Música

AC/DC: Dulce Condena

Puntuales como un reloj, los AC/DC irrumpieron en el escenario dispuestos a repetir un histórico concierto – se comentaba al finalizar que uno de los mejores -. Las campanadas retumbaron por todo Madrid, y para el que no sabí­a del evento musical, quizás fuera motivo de preocupación. Solo faltó el olor a azufre. Otros se quejan: un concierto diseñado para producir en cadena de gira. Pero son los AC/DC y no importa. Cada repetición es única porque la piel se la dejan antes de entrar al escenario y durante el concierto la renuevan; una dulce condena en el infierno.

Puntuales como un reloj, los AC/DC irrumieron en el escenario dispuestos a repetir un histórico concierto – se comentaba al finalizar que uno de los mejores -. Las campanadas retumbaron por todo Madrid, y para el que no sabía del evento musical, quizás fuera motivo de preocupación. Solo faltó el olor a azufre. Otros se quejan: un concierto diseñado para producir en cadena de gira. Pero son los AC/DC y no importa. Cada repetición es única porque la piel se la dejan antes de entrar al escenario y durante el concierto la renuevan; una dulce condena en el infierno.No hubo vises; eso faltó. Pero cada tramo fue espectacular. El estadio estaba a desbordar hasta los límites del escenario por los tres costados posibles. Riffs desgarradores con tortícolis de la que obliga hasta las colas de los W.C del campo. De principio a fin mantuvieron secuestrada la admiración de todo bicho viviente. Realmente parece que los AC/DC tienen firmado algún tipo de pacto con el diablo.A mitad de recorrido la banda hizo su “break”, pero como siempre Angus, afiliado al derroche enloquecido de “manada de ocas” y sudor en aspersión, no descansó, ni un solo momento. El paréntesis fue de nuevo para el colegial del demonio, la mandíbula abierta del compás. Dos torres con los cuernos robados a Satán, la corona de AC/DC, reinando sobre cientos y cientos de pequeños cuernos luminiscentes que sembraban de rojo el campo y gran parte de las gradas.La muñeca hinchable, esta vez, se sintió más provocadora, amante de la velocidad y el vapor. Alzándose sobre el escenario enardeció “montándose” el tren que cruzaba el escenario por encima de las cabezas de estos músicos de historia sonora imborrable; vamos, que se “folló” a la locomotora.La curiosidad estuvo en la novedad de una plataforma para minusválidos colocada en medio del campo, y habilitada para unas 30 personas. No se había visto aquí hasta ahora. Un detalle de amplitud de fans.No faltaron los caños de subrayado y el echar en falta el desparrame de billetes con la cara de Angus, mientras suena “Money Talk”. ¿La pega?, un litro de cerveza, 10€… ¿los teloneros? se los pueden ahorrar. No porque desagraden, sino que para la potencia técnica que la organización del concierto les ofreció, mejor no escucharlos.Inicio fulgurante: ‘Back In Black’, ‘Dirty Deeds Done Dirt Cheap’, ‘Thunderstruck’…’The Jack’ para el ecuador del concierto… ‘You Shook Me All Night Long’ y ‘TNT’ precedieron a ‘Whole Lotta Rosie’… tras ‘Let There Be Rock’, Angus; y en pleno extásis, ‘Highway To Hell’, para despedir con ‘For Those About To Rock (We Salute You)’.

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