«El presidente ya había dado garantías sobre su compromiso con esta reforma durante sus entrevistas con inversores y medios de comunicación en Nueva York. Sucede que las pensiones han pasado a ser un tema central en la presión de los mercados.»
Moody’s llama a esto la comresión del tiempo. Y España es uno de los conejillos de indias. "Esta compresión del tiempo se refleja en la aceleración de las trayectorias de las calificaciones. Este factor se ha reflejado en la decisión de situar el rating Aaa de España en revisión para una posible degradación el 30 de junio pasado", sostiene la agencia. ¿Queda claro, pues, por qué Zapatero insiste una y otra vez, incluso cuando no parece venir a cuento, como ayer en Zaragoza, de que la reforma de las pensiones se llevará a cabo a rajatabla, incluso a riesgo de seguir enajenando sus apoyos electorales? (PÚBLICO) EL PAÍS.- La reforma laboral ha sido el último detonante de la convocatoria, pero la protesta también se apoya en la congelación de las pensiones y la rebaja de los sueldos de los funcionarios, entre otras medidas. El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, se ha mostrado "absolutamente convencido" del éxito de la huelga y aunque "no probablemente al día siguiente", sus resultados se verán "en un espacio corto de tiempo". "El éxito de la huelga será el cambio de las políticas que están haciendo tanto daño", ha indicado. En una entrevista en Radio Euskadi, el responsable de Comisiones se ha mostrado convencido de que, conforme se va conociendo el alcance de las reformas emprendidas, los trabajadores "van siendo más conscientes de que estamos ante una inflexión tremenda" CINCO DÍAS.- Oriente no es Occidente y Pekín se encarga de recordárselo al mundo un día tras otro. Cuando China anunció el pasado 19 de junio que volvía a flexibilizar parcialmente el tipo de cambio de su moneda, sólo los más ilusos podían esperar que eso se tradujese en una revaluación de envergadura. El pasado día 16, el secretario del Tesoro americano, Tim Geithner, exigió a las autoridades de Pekín que permitan una "apreciación significativa y sostenida" del yuan. Es dudoso, sin embargo, que las palabras del secretario del Tesoro tuvieran eco más allá de las paredes del Capitolio y mucho menos que la reverberación llegase hasta el Zhongnanhai, el complejo de edificios ubicado en el centro de Pekín que alberga la sede del Partido Comunista y el Gobierno de la República Popular. Opinión. Público Abaratar el despido: de entrada, no Ignacio Escolar Una pequeña enumeración de citas presidenciales para aquellos que repiten que la huelga general, convocada contra esa reforma laboral que se publicó en el BOE hace nueve días, llega demasiado tarde. José Luis Rodríguez Zapatero, 25 de septiembre de 2008: “Abaratar el despido no ayudaría a recuperar esa confianza que necesita el sistema financiero”. El mismo Zapatero, 18 de febrero de 2009: “No vamos a apoyar ninguna reforma del mercado de trabajo que represente abaratar el despido o debilitar los derechos de los trabajadores. Es más, lo que queremos es fortalecer la protección social”. Otra vez Zapatero, 23 de junio de 2009: “Mi programa de Gobierno no contempla abaratar el despido ni hacer reformas que restrinjan derechos laborales”. Zapatero en una entrevista, 17 de enero de 2010: “Abaratar el despido no es el camino para crear empleo, sólo provocaría más desigualdades sociales y menos protección a los trabajadores, sobre todo en un país donde todavía nos queda por avanzar en materia de protección social. El camino es crecer económicamente, ser más competitivos, innovar, formación, educación: ése es el camino”. Zapatero en el Congreso, 17 de febrero de 2010: “Debemos decir desde esta tribuna que abaratar el despido no va a servir para que no despidan a gente. Tenemos que facilitar las cosas a las empresas para contratar sin que los trabajadores pierdan derechos”. La nueva reforma laboral permite a las empresas despedir con sólo 20 días por año de indemnización (en lugar de 45) en caso de que tengan previsión de pérdidas o incluso si disminuyen sus ingresos. De esos 20 días, 12 los paga la empresa y otros 8 el FOGASA, así que se puede decir que Zapatero no sólo ha abaratado el despido. También lo está subvencionando. P.D. Lo dejo claro ya, que sé que será polémico. Según el Gobierno, que el FOGASA pague parte de la indemnización por despido no es una subvención porque este Fondo de Garantías Salariales, que hasta ahora se ocupaba exclusivamente de pagar sueldos en caso de quiebras, se nutre de cotizaciones pagadas por las empresas por cada trabajador. “Esta medida no supone una asunción por el Estado de una parte de los mismos ya que se instrumenta a través de un organismo público que se nutre exclusivamente de cotizaciones empresariales”, dice el preámbulo