Gana la tesis de la abstención sin condiciones por 139 votos a favor frente a 96 en contra.
Tras el derribo de su secretario general, Pedro Sánchez, concluye así el golpe dado en el PSOE. Pero el descabezamiento de Pedro Sánchez no ha conseguido neutralizar a la linea dentro del partido socialista a favor del no. Al contrario, con una ajustada votación, las intervenciones favorables de mantener el «no es no» han sido más numerosas durante la reunión. El exsecretario de Organización, César Luena, ha asegurado que el PSOE se va a «manchar» con esta decisión. Patxi López ha expresado que ante la disyuntiva de «lo malo y lo peor» deben primar «las convicciones». «La abstención nos hace perder dignidad», ha dicho la secretaria general del PSOE en Madrid, Sara Hernández.
Con un PSOE dividio en dos surge la pregunta de como se gestionará esta situación. Javier Fernández, presidente de la gestora, ha recordado que todos los diputados deben someterse a la disciplina de voto pero el PSC, a pesar de las presiones, se ha reafirmado que no acatará la decisión. Miquel Iceta ha declarado que «el problema para el PSOE, no es el PSC sino Rajoy».
La abstención del PSOE va a tener que seguir siendo forzada, y se conseguirá a un precio mucho más alto que si se hubiera dado un «golpe límpio». El nuevo sistema de partidos, que debía regenerar el dominio hegemonista y oligárquico, nace ya marcado por el estigma de la reconducción, desprestigiado antes de comenzar su andadura. Con la que debía seguir siendo la principal «pata izquierda» absolutamente triturada.