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En lugar de desactivar la bomba de tiempo de un default histórico de la deuda, los Estados Unidos han llegado a un acuerdo de último minuto para financiar sólo su gobierno hasta el 15 de enero y elevar el techo de la deuda hasta el 7 de febrero.Esto podría ser lo mejor que los políticos de Estados Unidos pueden proporcionar en este momento. Pero ciertamente no es a lo que aspiraban millones de estadounidenses que han sufrido a causa de la debacle política y muchos titulares de deuda extranjeros que están preocupados por la seguridad de su inversión en EEUU. El presidente Barack Obama tiene razón al decir que los líderes estadounidenses necesitaban «ganar de nuevo» la confianza del pueblo estadounidense a raíz de la crisis. Sin embargo, no menos urgente es la tarea de la mayor economía del mundo para restaurar su reputación como un paraíso económico seguro.Si no puede abordarse de inmediato la preocupación de que las crisis impulsadas por la política se han convertido en la «nueva normalidad» en Washington, hay pocas posibilidades de que la economía de EEUU salga de la gran crisis financiera que la quiebra de Lehman Brothers desencadenó hace cinco años.El acuerdo del Congreso el miércoles ofrece una solución temporal para tirar de la economía de EEUU desde el borde de un default catastrófico de la deuda que podría haber devastado la economía global. El acuerdo, para ser justos, no se ocupa de la raíz de los problemas fiscales a largo plazo en los Estados Unidos.La disfunción política de Washington es la razón evidente de por qué los inversores internacionales dudan de su capacidad para cumplir con lo comprometido. Es la deuda de rápido crecimiento la que ha erosionado la confianza global en la capacidad y el compromiso de que el gobierno de los EEUU lo haga. Incluso su programa de estímulo monetario masivo sin precedentes ha presionado los costos de endeudamiento a largo plazo.El plan provisional también ha creado un foro político para negociar un acuerdo sobre el presupuesto más permanente, dejando abierta la posibilidad de otra amarga pelea presupuestaria y otro cierre del gobierno a principios del próximo año.La comunidad internacional daría la bienvenida a los rápidos esfuerzos de Estados Unidos para levantar la nube de incertidumbre que se ha impuesto a sí mismo, así como a las perspectivas de crecimiento del resto del mundo.Pero antes de que EEUU pueda llegar a serios planes de reducción del déficit a largo plazo para controlar un gasto público excesivo, los países que poseen bonos del Tesoro de Estados Unidos como China pueden tener que acelerar los preparativos para situaciones hasta ahora impensables.