de la nueva reforma laboral. Es una media verdad. El FOGASA también cuenta con una importante parte de dinero público, porque las empresas públicas también pagan estas cotizaciones, aunque nunca necesiten tirar de ese fondo (está por llegar el día en que una empresa pública cierre y el Estado no afronte los salarios pendientes). Además, es un dinero que pagan las empresas, como los impuestos o las cotizaciones de la Seguridad Social, pero forma parte del coste de cada trabajador, es decir, de lo que las empresas están dispuestas a pagar por su trabajo. Por último, el FOGASA lo gestiona el Ministerio de Trabajo, que aún es publico, y hasta ahora era con un único fin. Y si mañana el Estado tira del fondo de reserva de las pensiones –que también pagan mayoritariamente las empresas, según esta lógica– y lo gasta en ayudar al despido, también sería una subvención, por mucho que se vista de otra manera. ****************************************** Opinión Entre la espada de Moody’s y la pared de la huelga E. Ekaizer Ayer, en el acto de Zaragoza, José Luis Rodríguez Zapatero volvió a poner, en un ataque al Partido Popular, la reforma de las pensiones sobre la mesa, nada menos que a 72 horas de la huelga general. No es casual. El presidente ya había dado garantías sobre su compromiso con esta reforma durante sus entrevistas con inversores y medios de comunicación en Nueva York. Sucede que las pensiones han pasado a ser un tema central en la presión de los mercados. En el océano de noticias financieras, la agencia Moody’s, que está a punto de anunciar su decisión sobre la posible degradación de la triple A (Aaa) "en uno o dos escalones como mucho" para el rating de los bonos del Reino de España, anunció el pasado jueves, día 23, que bajaba la calificación de las obligaciones de deuda del estado de Illinois, en Estados Unidos, desde la A1 con perspectiva estable a la A1 con perspectiva negativa. La agencia también amenaza con degradar a otros estados, como es el caso de Nueva Jersey, por "sus dificultades de cuadrar el déficit público estructural, esto es, el agujero entre el gasto y los ingresos e impuestos". Los analistas de la agencia sostienen que antes de la Gran Recesión, las proyecciones de 2006 apuntaban a que la dinámica negativa de la deuda de los países triple A habrían de materializarse en 15 ó 20 años "dejando a los gobiernos con un tiempo aparentemente amplio para hacer frente a los desafíos del envejecimiento de la población y adoptar las medidas correspondientes". Las proyecciones de 2009, con el impacto de la crisis (aumento de deuda y déficits) "supone que los gobiernos se enfrentan hoy a esos desafíos. La crisis ha anticipado velozmente la historia en 15 ó 20 años, eliminando todo el periodo que los gobiernos tenían para hacer el ajuste". Moody’s llama a esto la compresión del tiempo. Y España es uno de los conejillos de indias. "Esta compresión del tiempo se refleja en la aceleración de las trayectorias de las calificaciones. Este factor se ha reflejado en la decisión de situar el rating Aaa de España en revisión para una posible degradación el 30 de junio pasado", sostiene la agencia. ¿Queda claro, pues, por qué Zapatero insiste una y otra vez, incluso cuando no parece venir a cuento, como ayer en Zaragoza, de que la reforma de las pensiones se llevará a cabo a rajatabla, incluso a riesgo de seguir enajenando sus apoyos electorales? "Francamente, estoy agotada. Agotada de defenderle, de defender a su Gobierno, defender al hombre para el cambio por quien he votado. Yo soy una de esas personas de la clase media. Y estoy profundamente decepcionada con la situación en la que estamos … Tengo dos niños en la escuela primaria y la recesión ha supuesto una enorme carga para mi familia. Mi marido y yo bromeábamos con estar más allá de la época de los perritos calientes y las judías pero, con franqueza, esa época comienza a tocar el timbre de casa. Ahí parece ser que es adonde vamos. ¿Es esta mi nueva realidad?", le dijo al presidente Obama la semana pasada una ciudadana afroamericana durante una reunión informal (town hall) televisada en Washington. Es una frase dura y va dirigida a un presidente, Obama, que con todo heredó la crisis de su antecesor George W. Bush. Frases parecidas han recorrido muchas reuniones sindicales previas a la huelga general de mañana. PÚBLICO. 