2018, año electoral decisivo para América Latina

Elecciones decisivas desde México a Brasil, desde Colombia a Paraguay, desde Venezuela a Costa Rica. El año que entra estará trufado de citas electorales decisivas en varios países claves del continente hispano.

En ellas -con distintos contendientes- se enfrentarán dos tendencias: los candidatos designados por Washington y las oligarquías locales para mantener su dominio; y las opciones progresistas y revolucionarias que luchan por políticas redistributivas de la riqueza, ganando en soberanía frente a los dictados hegemonistas.

Un cálido viento del Sur recorre América Latina. En la primera década del siglo, toda una serie de países vieron como gobiernos de corte progresista y soberanista conformaban un auténtico frente antihegemonista latinoamericano -Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Paraguay, Cuba, Nicaragua, Honduras…- una mayoría de gobiernos que desafiaron el poder del Norte imperialista y desterraron la imagen del Continente como «patio trasero de los EEUU». En los últimos años, el Norte estadounidense ha lanzado violentas tormentas y huracanes -en forma de desestabilización, golpes blandos, pucherazos, impeachments fraudulentos y sabotajes económicos- que han logrado derribar a gobiernos como el de los Kirchner en Argentina o los del PT en Brasil. Pero pronto ese gélido aquilón imperialista ha mostrado sus límites: puede hacer caer gobiernos, pero es incapaz de conquistar el apoyo mayoritario.

Macri gobierna en Buenos Aires, pero sus draconianas y reaccionarias políticas han puesto en pie a un formidable movimiento popular, que arrecia creciente. Temer ocupa ilegítimamente el Palacio de Planalto, pero sus antipopulares medidas han hecho que la izquierda carioca vuelva a sacar músculo y sea favorita en las encuestas. Las fuerzas del imperialismo y la reacción han perpetrado recientemente un escandaloso pucherazo electoral en Honduras, pero ¿serán capaces de gobernar un país levantado de indignación?. Como todo meteorólogo sabe, el viento cálido austral siempre acaba ascendiendo, y los gélidas masas de aire del Norte están condenadas a descender.

Este año, esas dos corrientes se volverán a confrontar en las urnas y en las calles, en comicios que determinarán el futuro inmediato de algunos de los países más importantes de la región. Las fuerzas que se enfrentarán son poderosas y no han mostrado aún todas sus cartas. Las del Norte tienen aparatos de Estado, gorilas golpistas y medios de comunicación. Las de los pueblos cuentan con una notable organización, una valiosa conciencia y una firme voluntad.

Brasil, 7 de octubre. Elecciones presidenciales, parlamentarias y a gobernadores

Brasil es el gigante económico y político de América Latina, y tanto la oligarquía y la derecha carioca como la embajada norteamericana han demostrado que están dispuestos a jugar sucio, muy sucio, para impedir que el Partido de los Trabajadores y su histórico líder, Lula da Silva, vuelvan a ganar las elecciones. Para ello han utilizado el ariete de la «lucha contra la corrupción», con el que fabricaron un juicio político contra Dilma Rousseff, que acabó siendo destituída por un Parlamento cuyo presidente -Eduardo Cunha, del partido de Temer- es la figura más corrupta de Brasil. Un impeachment que puso en la presidencia a Michel Temer, que nunca ganó unas elecciones y que ha dedicado estos meses ha ejecutar draconianas políticas al servicio de los terratenientes, de las grandes fortunas y del capital extranjero.

Pero las elecciones presidenciales son en octubre, y Lula -con un prestigio entre las clases populares difícil de igualar- es el claro favorito, con un 38% de intención de voto… y la figura política a abatir. Para desgastar el enorme tirón electoral de Lula, el expresidente tiene abiertos varios casos de supuesta corrupción, pero no está claro que puedan impedir que se presente. Ni mucho menos que sus enemigos tengan tiempo de promocionar a un candidato oponente que le haga sombra -a Lula o a otro candidato del PT- en las urnas.

Venezuela, 7 de octubre. Elecciones presidenciales.

Otra cita electoral trascendental para América Latina está en Venezuela (elecciones presidenciales el 7 de octubre, el mismo día que en Brasil). En ellas, un chavismo que ha atravesado un 2017 crítico y extremadamente difícil tratará de revalidar su apoyo en las urnas. De momento, la oposición apoyada por Washington atraviesa uno de sus peores momentos, marcada por tensiones internas, divisiones y por haber perdido cuotas de poder regional al haber mantenido su decisión de no concurrir a las recientes elecciones a gobernador. Los bolivarianos han recuperado fuerza, pero el país está intensamente polarizado y el hegemonismo norteamericano ha demostrado tener capacidad para tensar y desestabilizar Venezuela. Aún quedan muchos meses.

