Afganistán, un dilema difí­cil

Un medio de comunicación estadounidense informó que Mark Mc Chrystal, máximo comandante de las fuerzas armadas estadounidenses en Afganistán, pidió, en un informe recientemente enviado a la Casa Blanca, aumentar por lo menos 40.000 soldados para Afganistán. Hoy en dí­a, ocho años después que Estados Unidos desataron la Guerra de Afganistán, el problema de si se aumentan las tropas ha llegado a ser un punto focal, de modo que la nueva estrategia de la Administración Obama sobre Afganistán y Pakistán ha quedado en un dilema difí­cil

En circunstancias en que Estados Unidos sigue esforzándose ara librarse de la recesión económica, las noticias sobre la poco ventajosa ofensiva, el aumento de las bajas y la flaqueante moral de los soldados en el campo de batalla en Afganistán hacen que el público estadounidense se sienta agitado e impaciente por la continua dilatación de la Guerra de Afganistán y sus sentimientos anti-guerra se vuelvan cada día más fuertes en tanto que también se incrementan cada vez más los comentarios de los medios de comunicación sobre la “tumba del imperio” y el “pantano de la guerra” así como las críticas de los republicanos THE WALL STREET JOURNAL.- Los esfuerzos del gobierno estadounidense de inyectar dinero en la economía han abaratado considerablemente el costo de endeudarse en dólares, en un momento en el que los activos estadounidenses ofrecen magros retornos. Los operadores, por lo tanto, están pidiendo prestado dólares y usándolos para financiar inversiones en divisas que ofrecen mayores retornos, lo que en la jerga de Wall Street se conoce como carry trade y que tienden a reducir el valor de la moneda que se pide prestada. Derrick lo describe como "casi una huida del dólar". China. Diario del Pueblo Un dilema difícil Un medio de comunicación estadounidense informó que Mark Mc Chrystal, máximo comandante de las fuerzas armadas estadounidenses en Afganistán, pidió, en un informe recientemente enviado a la Casa Blanca, aumentar por lo menos 40.000 soldados para Afganistán. Hoy en día, ocho años después que Estados Unidos desataron la Guerra de Afganistán, el problema de si se aumentan las tropas ha llegado a ser un punto focal, de modo que la nueva estrategia de la Administración Obama sobre Afganistán y Pakistán ha quedado en un dilema difícil. El pasado 27 de marzo, al anunciar su nueva estrategia, Obama dijo que “su meta clara y concreta” consiste en “socavar, desintegrar y derrotar a Al-Qaeda en Pakistán y Afganistán, y no permitirle en absoluto volver a sentar los pies en estos dos países”. Esto representa los nuevos pensamientos de que “el porvenir de Afganistán está estrechamente vinculado con el de su vecino Pakistán”, que “Estados Unidos no más dejará de suministrar recursos a Afganistán por razón de los combates en Irak” y que “vencer el extremismo no podrá apoyarse tan sólo en las armas y municiones”. Sin embargo, los hechos en el último medio año o algo más muestran que esa estrategia no sólo no ha podido lograr resultados inmediatos, sino, al contrario, permitir que la situación en Afganistán se vuelva más compleja y rigurosa. En realidad, tras los ocho años de guerra, Estados Unidos está cada vez más consciente de la complejidad inherente del problema de Afganistán. Hace poco, Mc Chrystal expresó públicamente sus dudas sobre la posibilidad de éxito de la nueva estrategia. Dijo en forma metafórica que si en Afganistán hay 10 talibanes y se mata a dos, el resultado será tal vez el incremento hasta 20, porque los parientes de los dos muertos se congregarán para tomar venganza. Al comprender lo complejo que es el problema de Afganistán, Mc Chrystal considera que la actitud de Estados Unidos sobre el problema de Afganistán debe ser “modesta”. El cambio de la actitud del general norteamericano da mucho que pensar. En circunstancias en que Estados Unidos sigue esforzándose para librarse de la recesión económica, las noticias sobre la poco ventajosa ofensiva, el aumento de las bajas y la flaqueante moral de los soldados en el campo de batalla en Afganistán hacen que el público estadounidense se sienta agitado e impaciente por la continua dilatación de la Guerra de Afganistán y sus sentimientos anti-guerra se vuelvan cada día más fuertes en tanto que también se incrementan cada vez más los comentarios de los medios de comunicación sobre la “tumba del imperio” y el “pantano de la guerra” así como las críticas de los republicanos. Además, se han revelado cada vez más pruebas de irregularidades en las elecciones presidenciales de Afganistán, de modo que la legalidad del futuro gobierno afgano y la racionalidad de la cooperación norteamericana con este gobierno ya están en tela de juicio. La solicitud de Mc Chrystal y otros sobre la continuación del aumento de tropas en Afganistán ha conducido inusualmente a las divergencias internas a salir a la superficie, lo que en esencia es una manifestación concentrada del agudo conflicto de posiciones de la sociedad norteamericana sobre el problema de la Guerra de Afganistán. El problema de Afganistán se ha convertido en una rigurosa prueba política para el actual gobierno norteamericano. En circunstancias en que los generales de las fuerzas armadas piden aumentar el número de soldados y los ciudadanos que les apoyan no alcanzan ni a un tercio, el gobierno estadounidense enfrenta un dilema difícil. DIARIO DEL PUEBLO. 