5 razones más por las que cambiar al gobierno de Rajoy

Podemos articuló su discurso en la moción de censura en la corrupción, el flanco más débil de Rajoy. La moción ha servido para abrir una legislatura que el PP creía “cerrada” con el candado de los presupuestos aprobados. Rajoy, su partido y su gobierno no logran zafarse del estigma de la corrupción porque los casos pesan y restan credibilidad a su discurso. Pero cuestionado el gobierno de Rajoy, hay otras razones de peso y fundamentales para cambiarlo.

1ª. Gestor eficaz. El gobierno de Rajoy -último vestigio de los gobiernos del bipartidismo- se ha revelado como el mejor gestor de los intereses de Bruselas, el Banco Central Europeo y el FMI, y de una oligarquía española (banqueros, monopolistas y grandes fortunas) colocada a la sombra de esa “troika” que dicta sus políticas desde sus sedes en Washington, Berlín y Bruselas.

Un gestor eficaz bajo cuyo gobierno se han aplicado los mayores recortes en todos los terrenos de la Sanidad, Educación y Sociales; a la Ciencia y la Cultura, a los parados, los dependientes, las mujeres o los pensionistas…Y ha llevado aún más lejos las reformas estructurales, como la reforma laboral y de las pensiones, que no solo han provocado empobrecimiento, precariedad y desigualdades, sino cambios profundos en el mercado de trabajo, imponiendo la precariedad en las condiciones laborales y recortando derechos de la clase obrera y el pueblo trabajador.

Una gestión que el gobierno de Rajoy sigue aplicando asumiendo lo que sigue llegando de Bruselas y el FMI, como el Plan de Estabilidad, el mantenimiento de la reforma laboral o la preparación de una nueva reforma de las pensiones.

2ª. Rescates a la banca. Eficaz en el rescate financiero a la banca y en los rescates a las eléctricas y las autopistas, a costa de liquidar las Cajas de Ahorro y entregarlas al núcleo concentrado de la gran banca y a los intereses del capital extranjero, norteamericano sobre todo, también alemán, francés o inglés. Y a costa de multiplicar la deuda por encima del 100% del PIB hipotecando nuestro país por varias generaciones.

3ª. Abrir las puertas al capital extranjero. Eficaz en abrir de par en par las puertas a la penetración del capital extranjero para que se adueñe de sectores clave de nuestra economía, a precio de saldo; desde las eléctricas, Iberia o aeropuertos a Pescanova, Campofrío, Abengoa o FCC.

El capital extranjero controla ya más del 43% de las acciones de la Bolsa española. Y el fondo norteamericano BlackRock, el mayor gestor de fondos financieros del mundo, es el principal accionista del Santander y el BBVA y sus inversiones en empresas del Ibex 35 suman más de 17.000 millones de euros.

4ª. Abismo social. Las consecuencias de esta gestión queda resumida por el último informe de Cáritas: “Siete de cada diez hogares españoles no han notado ninguna recuperación económica”. Por el contrario, son los grandes rescatados y el capital extranjero los auténticos beneficiados de la “recuperación económica” que nos vende Rajoy.

Bajo los gobiernos de Rajoy se ha acentuado el abismo social y una concentración de la riqueza cada vez en menos manos. Diferentes informes, como el de Oxfam, señalan que actualmente el 1% más rico concentra casi el 27,5% de la riqueza que se genera en España, tanto como el 70% de la población con las rentas más bajas. Una distribución tan desigual de la riqueza cuya base principal es la continua devaluación de los salarios. Hasta un 28% han caído los salarios en los últimos seis años, mientras los sueldos de los altos ejecutivos subían un 26,5% y los beneficios de los grupos monopolistas y grandes empresas no dejan de crecer. triplicaron sus beneficios en 2016 y en el primer trimestre de 2017 ya llevaban un aumento del 18,7%, según informes del Banco de España.

