Carteles que homenajean a terroristas: esto es lo que debe desaparecer de toda Euskadi

Acabar con el «culto al etarra asesino»

El fin de la «valla de la vergüenza» de Mondragón que engalanaba la verja de una céntrica sucursal bancaria, es una avance en la lucha contra el fascismo y por la recuperación de las libertades en Euskadi.

El Tribunal ordenó la retirada inmediata de las imágenes, consideradas un delito de “enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas”. Ahora hay que acabar con todos estos monumentos que en varios ueblos de Euskadi homenajean a estos asesinos sanguinarios y los presentan como víctimas. En Oiartzun, controlada por ANV, las fotografías de los rostros de presos de ETA adornan la fachada del Ayuntamiento. En Hernani, las fotografías de los presos del lugar también presiden el Ayuntamiento con el beneplácito de la alcaldía de ANV. En Zaldibia, gobernado por Aralar, la herriko taberna luce en su fachada las fotos de tres presos del lugar acompañadas de una pancarta que pide su vuelta a casa. Son frecuentes en todas las localidades vascas, incluida Bilbao, celebración de “ongietorris” (bienvenidas) a los presos de ETA que recuperan la libertad. Pancartas, carteles, panfletos, pintadas, celebraciones… forman parte de este macabro culto fascista de legitimación e impunidad al terrorismo. Un "culto" que -¿cómo olvidarlo?- existe en Euskadi gracias a los 25 años del régimen nazifascista instalado el el gobierno vasco, que hoy tocan a su fin.

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