¿A qué se debió la paliza recibida por los demócratas?

«Se trata de una derrota para Obama, a pesar de que los demócratas controlan el senado con una exigua mayorí­a. Esto significa que Obama enfrentará una situación difí­cil ante sus adversarios en el parlamento en los dos años restantes de su mandato. Los resultados de los comicios, considerados como un referéndum sobre el reconocimiento de los éxitos de la administración de Obama, muestran que el electorado no tiene interés ni confianza en el mandatario y sus polí­ticas»

La victoria de los reublicanos demuestra que el electorado está extremadamente decepcionado con los demócratas. Los republicanos y el Tea Party tampoco han presentado medidas eficaces para resolver la recesión económica y el desempleo, y al parecer sus demandas tampoco servirían de nada. Las próximas elecciones de 2012 decidirán la dirección del desarrollo de EEUU. A Obama solo le quedan dos años para volver a ganar la popularidad y la victoria en el congreso y hacer realidad su ambicioso deseo de aplicar “reformas". (DIARIO DEL PUEBLO) DEUTSCHE WELLE.- Aunque los demócratas conservan su dominio en el Senado, difícil de ocultar resulta el varapalo que ha recibido Barack Obama: los republicanos se han hecho en Estados Unidos con la mayoría en la Cámara de Representantes. Los ciudadanos han votado pararle los pies al presidente: así reza el mensaje y éste resulta difícil de ignorar. Una fuerte oposición, con la que tendrá que librar durante los próximos dos años, se forja en el horizonte político de Obama, sobre el que recae ya el reproche de no haber cumplido sus promesas y que, pese a que su partido ha obtenido 49 asientos en el Senado frente a los 44 de los republicanos, no podrá en lo sucesivo gobernar a sus anchas. China. Diario de Pueblo ¿A qué se debió la paliza recibida por los demócratas en las urnas? Tal como habían pronosticado previas encuestas, los demócratas estadounidenses perdieron el control de la Cámara de Representantes, donde los republicanos ganaron más de 50 escaños en los comicios intermedios. Se trata de una derrota para Obama, a pesar de que los demócratas controlan el senado con una exigua mayoría. Esto significa que Obama enfrentará una situación difícil ante sus adversarios en el parlamento en los dos años restantes de su mandato. Los resultados de los comicios, considerados como un referéndum sobre el reconocimiento de los éxitos de la administración de Obama, muestran que el electorado no tiene interés ni confianza en el mandatario y sus políticas. A pesar de la asignación de 800.000 millones de dólares en estímulo económico, el Gobierno de Obama no logró recuperar la economía estadounidense, ni librarla de la amenaza de tocar fondo de nuevo. A pesar de los esfuerzos proteccionistas del Gobierno estadounidense, el índice de desempleo se mantiene en un 9,6 por ciento y el número de desempleados supera los 15 millones. Lo más preocupante para los electores lo constituyen los 1,3 billones de dólares en déficit financiero y los 14 billones de dólares de deudas, por no hablar ya de la drástica reducción de ingresos, las insolvencias de las hipotecas inmobiliarias y la baja en el nivel de vida. En medio del descontento popular surgió el grupo de cabildeo ultraconservador denominado Tea Party, o Partido del Té, que se ha robustecido con el paso del tiempo. Esta situación muestra la indignación y decepción populares. Las demandas de reducir el tamaño del Gobierno federal y su presupuesto, bajar los impuestos y oponerse a la intervención gubernamental, coinciden con el programa de los republicanos. Ambas formaciones han colaborado para superar a los demócratas. La posición radical del Partido del Té conducirá a un antagonismo en el parlamento y causará más problemas al Gobierno de Obama. El mandatario no ha logrado resolver oportuna ni eficazmente los problemas de altos déficits financieros y deudas, así como los enormes gastos destinados al rescate financiero, problemas heredados en su mayoría de su antecesor republicano. Obama ha dado trato prioritario a la reforma sanitaria, garantizando los seguros a 40 millones de estadounidenses. Sin embargo, sus esfuerzos no han logrado resultados inmediatos, ya que no han ayudado a reducir los déficits financieros, sino que, por el contrario, podrían aumentar el presupuesto gubernamental. Sus juicios sobre los descuentos impositivos que ideó el ex presidente Bush para los adinerados han despertado descontento en Wall Street, que apoya al Partido de Té. Obama ha retirado las tropas de combate de Irak, pero siguen allí indefinidamente decenas de miles de militares estadounidenses a cargo de entrenamiento, salvaguardia e inteligencia. Con el envío de más refuerzos militares, la guerra de Afganistán se ha convertido en la “guerra de Obama”. No ha hecho ningún progreso en la resolución de los diferendos nucleares con Irán y Corea del Norte, ni en las negociaciones entre Palestina e Israel. Su postura conciliadora ante los países musulmanes ha sido objeto de oposición de la derecha. En consecuencia, Obama se ve obligado a hacer arduos esfuerzos por “cambiar” los prejuicios de credo que abrigan los estadounidenses. La victoria de los republicanos demuestra que el electorado está extremadamente decepcionado con los demócratas. Los republicanos y el Tea Party tampoco han presentado medidas eficaces para resolver la recesión económica y el desempleo, y al parecer sus demandas tampoco servirían de nada. Las próximas elecciones de 2012 decidirán la dirección del desarrollo de EEUU. A Obama solo le quedan dos años para volver a ganar la popularidad y la victoria en el congreso y hacer realidad su ambicioso deseo de aplicar “reformas". DIARIO DEL PUEBLO. 