Pensionistas, parados, dependientes, enfermos crónicos...

A tumba abierta

Entramos en una semana de vértigo en la que, en gran medida, se va decidir la factura de la intervención parcial sobre el sistema bancario y el precio de la no intervención total del paí­s a la que, por el momento, ha renunciado Berlí­n. Y la combinación de ambas nos va a salir muy cara al 90% de la población.

Quien pensó, cegado por los cantos de sirena hegemonistas, que las tensiones iban a relajarse por haber ofrecido el control del sistema financiero español al gran capital extranjero a cambio de los 100.000 millones de los fondos europeos, se equivocaba de medio a medio. Como ocurre siempre, hacer concesiones a las fieras sólo alimenta su voracidad. La aceptación del gobierno del dinero de los fondos europeos ha marcado el pistoletazo de salida para una mayor intervención sobre España y la intensificación del proyecto de saqueo hegemonista sobre el país. Una vez rotas las resistencias, las exigencias de Bruselas y Berlín se multiplican en todos los frentes. «Necesitamos unirnos en un frente amplio, en torno a un mismo programa capaz de levantar una alternativa a su política de saqueo»

Su programa máximo ya ha sido revelado por la agencia Reuters, convertida en altavoz oficioso del hegemonismo desde que anticipara con precisión la fecha en que sería decidida la intervención sobre España. Y es un programa ambicioso. Muy ambicioso.

El gobierno deberá recortar 40.000 millones de euros de aquí a finales de 2013. Y eso implica, en lo inmediato, subir el IVA y volver a bajar el sueldo de los funcionarios. Pero eso es sólo el principio.

El recorte en las prestaciones de desempleo y una nueva y sustancial rebaja de las pensiones, adelantando la aplicación de la jubilación a los 67 años y la extensión a toda la vida laboral para calcular su cuantía, están en la agenda. La subida de impuestos especiales, el “adelgazamiento” del Estado, es decir, el despido de entre 100.000 y 300.000 funcionarios interinos y la privatización (total o parcial) de empresas públicas, desde Renfe, Correos, Puertos del Estado, Loterías o Aena, también.

La dureza de las exigencias hegemonistas es tal, que el propio gobierno se debate en cómo aplicar unas medidas que van a suponerle un alto coste político e incendiar todavía más el rechazo popular.

Hay quien dice que al país le espera un otoño caliente. Pero dependiendo de las medidas que el gobierno se atreva o no a tomar en estas próximas semanas, es posible que no haya que esperar tanto. Si tocan a uno, nos tocan a todosTras un largo debate en asambleas de barrios y pueblos, colectivos, grupos de trabajo y comisiones de Acampada Sol, el 15-M de Madrid ha hecho pública su decisión de sumarse a todas las acciones que la marcha minera tiene previsto llevar a cabo en Madrid esta semana. En su comunicado dicen que “frente a la estrategia de confusión, nosotros tenemos claro dónde está la frontera: entre quienes estamos pagando la crisis y los que la crearon y se están beneficiando de ella. Si tocan a uno, nos tocan a todos. Nosotros con la Resistencia Minera. Su lucha es la nuestra”.

Si tocan a uno, nos tocan a todos. Su lucha es nuestra lucha. Esta es la consigna que debe prender en todos los sectores sociales atacados, en todas las fuerzas políticas, sindicales, sociales que nos oponemos al proyecto de saqueo impuesto por Washington y Berlín, ejecutado antes por Zapatero y ahora por Rajoy. Cualquier ataque a un sector es un ataque contra el 90%, la lucha de cualquier sector es la lucha del 90% de la población.

Hoy son los mineros, ayer los funcionarios, mañana los pensionistas, los parados, los estudiantes, los autónomos, los pequeños y medios empresarios,… Estamos ante un ataque masivo que requiere organizar una respuesta contundente.

Si tocan a uno nos tocan a todos. Por eso no basta con que cada sector dé una respuesta particular a los ataques que sufre. Necesitamos unificar las distintas luchas porque juntos somos un caudal de energía imparable. Y necesitamos, sobre todo, unirnos en un frente amplio, en torno a un mismo programa capaz de levantar una alternativa a su política de saqueo y recoger las demandas mayoritarias de la sociedad. Construir una alternativa así es la única garantía que tenemos para hacer frente con éxito a los repetidos ataques de nuestros enemigos.

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