De la Vega advierte a las autonomí­as de que hay que pasar de la reivindicación a la cooperación

A buenas horas

Ha llegado el momento de que las autonomías asen de un "estado reivindicativo a uno cooperativo". Con esta frase, la vicepresidenta primera del Gobierno, Maria Teresa Fernández de la Vega, anunció que el nuevo Gobierno también implicará una nueva etapa en la política autonómica. A buenas horas, el gobierno se pone las mangas de la cohesión nacional. Durante seis años ha alentado la disgregación, abriendo el melón de las reformas estatutarias y azuzando los enfrentamientos y las reivindicaciones insolidarias. Facilitando con ello el incremento de la desigualdad territorial, y vaciando de competencias al gobierno central hasta volverlo incapaz de garantizar la igualdad de todos los ciudadanos españoles. Ahora, la vicepresidenta Fernández De la Vega advierte a las autonomías de que "ha llegado el momento de incrementar la cooperación", y que todos se acostumbren a "trabajar de otra manera". Argumentando que los tiempos de crisis exigen una corresponsabilidad y cooperación respecto, por ejemplo, a materias transferidas a las autonomías como las políticas activas de empleo o las ayudas sociales, para evitar grandes diferencias entre territorios. Una declaración de buenas intenciones, que merece poco crédito por el cocinero elegido para preparar el guiso. Manuel Chaves, elevado a vicepresidente territorial, no parece la persona más indicada. Colocar como garante de la cohesión nacional al presidente que quiso conducir a Andalucía por el camino del estaut catalán, inventándose una surrealista “nación andaluza”, y agitó el fantasma de la “deuda histórica” para arrancar al gobierno central más recursos, es casi tan temerario como adjudicar a la zorra el cuidado del gallinero.

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