27-9-2010 Opinión. El País Las centrales temen que el miedo a perder el empleo condicione la huelga A. Mars "¿El 29? Mi bar abrirá… No sé si está la cosa para hacer huelga, para jugármela, y un día menos de sueldo…", responde a un cliente la camarera de 27 años de un café, este fin de semana, en el centro de Madrid. Los sindicatos no se han cansado de repetir que el paro general convocado para el miércoles será un éxito, lo que le supone ganar el pulso a la incertidumbre y la crisis del mercado laboral, a las dudas de esta camarera. La huelga general del 20 de junio de 2002 contra el decretazo del Gobierno de Aznar se desarrolló en un clima muy distinto, con una tasa de paro del 11,2%, con dos millones de parados. La actual, del 20% y un total de 4,6 millones de parados. "Es evidente que hay incertidumbre, que hay más de cuatro millones de parados que ya de entrada no van a poder ir a la huelga porque no tienen empleo. También hay quien tiene miedo de que su contrato no se renueve", admiten fuentes de Comisiones Obreras. Sin embargo, "hemos estado tomando el pulso y la bola se nieve se ha ido haciendo cada vez más grande en las últimas semanas, la gente va a secundar mayoritariamente esta huelga", agrega la misma fuente. Toni Ferrer, de UGT, coincide en que "es cierto que hay un hecho diferencial, esos millones de parados, pero tampoco entonces, en 2002, era un momento de gran expansión económica, aún coleaba la crisis de las puntocom". Fermín Bouza, catedrático de Sociología y Opinión Pública de la Universidad Complutense de Madrid, cree que el elevado paro no es el dato determinante para el seguimiento de la protesta, y anota que no ha habido una gran oposición activa a ella por parte del Gobierno y una buena preparación sindical, aunque añade que, a la vista de algunos sondeos, no goza de una gran adhesión popular. Ferrer añade que entonces "también había sondeos que decían que el 86% no secundaría la huelga, y fue general. Ahora también hay sondeos, pero lo más importante es que entonces había que explicar muy bien los motivos de la huelga y ahora todo el mundo está afectado por los recortes". La reforma laboral ha sido el último detonante de la convocatoria, pero la protesta también se apoya en la congelación de las pensiones y la rebaja de los sueldos de los funcionarios, entre otras medidas. El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, se ha mostrado "absolutamente convencido" del éxito de la huelga y aunque "no probablemente al día siguiente", sus resultados se verán "en un espacio corto de tiempo". "El éxito de la huelga será el cambio de las políticas que están haciendo tanto daño", ha indicado. En una entrevista en Radio Euskadi, el responsable de Comisiones se ha mostrado convencido de que, conforme se va conociendo el alcance de las reformas emprendidas, los trabajadores "van siendo más conscientes de que estamos ante una inflexión tremenda" con relación al futuro de las relaciones de trabajo. Uno de los puntos de la reforma laboral que los sindicatos han puesto en el centro de la diana es que, a partir de ahora, la previsión de pérdidas económicas en una empresa sea motivo para justificar un despido procedente. EL PAÍS. 27-9-2010 Opinión. Cinco Días El ratón pide ayuda al gato Fernando Martínez Oriente no es Occidente y Pekín se encarga de recordárselo al mundo un día tras otro. Cuando China anunció el pasado 19 de junio que volvía a flexibilizar parcialmente el tipo de cambio de su moneda, sólo los más ilusos podían esperar que eso se tradujese en una revaluación de envergadura. Pero el grado casi imperceptible de la apreciación, tan sólo un 1% hasta 6,69 yuanes por dólar, ha traído la desesperación a los atribulados dirigentes de Europa y EE UU. El pasado día 16, el secretario del Tesoro americano, Tim Geithner, compareció ante el Senado para hablar sobre las relaciones estratégicas China-EE UU. Geithner exigió a las autoridades de Pekín que permitan una "apreciación significativa y sostenida" del yuan que "refleje plenamente las fuerzas del mercado" y reclamó a las empresas chinas que, si pretenden competir en el mundo capitalista, lo hagan "con las mismas reglas de juego" que el resto. Es dudoso, sin embargo, que las palabras del secretario del Tesoro tuvieran eco más allá de las paredes del Capitolio y mucho menos que la reverberación llegase hasta el Zhongnanhai, el complejo de edificios ubicado en el centro de Pekín que alberga la sede del Partido Comunista y el Gobierno de la República Popular. En lo que va de año, las exportaciones de bienes y servicios de EE UU hacia China superan los 53.000 millones de dólares, un incremento del 36% respecto a 2009 y del 16% sobre 2008. En contraste, las exportaciones americanas hacia el resto del mundo aún están un 8% por debajo de los registros de 2008. Adicionalmente, China es el mayor comprador mundial de deuda pública americana, con un volumen equivalente a 846.700 millones de dólares, un 20,8% del total. En resumen, EE UU necesita en grado extremo a China. El problema es que el amigo oriental regala muchas buenas palabras, pero luego retuerce las normas de libre mercado a su conveniencia. Washington protesta y amaga con sancionar con aranceles comerciales. Pero la estrategia de la zanahoria y el palo que