retrasado la puesta en marcha de recortes en la primera mitad del año”. La misma agencia señalaba que “la incompleta reforma laboral agravará el problema de la deuda española”.

Estamos a las puertas de una agudización del saqueo que Washington o Berlín pretenden imponernos. Por eso sus batallones de choque -las agencias de rating- intensifican sus ataques sobre España, para “garantizar” una nueva vuelta de tuerca en los recortes sociales y la rebaja salarial.

Un atraco blindado
Gracias a las manipulaciones de las agencias de calificación norteamericanas, los españoles tenemos que pagar casi 50.000 millones de euros “extras” cada año por el incremento de los intereses de la deuda pública.

Es una suma equivalente al total de pensiones abonadas -47.792,66 millones de euros- a los 8,8 millones de pensionistas. Mayor que el presupuesto de todas las prestaciones por desempleo pagadas en 2010 -30.612 millones de euros- a cinco millones de parados, . Y 36 veces superior a los 1.351 millones que se reparten en míseras pensiones 2,3 millones de viudas.

Este es el atraco que los grandes bancos norteamericanos, alemanes o franceses -con la participación de la gran banca española- blindaron con la última reforma de la constitución, ejecutada con nocturnidad y alevosía por Rubalcaba y Rajoy.

A partir de ahora, el pago de los intereses de la deuda tendrá “prioridad absoluta”. Cobrará antes un banco extranjero que un jubilado español.

Y es que de cada 100 euros que nos descuentan de la nómina a cada trabajador por el IRPF -y que usted cree van a a financiar la sanidad o la educación públicas- 77 euros se los embolsarán este año bancos franceses y alemanes, fondos de inversión norteamericanos y grandes fortunas españolas, dueños del 80% de la deuda pública.

Arietes del saqueo financiero
“El monopolio en la calificación de crédito por parte de Estados Unidos es una herramienta estratégica en el desarrollo de su supremacía económica y política”. Así se califica, en uno de los principales diarios económicos españoles, el papel de las agencias de rating.

Si no partimos de este principio, no entenderemos nada de las aparentemente incoherentes decisiones que toman Moody´s o Standard&Poor´s, rebajando día sí día también la calificación de Portugal, Grecia o España.

«La agencias de rating son auténticas maquinarias de destrucción financiera» Las agencias de rating no son “entidades independientes de control financiero”. Tienen propietario, y responden a los intereses de sus dueños.

Sólo existen 200 agencias de rating en el mundo. Pero únicamente tres de ellas -Moody´s, Standard & Poor´s y Fitch- controlan el 95% del mercado, y sólo las dos primeras acumulan el 80% de todas las operaciones de rating.

Un hiperselecto oligopolio controlado en exclusiva por el gran capital norteamericano. Fitch, la tercera en discordia, opera en Londres y Nueva York, y surge de la fusión entre operadores europeos y norteamericanos. Standard & Poor`s y Moody´s están vinculadas al corazón de Wall Street.

Grandes bancos como JP Morgan Chase y Bank of America, nódulos de la gran burguesía norteamericana, forman parte de su accionariado. Lo mismo ocurre con importantes fondos de inversión -refugio del gran capital norteamericano- como Blackrock, Capital Group y Fidelity.

El entramado de relaciones se certifica con el intercambio permanente de altos ejecutivos. Un 25% de la alta dirección de las agencias de rating provienen de los staffs de los grandes bancos norteamericanos.

Periódicos nada sospechosos de izquierdismo como el The New York Times, han informado de una “posible relación delictiva” entre las tres principales agencias de rating y grandes bancos norteamericanos como Goldman Sachs, Morgan Stanley, Citigroup o Merryl Lynch.

Las decisiones de las agencias de rating no sólo afectan al interés que los Estados o bancos deben pagar por colocar sus emisiones de deuda. Sus calificaciones abren o cierran la puerta del mercado global a los productos financieros -como los bonos basados en hipotecas subprime-, o dirigen el flujo de capitales hacia determinados sectores o países.

Las revisiones periódicas de su calificación -anuales, trimestrales o incluso mensuales- les permiten tener completo acceso a la contabilidad de todos los Estados, bancos y monopolios. Una información extremadamente sensible que confiere poder a sus poseedores.

Una palanca tan sensible como la de las agencias de calificación de riesgos, monopolizada en exclusiva por la gran burguesía norteamericana se transforma en una auténtica “maquinaria de destrucción financiera”.

Moody´s o Standard & Poor´s han sido batallones de choque de Washington para imponer a los países más débiles e intervenidos -que ellos llaman despectivamente PIGS- draconianos planes de ajuste.

Desde que estalló la crisis, hace tres años, Grecia, Portugal, Irlanda y España han sido bombardeadas con hasta 47 recortes en su calificación crediticia.

Las agencias de rating cumplen este papel. Son quienes señalan, al rebajar la calificación de un país, las presas elegidas para ser sometidas al saqueo. Dando la señal para que el conjunto de buitres financieros se abalancen sobre ellas.

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