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Y si el seguimiento de la huelga fue un éxito completo, todavía más, si cabe, lo fueron las manifestaciones y concentraciones realizadas en alrededor de 500 localidades de todo el país.
Aunque las manifestaciones oficialmente convocadas por los sindicatos fueron 111, en realidad, a iniciativa de los trabajadores y sindicatos locales, se celebraron multitud de manifestaciones y concentraciones a lo largo de toda la mañana del día 29.
Por poner sólo un ejemplo, en la provincia de Alicante había oficialmente convocadas 3 manifestaciones, en la capital, Elche y Alcoy. Pero realmente se celebraron 7 manifestaciones en otras tantas localidades y alrededor de 50 concentraciones en toda la provincia. «Las manifestaciones han sido na demostración masiva de fuerza del frente de rechazo a los recortes y la reforma laboral de FMI y Berlín»
Y eso sin contar con que la masiva asistencia de los trabajadores a los piquetes informativos (que en casi todas partes duplicaron o triplicaron el número habitual de otras huelgas), convirtieron en muchos lugares su actividad en auténticas manifestaciones, como ocurrió en la Gran Vía madrileña a partir de las 12 de la noche o en el centro de Valencia, que estuvo cortado al tráfico entre las 10 y las 12.30 de la mañana por la multitudinaria asistencia al piquete de banca y comercio encargado de informar de la huelga en el centro comercial y financiero de la ciudad.
La asistencia a las manifestaciones desbordaron las previsiones de los propios convocantes. Madrid y Barcelona, con alrededor de medio millón de manifestantes, Valencia, con más de 250.000, Vigo, Sevilla, A Coruña, Oviedo, Tenerife,… vivieron algunas de las manifestaciones más multitudinarias de su historia.
En total, y pese a la dificultad de conocer el número exacto, dada la disparidad de cifras ofrecidas por sindicatos y gobiernos locales, podemos afirmar sin ninguna duda que al menos 4 millones de personas salieron a la calle el 29-M. Una demostración masiva de fuerza del frente de rechazo a los recortes y la reforma laboral de FMI y Berlín, que hasta los propios medios de comunicación que han tratado de ocultar el éxito del seguimiento de la huelga, se han visto obligados a reconocer.