El PSE y el PP han anunciado que el futuro Gobierno vasco retirará las ayudas económicas, por una cantidad que se eleva a más de 225.000 euros, que reciben las asociaciones de familiares de presos de ETA con el objetivo, según declaran, de sufragar los viajes a las cárceles. Así lo aseguraron tanto Rodolfo Ares, el secretario de Organización y responsable de la comisión del PSE-EE que negocia con el PP, «una orden puede anularse con otra orden», como Antonio Basagoiti, el presidente del PP vasco, «el chollo que tiene ETA con estos Gobiernos se va a acabar». Es necesario que esta decisión se amplíe a toda la maraña de subvenciones públicas que alimentan una variada tipología de asociaciones de toda índole, lingüística, cultural, deportiva,… que forman parte del entramado del terror.
Ares dijo que acabar con estas subvenciones es “una exigencia democrática y un ingrediente fundamental de deslegitimación ética, social y política”. Basagoiti explicó que “en el acuerdo con el PSE viene expresamente que no habrá un solo euro para los que defienden o justifican el terrorismo o para sus parientes”.
Son 225.000 euros del dinero público para seguir alimentando a los que “sacuden el árbol” para que los otros puedan “recoger los frutos”. ¿Se puede acabar con ETA sin desmontar el régimen etnicista que domina el poder autonómico en el País Vasco? Es necesario para recuperar la libertad y acabar con el régimen, que mantiene el terror, el miedo y el silencio, que el PSE y el PP tomen todas las decisiones políticas que permitan terminar con tan siniestras subvenciones.