No habrá una salida de la crisis para el 90% de la población sin políticas redistributivas de la riqueza. Y el gobierno de Rajoy es uno de los mayores obstáculos a remover.«Rajoy se ha revelado como el mejor gestor de los intereses de Bruselas, el BCE y el FMI, y de una oligarquía española colocada a la sombra de esa «troika»»

5ª. La sumisión al Imperio. Sobre la mesa del gobierno hay una petición para que las tropas españolas vuelvan a Afganistán. Un aumento del 32% en los Presupuestos Generales del Estado para cumplir con EEUU y la OTAN que exigen que se dupliquen los gastos militares hasta el 2% del PIB, a costa de las partidas sociales, educación o sanidad. El despliegue en Letonia de tanques españoles en una nueva misión de la OTAN que se suma a las misiones en las que ya participa dentro de las fuerzas de Alta Disponibilidad. O la utilización de la base de Rota, de la que parten los portaaviones americanos que bombardean Siria.

Con Trump en la Casa Blanca aumentan las presiones para que España esté cada vez más implicada en los planes militares del Imperio. Y el gobierno de Rajoy, antes con Obama y ahora con Trump, sigue sometiéndose a los intereses de Washington y acatando sus exigencias militares.

Pero nada de esto apareció en el debate de la moción de censura. Ni ocupa un lugar relevante en la vida parlamentaria. Rajoy y su gobierno se amparan bajo ese manto de silencio, mientras el tiempo corre en contra de una España que, en vez de ser un factor de paz y neutralidad, esté cada vez más enganchada a la dinámica militar y de guerras con la que Estados Unidos intenta detener su inevitable decadencia.

3 comentarios sobre “5 razones más por las que cambiar al gobierno de Rajoy”

  • Os dejo una carta de Pérez Reverte a Rajoy : «La Cultura, la Educación, la Sanidad, las clases altas, medias y

    bajas, expoliadas. Y el disparate administrativo-político-autonómico, ni

    tocarlo.

    A ver si lo he entendido, señor presidente… Hasta por morirme debo

    pagar un 21 %… A ver si lo entiendo. Insisto.

    Alemania tiene 80 millones de fulanos y 150.000 políticos. España, 47

    millones y 445.000 políticos. Sin contar asesores, cómplices y colegas.

    O en Alemania faltan políticos, o aquí sobran. Si en Alemania faltan,

    apenas tengo nada que decir. Si en España sobran, tengo algunas

    preguntas. Señor presidente.

    ¿Para qué sirven 390 senadores (con la brillantez media y la eficacia

    política media de un Iñaki Anasagasti, por ejemplo)? Subpregunta: si un

    concejal de Villacantos del Botijo, por ejemplo, necesita contratar a 15

    asesores… ¿Para qué puñetas sirve ese concejal, aparte de para dar de

    comer a numerosos compadres y parientes?

    ¿Para qué sirven 1.206 parlamentarios autonómicos y 1.031 diputados

    provinciales? ¿Sabe usted lo que cobra toda esa gente? ¿Y lo que come?

    Ese tinglado regional, repartido en diecisiete chiringuitos distintos,

    duplicados, nos cuesta al año 90.000 millones de euros. Con ahorrar sólo

    la mitad… Eche usted cuentas, señor presidente. Que yo soy de Letras.

    En vista de eso, ¿cómo es posible que el Gobierno de este putiferio de

    sangüijuelas y sangüijuelos se la endiñe a las familias y no a ellos?

    Que en vez de sangrar a esa chusma, se le endiñe a la Dependencia, a la

    Sanidad, a la Educación, a la Cultura, al pequeño comercio? ¿A la gente

    que de verdad lucha y trabaja, en vez de a esa casta golfa,

    desvergonzada y manifiestamente incompetente?

