La UE y la Unión por el Mediterráneo piden a Israel una "negociación seria" con los palestinos

Advertencias a Tel Aviv

La conformación de un gobierno de extrema derecha en Tel Aviv entre los partidos más intransigentes ante los palestinos es causa de preocupación para las potencias europeas, que ven como Oriente Medio se convierte una vez más en un peligroso polvorí­n. Por eso, la Asamblea Euro-Mediterránea, que reúne a parlamentarios nacionales y europeos de los paí­ses que participan en la Unión por el Mediterráneo (UpM), exhortó ayer a Israel que reanude «negociaciones serias» de paz con el objetivo de lograr la solución de dos estados que coexistan juntos y en paz.

La Unión or el Mediterráneo (UpM), aprobó ayer en Bruselas una resolución sobre el conflicto de Oriente Medio que incluye el apoyo a la iniciativa de paz árabe (paz a cambio de la retirada israelí de los territorios ocupados) como "base sólida" para alcanzar una "paz duradera". La resolución salió adelante casi por unanimidad, con la excepción del representante israelí, lo que simboliza hasta que punto Israel se han deteriorado las relaciones diplomáticas de Israel tras la guerra de Gaza y el cambio de línea en la Casa Blanca. La UE, a través del alto representante de la UE para Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana, exigió a Tel Aviv que no tirara por tierra el proceso de Paz labrado durante años, que implica la creación de dos Estados independientes: "Con un gobierno de este tipo podríamos seguir trabajando por la paz. Eso sería mucho más difícil con un gobierno cuyo programa no contemple expresamente la ‘solución de los dos Estados’ y no respete los acuerdos establecidos hasta el momento", advirtió, al mismo tiempo que daba a entender, como dijo hace unos días, que las relaciones de la UE con Tel Aviv se resentirían en caso de no hacerlo. A pesar de que Israel parece ser sólo sensible a las presiones diplomáticas de Washington, Europa es el principal socio comercial y el principal mercado del país hebreo. Y que la advertencia la haga Solana –cuyos vínculos con el hegemonismo norteamericano no son ningún secreto- tampoco habrá pasado desapercibido.

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