12-10-2009 EEUU. The Wall Street Journal ¿Tiene freno la caída del dólar? Después de la paliza que ha recibido en los últimos meses y la todavía frágil salud de la economía estadounidense, algunos ya empiezan a preguntarse si el declive del dólar tiene un freno. La respuesta, tentativa por cierto, es sí. La caída de la divisa estadounidense se agudizó en el tercer trimestre que acaba de terminar a medida que las economías del mundo mostraron signos de recuperación y los inversionistas trasladaron su dinero a alternativas más arriesgadas en busca de retornos más altos. El dólar podría seguir cayendo en las próximas semanas ante las apuestas de los inversionistas de que otros países aumentarán las tasas de interés antes que la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que impulsa los retornos sobre esas monedas. El descenso del dólar, no obstante, podría empezar a revertirse si la moneda cae demasiado: a la larga, los responsables de las políticas monetarias de Asia y Europa podrían empezar a quejarse de que la debilidad de la moneda estadounidense perjudica su capacidad para exportar bienes a EE.UU. Al mismo tiempo, los inversionistas pesimistas podrían tratar de asegurar ganancias deshaciéndose de apuestas negativas. "Es posible que todavía haya ciertas dificultades, pero se podría decir que la baja del dólar ha alcanzado su límite", opina Alan Wilde, director de renta fija y divisas en la firma de valores Baring Asset Management, en Londres. El dólar es una moneda clave para el comercio internacional. Muchos países realizan sus transacciones comerciales en dólares no sólo con EE.UU., sino con otros países. Durante el tercer trimestre, la divisa estadounidense perdió 4,1% de su valor contra el euro y 6,8% contra el yen japonés, cuando llegó a su nivel más bajo desde finales de enero. La racha negativa del dólar, que ha coincidido con el repunte de las bolsas a partir de marzo, ha cobrado impulso durante los últimos meses. Las divisas de los grandes productores de materias primas se han disparado contra el dólar. El dólar australiano, por ejemplo, ganó 8,8% en el tercer trimestre, en parte como respuesta al optimismo sobre las perspectivas de China, un gran comprador de sus recursos naturales. La propia debilidad del dólar, sin embargo, podría ayudar a frenar su caída antes de fin de año, predicen inversionistas y analistas. Si el euro y el yen se siguen fortaleciendo, por ejemplo, se encarecerá el costo de las exportaciones europeas y asiáticas en los mercados internacionales. Hace unos meses, se especuló que varios bancos centrales europeos compraron dólares en el mercado abierto en un intento por mantener competitivas sus exportaciones. El crecimiento de Alemania, la mayor economía de Europa, sigue dependiendo en gran medida de las exportaciones, mientras que las autoridades monetarias de Francia han exhibido en el pasado temores similares. Al final del partido Otro factor a tener en cuenta en favor del dólar: los operadores han hecho un volumen inusualmente alto de apuestas contra la divisa estadounidense en las últimas semanas y podrían estimar que es hora de tomar ganancias, dicen los analistas. También existe el riesgo de que alzas en las tasas de interés superiores a las previstas, o una importante crisis en los mercados emergentes, atraigan a los inversionistas de nuevo al dólar en los próximos meses. "Nos encontramos casi al final del partido", dice Stephen Jen, director gerente en BlueGold Capital Management LLC, en relación a la trayectoria del dólar. "Recomiendo actuar con precaución". Aunque el dólar ha absorbido pérdidas importantes, el desempeño de la libra esterlina ha sido aún más débil. La libra cedió 2,6% contra el dólar y 7,2% contra el euro durante el tercer trimestre. Tal declive se produjo después de que la divisa inglesa repuntara 15% contra el dólar durante el segundo trimestre. Los inversionistas consideran que la economía británica está en una posición particularmente vulnerable a los efectos secundarios de la crisis financiera mundial y pocos esperan que el Banco de Inglaterra eleve las tasas de interés a corto plazo en un futuro cercano. Los mercados de divisas estuvieron tranquilos la mayor parte de julio y agosto, si bien el dólar sorprendió brevemente a los inversionistas al apreciarse luego de que se divulgara una serie de datos económicos que superaron las expectativas. Durante meses, el dólar tendió a bajar después de que se anunciaran noticias positivas, que los inversionistas interpretaban como una señal de que era hora de abandonar refugios seguros como la moneda estadounidense e ir en busca de inversiones más arriesgadas y rentables. Sin embargo, las promesas de las autoridades de política monetaria de seguir estimulando la economía para apuntalar la recuperación han convencido a los inversionistas de que EEUU no subirá pronto las tasas de interés. Simon Derrick, analista de divisas para Bank of New York Mellon en Londres, manifestó que el euro podría ubicarse cerca de US$1,55 frente a su actual nivel de US$1,46. Derrick añadió que los esfuerzos del gobierno estadounidense de inyectar dinero en la economía han abaratado considerablemente el costo de endeudarse en dólares, en un momento en el que los activos estadounidenses ofrecen magros retornos. Los operadores, por lo tanto, están pidiendo prestado dólares y usándolos para financiar inversiones en divisas que ofrecen mayores retornos, lo que en la jerga de Wall Street se conoce como carry trade y que tienden a reducir el valor de la moneda que se pide prestada. Derrick lo describe como "casi una huida del dólar". Inversionistas de la talla de Warren Buffett temen que el creciente déficit fiscal de EE.UU. y la gigantesca intervención de la Fed en los mercados de crédito socaven la fe en el dólar al desatar presiones inflacionarias. Cabe recordar que la inflación disminuye los retornos de los activos con pagos fijos, como los bonos del Tesoro estadounidense. Berkshire Hathaway Inc, el holding de inversión encabezado por Buffett, ha hecho grandes apuestas contra el dólar en los últimos años.La persistente debilidad del dólar también ha suscitado preguntas sobre su rol como la mejor moneda de reserva del mundo. Cerca de dos tercios de los activos de reserva del mundo están en dólares, según cifras del Fondo Monetario Internacional. Algunos críticos, especialmente en China y Rusia, han defendido una alternativa al dólar o un cambio a un sistema de múltiples divisas. THE WALL STREET JOURNAL. 7-10-2009

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