    A ese negocio autonómico absurdo e insostenible, del que tanta gentuza

    lleva viviendo holgadamente desde hace más de treinta años. 17

    parlamentos, 17 defensores del pueblo, embajadas propias, empresas,

    instituciones. Negocios casi privados (o sin casi) con dinero público.

    El único consuelo es que a esa pandilla depredadora la hemos ido votando

    nosotros. No somos inocentes. Son proyección y criaturas nuestras.

    Treinta años engordándolos con nuestra imbecilidad y abulia política.

    Cuando no con complicidad ciudadana directa: Valencia, Andalucía… Con

    unos tribunales de Justicia cuando no politizados o venales, a menudo

    lentos y abúlicos. El golfo, impune. Y el ciudadano, indefenso. Esos

    políticos de todo signo (hasta sindicalistas, rediós) puestos en cajas

    de ahorros para favorecer a partidos y amiguetes. Impunes, todos.

    Me creeré a un presidente de Gobierno, sea del color que sea, cuando

    confiese públicamente que este Estado-disparate es insostenible. Cuando

    alguien diga, señor presidente, mirándonos a los ojos, «voy a luchar por

    un gran pacto de Estado con la oposición»; «me voy a cargar esta

    barbaridad, racionalizándola, reduciéndola, controlándola, adecuándola a

    lo real y necesario»; «voy a desmontarles el negocio a todos los que

    pueda. Y a los que no pueda, a limitárselo al máximo. A lo

    imprescindible»; «aquí hay dos autonomías históricas que tendrán algo

    más de cuartelillo, dentro de un orden. Y el resto, a mamarla a Parla».

    «Y el que quiera entrar en política para servir al pueblo, que se lo

    pague de su bolsillo».

    Pero dudo que haga eso, señor presidente. Es tan prisionero de su

    propia chusma político-autonómica como el PSOE lo es de la suya. Ese

    toque de jacobinismo es ya imposible. Tiene gracia. No paran de hablar

    de soberanía respecto a Europa quienes son incapaces de ejercerla en su

    propio país. Sobre sus políticos. Dicho en corto, señor presidente: no

    hay cojones. Seguirán pagándolo los mismos, cada vez más, y seguirán

    disfrutándolo los de siempre. El negocio autonómico beneficia a

    demasiada gente.

    Usted, señor presidente, como la oposición si gobernara, como

    cualquiera que lo haga en España, seguirá yendo a lo fácil. A cargar a

    una población triturada, con cinco millones de parados, lo que no se

    atreven a cargar sobre sus desvergonzados socios y compadres. Seguirá

    haciéndonos aun más pobres, menos sanos, menos educados. Hasta el ocio

    para olvidarlo y la cultura para soportarlo serán imposibles.

    Así que cuando lo pienso, a veces se me va la olla y me veo deseando

    una intervención exterior. Que le vayan a frau Merkel con derechos

    históricos, defensores del pueblo, inmersiones lingüísticas, embajadas y

    golferías autonómicas. De tanto reírse, le dará un ataque de hipo. De

    hippen, o como se diga allí.

    Lo escribía el poeta Cavafis en Esperando a los bárbaros. Quizá los

    bárbaros traigan una solución, después de todo. Para esto, que nos

    invadan los bárbaros de una puta vez. Que todo se vaya al carajo y el

    Sentido Común reconozca a los suyos. Si quedan.

    Recristo. Qué a gusto me he quedado esta tarde, señor presidente. Lola

    acaba de abrir el bar. Esta noche me emborracho. Como Gardel en el

    tango. Fiera venganza la del tiempo. Parece un título de Lope de Vega.

    Un tango adecuado para este pasaje».»

  • los hermanos calatrava inseparables dice:

    Bueno,en «el jueves» de hace un par de semanas,decían «1001» razones para echar a Rajoy.A lo que salía Rajoy en la portada riéndose y diciendo «¿sólo 1001.? …pringaos,que sois unos pringaos»…joder,lo que me pude reir con esa portada

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