Impunidad en la justicia

57 puñaladas en «legí­tima defensa»

A través de una convocatoria en «facebook», se realizaron este sábado pasado simultáneamente concentraciones en Vigo, Vitoria, Madrid y Barcelona. La mayor de ellas fue la de Vigo. Mil personas se concentraron para manifestar su rechazo a una absolución indigna. La de Jacobo Piñeiro, el asesino confeso de dos jóvenes gays vigueses. Fue hace tres años. Tras asestar 57 puñaladas a Julio Anderson e Isaac Pérez, jóvenes de 22 y 27 años, «en defensa propia», el asesino provocó un incendio. En el juicio, únicamente se le encontró culpable de intentar borrar las huellas del crimen incendiando el lugar de los hechos.

Al mismo tiemo, otras cien personas del colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) se concentraron en la Puerta del Sol y una veintena tomaban la plaza de la Virgen Blanca de Vitoria convocadas por el colectivo de homosexuales de Euskadi-EHGAM. De acuerdo al lema "Tod@s contra el tribunal popular homófobo de Vigo" y las intenciones del Fiscal de recurrir al Tribunal Superior de Justicia, la madre de uno de los chicos en Vigo reclamó que se celebre un nuevo juicio porque lo ocurrido es una “injusticia tan grande, que se tiene que anular". Igualmente, los carteles en la concentración madrileña denunciaban: “absolver al asesino es un crimen". El colectivo convocante afirmó que "No podemos vivir en un Estado de Derecho donde sea lícito propinar más de cincuenta puñaladas y salir impune” al tiempo que ha anunciado que este año los actos festivos del Orgullo Gay estarán dedicados a la "educación en los valores de la igualdad", ya que "sólo así es posible erradicar prejuicios carentes de base".El portavoz del colectivo vasco afirmó, sin embargo, que lo principal no es un nuevo juicio o mayores condenas a autores de este tipo de crímenes, sino una "mayor sensibilización de la sociedad" y que la lucha contra la homofobia esté en "la agenda de los políticos". Pero, ¿cómo se va a dejar pasar un acto de impunidad manifiesta? ¿dejaría cualquiera de nosotros impune una violación o un asesinato de género alegando que hace falta una mayor concienciación social contra el machismo?Craso error. No es sólo un problema de homofobia, sino de asentar o no un precedente de impunidad ante el crimen basada en el argumento surrealista de que no se puede demostrar que hubiera intención de cometerlo.Basta repasar los argumentos para comprobar que lo que el Fiscal denuncia como auténticas contradicciones del Jurado, son sobre todo argumentos surrealistas propios de la comisión Warren. Incluso aceptando que 57 puñaladas sean fruto de un ataque de pánico irracional, lo que no es comprensible es que no merezca ni una sola hora de reclusión, aunque sea en un psiquiátrico. Para el jurado popular el asesino actuó en "legítima defensa" y por "miedo insuperable" a ser "violado o muerto". Es más, no quedó demostrado, según el jurado, que con 57 puñaladas y el incendio de los cadáveres Piñeiro “quisiera acabar con la vida de los dos jóvenes”, ni que hubiera ensañamiento, sino pánico influenciado por el alcohol y la cocaína. Obviando que lo que sí queda demostrado es que acabó con la vida de los jóvenes. ¿O es que fue el pánico y la cocaína que empuñaron el cuchillo?Pero, sin duda, el argumento más surrealista es cuando el jurado afirma que fue el mismo “estado de pánico” fue el que le llevó a rociar con alcohol y a prender fuego a los cadáveres, versión según la que tampoco habría provocado “conscientemente el incendio”. Aunque por este hecho sí le declaran culpable, el jurado era plenamente consciente de que estaba cometiendo una injusticia manifiesta. Sino, ¿por qué se tapaban la cara con folios cuando se leía el veredicto?

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