México, 1 de julio. Elecciones federales (presidenciales y legislativas)

Este año, México afrontará una elección presidencial endiabladamente complicada. El presidente priísta Peña Nieto ha visto como su gestión -trufada de casos de corrupción, de violencia insoportable y de contínuos atropellos a los intereses populares- se ha saldado con una pérdida de popularidad difícil de remontar para su sucesor (elegido a dedo), un anodino economista llamado Antonio Meade. Al otro lado del Rio Grande, la actitud hostil y dominante de Donald Trump contra los mexicanos, y la postura sumisa de Peña Nieto frente a sus bravatas tampoco ayuda al PRI, el partido que ha gobernado México -con pucherazos electorales un caciquismo escandaloso- durante décadas. Washington y la oligarquía tienen una opción B, el PAN -partido que gobernó con Fox y Calderón- pero cuyo recuerdo no es nada agradable para la mayoría de la población.

Frente a esos dos se presenta el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) encabezado por Andrés Manuel López Obrador, antiguo candidato por el PRD que ha ido radicalizando su mensaje. Desde luego se ha ganado la animadversión de EEUU, que lo considera poco más o menos que la opción «bolivariana» para México, y el apoyo de una gran mayoría de la izquierda azteca. Es el favorito en todas las encuestas.

Colombia, mayo-junio. Elecciones presidenciales.

Las elecciones de primavera en Colombia están sometidas a un buen número de variables. Una de ellas es la consolidación del Proceso de Paz con las FARC en las que Juan Manuel Santos -un candidato bien considerado en Washington, aunque más con Obama que con Trump- ha puesto buena parte de su capital político.

En la izquierda, los excombatientes de las FARC se medirán por primera vez en las urnas con los partidos tradicionales. Pero actualmente las encuestas las encabeza Sergio Fajardo -exalcalde de Medellín y gobernador de Antioquía- por Coalición Colombia, un candidato moderado, pero apoyado por el referente de la izquierda antihegemonista: el Polo Democrático Alternativo (PDA), un frente amplio donde cohabitan, en torno a un programa común, desde fuerzas progresistas hasta los comunistas del MOIR.

Combates electorales por todo el continente.

Entre febrero y abril se celebrarán elecciones en Costa Rica. También en Paraguay, tras un año convulso en el que los disturbios han llegado a incendiar el Parlamento. En las elecciones paraguayas se enfentarán Mario Abdo Benítez -que no solo cuenta con el respaldo de la embajada yanqui, sino que perteneció al círculo más íntimo del la dictadura de Stroessner- y a Efraín Alegre candidato único de la coalición entre el Partido Liberal y el Frente Guasú, considerado un sucesor del proyecto de Fernando Lugo, quien fuera destituido por golpe parlamentario en 2012 instigado desde Washington.

5 comentarios sobre “2018, año electoral decisivo para América Latina”

  • Pedro Chavarria dice:

    Hola muy buenas tardes, me pareció un artículo muy interesante señor David y me a animado a expresar mi opinión al respecto del tema, que es lo que todo buen artículo debe hacer. Yo no sé si usted sea latino o haya vivido en Latinoamérica, así que daré mi punto de vista diciendo, si usted no ha vivido la situación latinoamericana de algunas de estas dos formas, le han vendido la moto del discurso de todos los presidentes socialistas del momento en esta bella región del mundo, discurso que para mi es unas absurda falta de ingenio, y si usted a vivido de primera mano la situación, me parece que no ha visto el panorama completo o en el País que lo ha vivido está yendo bien la cosa. Yo solo pudo hablar de mi país, Bolivia, y le diré que más importante que señalar las elecciones como una lucha entre yankis y héroes socialistas, es señalar que estas elecciones que vienen serán el equivalente a estar entre la espada y la pared, al menos en mi país; estamos entre una derecha opositora, que está más oxidada que buque hundido, que solo vela por sus intereses comerciales he inclusive le hace la pelota al gobierno cuando le conviene, e inclusive cree que los gringos nos van a ayudar cuando se puede ver que a ellos ya le importamos muy poco pues están viendo hacia Asia ahora, y una izquierda en el gobierno que son un montón de corruptos que roban el dinero de la gente, se contradicen a sí mismos y a la constitución que ellos aprobaron solo porque ya no les es beneficiosa solo a ellos y se han estancado pasando incluso sobre lo que el pueblo dice y esto no es obra de los gringos.
    Yo la verdad creo que esto es muy importante de ver y de hablar que del discurso clásico de la guerra fría que ya está pasado y no sirve para estos momentos, yo no sé si alguien leerá esto o mi opinión servirá para hacer pensar, pero aquí están sincera y expresada. Gracias

  • carlos kenobi dice:

    Un año decisivo,pardiez,no cabe la menor duda.Pero yo a lo que voy,es al mayor logro de Lula,del que ya habla Lenin:»la organización».Como me contaba una militante de UCE y también militante del PT brasileño,Lula tenía tantos organizados por todas partes y en tantos sectores,que en un milisegundo podían paralizar el país.Como también dice Lenin:»hacer la Revolución es organizarla».Lo veo claro,hay que organizarse y paralizar España –> https://issuu.com/deverdad/docs/ficha-adhesion-a-uce_20110218_232828 .Macho,y a ver cuando hacéis una ficha de asociación a UCE en la página del partido,que os lo llevo reclamando mil veces.»Ni una sóla ciudad,ni un sólo pueblo,ni un sólo barrio,ni un sólo centro de trabajo sin un comité de UCE»

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