nunca llega se ha repetido tantas veces que ha perdido toda credibilidad. Muy grave tendría que llegar a ser la situación para que EE UU se atreviera a ir más allá de los conflictos de baja intensidad que ya mantiene en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En la Casa Blanca, los nervios están a flor de piel. El paro sigue estancando por encima del 9% y la semana pasada se publicó un incremento inesperado de las peticiones de subsidio por desempleo. La Reserva Federal constató además que las tasas inflación "están por debajo de niveles consistentes con la creación de empleo", una señal clara de que el banco central de EE UU está engrasando la maquinaria para fabricar más billetes, lo que se traducirá en un dólar más débil. Otra cuestión es cuando se producirá el movimiento. "Las elecciones de noviembre se renovará parcialmente el Senado y la Cámara de Representantes en su integridad hacen que diciembre sea la fecha más probable para la acción, si bien un deterioro de calado en los datos básicamente nóminas, consumo minorista y pedidos de fábrica podría acelerar la decisión", valora Dave Chappell, especialista en renta fija americana de la gestora Threadneedle. Un alivio vía repunte de las exportaciones sería más que bienvenido. China posee reservas en divisas por un valor de 2,45 billones de dólares (1,8 veces el PIB de España) y la mayor parte está precisamente en dólares. Es la ambición del primer ministro Wen Jiabao diversificar estas reservas. Las dimensiones son de tal calibre que cada paso hace temblar la tierra. Japón es el último perjudicado. Las autoridades niponas han invertido 10.000 millones de dólares en frenar la carrera alcista del yen, que ha llegado a máximos de 15 años frente al euro y el dólar. Tokio ha interrogado directamente a Pekín, en medio de una gravísima crisis diplomática por cuestiones territoriales, sobre la compra masiva de bonos públicos japoneses. Un nuevo frente se abre. Mientras, la zona euro asiste a la batalla estratégica casi sin abrir la boca. "Desafortunadamente, el euro está siendo dirigido actualmente por fuerzas que son, en gran medida, externas a la eurozona. Una vez que los puertos seguros de la primera mitad del año, el yen y el franco suizo, están siendo sometidos a control por sus propias autoridades monetarias y que China ha expresado su preocupación por las perspectivas del dólar, a los inversores no les quedan muchas alternativas sobre qué moneda comprar", resume Simon Derrick, estratega jefe de divisas de BNY Mellon. El resultado es que el euro se ha apreciado un 12% frente al dólar desde los mínimos de junio, haciendo un viaje desde 1,19 hasta 1,34 dólares. La moneda comunitaria gana terreno frente a todos. En los últimos tres meses, el franco suizo y la corona sueca son las únicas monedas de relevancia que no han perdido terreno contra el euro. Europa necesita exportar. La oleada de medidas de austeridad impuestas desde Bruselas, con restricciones del gasto público y subidas de impuestos, no constituyen un incentivo al consumo. Irlanda, que ahora está en el punto de mira de los especuladores, dio una buena muestra de ello la semana pasada al informar de que el PIB experimentó en el segundo trimestre del año una contracción del 1,2% comparado con el periodo de enero a marzo. España afronta este miércoles la primera huelga general de la era Zapatero, en respuesta a la reformas que el Gobierno ha impulsado en el mercado laboral. Francia sufre paros constantes en distintos sectores. La contestación social crece y los primeros indicios de recuperación amenazan con ser de vuelo muy corto. Por ejemplo, la locomotora de Europa, Alemania, registró una expansión intertrimestral del 2,2%, apoyada sobre todo en la exportación industrial, un terreno donde compite de forma directa con China, y el hecho es que los expertos dudan de la sostenibilidad del ritmo de recuperación. "No deberíamos esperar de Alemania nunca más un dato de crecimiento como el del segundo trimestre. (…) Algunas de las cifras que se han publicado últimamente de producción y confianza apuntan a que la economía de la eurozona empieza a ralentizarse y los rápidos movimientos rumbo a la austeridad se traducirán de forma casi inevitable en una futura desaceleración. La cuestión es determinar en qué grado en relación con EE UU", expone John Hardy, consultor de estrategia de divisas de Saxo Bank. De acuerdo con los últimos datos del Banco de Pagos Internacionales, el mercado de divisas mueve a diario en términos globales un volumen equivalente a 3,9 billones de dólares y el billete verde participa en un 85% de esas transacciones; el euro, en un 39%; el yuan, sólo en un 0,3%. Sin embargo, en este juego China es el gato y Europa y EE UU los ratones que claman desesperadamente por su ayuda. CINCO DÍAS. 27-9-2010