Obituario

Adiós a Jordi Dauder

Anoche falleció Jordi Dauder, actor, activista, compañero y amigo de esta casa. Ganador del Goya por Camino. Prestó su voz, como actor de doblaje entre otros a Gregory Peck, Rod Steigner, Nick Nolte.

Exiliado en París, su adre murió en las cárceles franquistas, participó activamente en las movilizaciones de mayo del 68, cofundador y colaborador de la revista el Viejo Topo. Su papel en la resurrección de El Viejo Topo fue fundamental. La revista, que se había cerrado en 1982, reapareció en buena medida gracias a su entusiasmo y perseverancia. Regresó a Barcelona y abrió una librería en Badalona e inició la coordinación de la revista literaria Quimera estupenda guía de lectura y encuentro y un referente en el mundo literario. En realidad, su carrera como actor, no comienza hasta la década de los ochenta. Desde entonces, su biografía está ligada al cine, el teatro y los doblajes. Muy conocido en los círculos teatrales, como actor y como director. Ha interpretado las obras de autores como Samuel Beckett, Chéjov o Shakespeare y ha estado a las órdenes de directores teatrales de la talla de Gerardo Vera, Sergi Belbel o Calixto Bieito. Se ha subido a escenarios como el Teatre Nacional de Catalunya, el Mercat de les Flors, el Teatre Lliure, la Sala Beckett o el Centro Dramático Nacional.Dauder destacó especialmente en dos montajes de gran éxito: El burdel de Llüisa Cunillé con la dirección de Xavier Albertí y Aprés moi, Le déluge de Llüisa Cunillé, bajo la dirección de Carlota Subirós. “Nuestro país tiene una gran tradición teatral, y el teatro te da muchas tablas, mucho saber hacer, que dicen los franceses, muchos conocimientos, que luego te los llevas puestos a la tele o el cine. Y una concepción de interpretación como servicio al personaje, por más opuesto a ti que sea, no de ponerle cosas tuyas, sino ponerte tú a su servicio.” Dice. En televisión alcanzó la popularidad por su personaje en la serie “Nissaga de poder” (1996- 1998) junto a Emma Vilarasau en la TV3 donde encarnaba al malvado y retorcido Narcís Montsolís. Hablaba cinco idiomas, su dominio del lenguaje y su voz profunda le han convertido en uno de los mejores actores de doblaje. Participó en el doblaje de películas como La Guerra de las Galaxias, Gladiator o Matrix .En el cine se ha convertido en un secundario de lujo, gracias a su participación en películas como El puente de Varsovia (1990) de Pere Portabella, La marcha verde (2002) de José Luis García Sánchez, así como en la mayor parte de las obras de Ventura Pons. En 2008, gracias a su interpretación en Camino (2008), de Javier Fesser, consiguió alzarse con el premio a la Mejor Interpretación de Reparto. Participo en mayo del 68, militó clandestinamente durante la transición, desde entonces ha sido un incombustible activista, comprometido con la realidad social y reafirmándose en sus principios. Fue muy activo en las manifestaciones contra la guerra de Irak y la participación española bajo los gobiernos de José Maria Aznar. Entrevista para Foros21 2009 Goya al mejor actor de reparto por “Camino Eres uno de esos actores imprescindibles, de los que en España hay unos cuantos, de primera, pero que no suelen hacer papeles protagonistas. ¿Por qué tantos y tan buenos? Yo hace años hice papeles protagonistas. Fui protagonista absoluto, por ejemplo, de la serie “Nissaga de poder”, en TV3, durante tres años, y también fui protagonista en muchas obras teatrales, aunque parezca que no te conoce nadie hasta que no sales en la tele. Lo que pasa es que uno ya tiene la edad que tiene, y ciertos papeles protagonistas ya no los puede hacer. Hay otros actores que, como dices, son extraordinarios, más que otros principales, y siempre hacen papeles de reparto . Te defines como alguien comprometido con la vida. Participaste allá por el 57 en las primeras movilizaciones estudiantiles en la universidad de Barcelona, y te tuviste que exiliar por ello. Vengo de una familia republicana y socialista. Mi padre estuvo varios años en la cárcel de Valencia, era dramaturgo. Y yo he seguido la tradición familiar ideológica, y continúo fiel a mis principios a pesar del momento “light” que vivimos. Para eso no hace falta ser actor, lo puede hacer un albañil o un arquitecto, tener compromiso como ciudadano. Has participado en un proyecto de alfabetización en Portugal durante la Revolución de los claveles, has participado en movimientos vecinales en Barcelona, en los campamentos saharauis, en el “No a la guerra”…¿Qué te impulsa a ser tan activo? Cada uno es como es. A mi me apasiona la política, no la politiquera, sino la de contenido social. Utilizo mi popularidad para decir, como en el Sahara: no hay vergüenza. Y ahora con el Goya lo voy a hacer más. Creo que antes de “Camino” comentabas que una de las cosas que mas detestas es la religión, y sin embargo te has llevado un Goya por interpretar a un cura, y además del Opus Dei Háblanos del personaje de Don Luis. Ese debe ser el mérito que han visto, interpretar a alguien que está en mis antípodas. Pienso que la religión manipula las mentes. Dios, Yahve o Alá se utilizan para oprimir, reprimir, negar la vida. Lo religioso debería ceñirse al ámbito íntimo, no vivir de las subvenciones. Cuando Javier me pasó el guión de Camino dije que sí enseguida. Yo conozco la Clínica Universitaria de Navarra y a su capellán, y me había leído la historia de Alexia, la niña que inspiró la película. Me acerqué al personaje del capellán de la clínica con mucho respeto, como sólo se puede acercar uno a un personaje que va a interpretar. Procuré hacer un retrato sobrio de alguien con mucho poder por su puesto de capellán de la clínica. No es en absoluto una caricatura, intenté retransmitir fielmente lo que es. Sin opinar, sirviendo al personaje, con respeto y fidelidad. ¿Por qué Camino ha tenido tanto éxito? Porque es una película de una audacia extraordinaria, y realizada en un lenguaje novedoso. Y porque sus actores principales, Carmen, Nerea, han hecho interpretaciones extraordinarias. La gente ha visto un tema arriesgado, que nunca antes se había tratado en el cine, y ha dicho: aquí hay agallas. Y una forma cinematográfica impecable de Fesser. Cuando te preguntan qué te queda por hacer sueles decir que la revolución. Como a algunos de este medio nos gusta esa palabra, explícanos qué quieres decir. Ya se, ya, ya os conozco. Siempre queda la revolución: la individual, la cultural, la social, la económica. Todo lo que nos rodea es dinámico, no estático. O transformamos la realidad, o caemos en la involución. No hay que aceptar las cosas como son. Nadie las ha creado así, y nadie puede impedir que cambien.

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