4-11-2010 Alemania. Deutsche Welle Barack Obama, frenado por los votantes Aunque los demócratas conservan su dominio en el Senado, difícil de ocultar resulta el varapalo que ha recibido Barack Obama: los republicanos se han hecho en Estados Unidos con la mayoría en la Cámara de Representantes. En cierto momento de la pasada noche electoral en Estados Unidos, las cifras empezaron a dejar de tener importancia para la Casa Blanca. Mientras las encuestas previas se confirmaban, quedaba claro que en estas legislativas el Partido Republicano no había encontrado grandes dificultades a la hora de hacerse con los 39 escaños que necesitaba para recuperar la mayoría en la Cámara baja del país, hasta ahora en manos de los demócratas de Barack Obama. Los ciudadanos han votado pararle los pies al presidente: así reza el mensaje y éste resulta difícil de ignorar. Una fuerte oposición, con la que tendrá que librar durante los próximos dos años, se forja en el horizonte político de Obama, sobre el que recae ya el reproche de no haber cumplido sus promesas y que, pese a que su partido ha obtenido 49 asientos en el Senado frente a los 44 de los republicanos, no podrá en lo sucesivo gobernar a sus anchas. Gobernando en minoría Trabajo conjunto les ha ofrecido Obama a los republicanos. Muchas más opciones no le quedan al mandatario estadounidense. Por teléfono habló con John Boehner, el probable próximo jefe de la Cámara de Representantes, y con el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, para transmitirles su esperanza de que “encontrar una base común que haga avanzar al país" sea posible. Los republicanos aceptan en principio la colaboración con el Gobierno, pero ponen énfasis en los objetivos que tan buena acogida han encontrado entre los votantes: ayudar a las pequeñas y medianas empresas, reducir el desempleo y el déficit presupuestario deben tener prioridad. Y frenar la reforma del sistema sanitario, el proyecto estrella de Obama, aunque poco éxito se les prevé en esto último, teniendo en cuenta que no dominan el Senado y que el jefe del Estado posee derecho de veto. Barack Obama no será el primer presidente obligado a gobernar en minoría. Ya sus predecesores Bill Clinton -con el que más se lo identifica- o el republicano Ronald Reagan, por no retroceder demasiado en la historia del país, tuvieron que hacerlo, incluso con minoría en ambas Cámaras. “Derrocar” a Obama Pero no sólo la Cámara Baja han logrado conquistar los republicanos: también de las elecciones en varias gobernaciones salieron los conservadores victoriosos. Ocho cargos de gobernador, revelan los recuentos iniciales, les habrían arrebatado a los demócratas. En Kansas, Oklahoma, Tennessee, Pennsylvania, Michigan, Wyoming, Nuevo Mexico y en el decisivo Estado de Ohio- que no pocas veces ha jugado un papel destacado en las elecciones presidenciales- han perdido los miembros del partido de Obama. La ambiciosa agenda y las promesas de "cambio" y "esperanza" están pasándole factura al presidente. Tras casi dos años de ingentes esfuerzos gubernamentales -e inversiones, a costa de la cada vez mayor deuda nacional- por conseguir salir de la peor crisis vivida en Estados Unidos desde la Gran Depresión, la economía sigue sin repuntar y el desempleo roza el diez por ciento. El "yes we can" se ha desvanecido, transformándose en una "ira" y "frustración" que el Partido Republicano ha sabido aprovechar y ha dado alas a movimientos como el Tea Party. "Esta noche, el Tea Party es un maremoto y estamos enviando un mensaje, un mensaje de cordura fiscal, de un gobierno constitucionalmente limitado y de presupuestos equilibrados", resumió Rand Paul, uno de sus líderes más visibles del “partido del té”, el ideario ultraconservador. "Tengo un mensaje alto y claro: ¡Hemos venido a recuperar nuestro gobierno!", añadió. Y es que parece que, por encima de cualquier meta de recuperación financiera, “derrocar” a Obama se haya convertido en el primer fin de las fuerzas a la derecha de los demócratas, y por desgracia para el presidente, en el de muchos de sus ciudadanos. Estas elecciones legislativas son, sin duda, una señal de advertencia para el actual inquilino de la Casa Blanca. DEUTSCHE WELLE. 3-11-2010

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