2009: China en el centro del escenario mundial

«2009 es un año de gran significación en la historia de la diplomacia china, y es también un año de avance integral de la diplomacia china en las cuatro esferas: relaciones con grandes potencias, relaciones con paí­ses circundantes, relaciones con los paí­ses en ví­as de desarrollo, y relaciones variadas.»

El mundo ha cambiado. El mundo ha entrado desde la éoca de la guerra y la revolución a la época en que la paz y el desarrollo pasan a ser temas principales. Este es el cambio más grande en la historia de las relaciones internacionales. La búsqueda de la paz, la promoción del desarrollo y el esfuerzo por la cooperación han pasado a ser corrientes incontenibles. Esta coyuntura, esta gran situación internacional, es muy favorable para el desarrollo y la emergencia de China. En las relaciones internacionales está surgiendo una corriente poderosa: un número de países en vías de desarrollo están emergiendo, lo que tiende a cambiar la fisonomía del mundo en el siglo XXI. La fuerza principal de esta corriente es Asia, y China es un país muy representativo de ella. La emergencia de países en vías de desarrollo está cambiando la correlación de fuerzas del mundo. En la década de los 70 del siglo pasado, el volumen económico global de los 7 países occidentales ocupaba un 70% de la economía mundial. Hoy, calculando a base del poder adquisitivo medio, el volumen económico global de los países emergentes ya ha ocupado la mitad del volumen global. THE WASHINGTON POST.- A falta de unas pocas semanas del primer aniversario del presidente Obama en la Casa Blanca, los análisis, retrospectivas y deconstrucciones del primer año están en curso. En esa tradición, ninguna actividad es más popular que el intento de definir la política exterior de un presidente. Un tema recurrente parece ser que Obama debería dejar de ser el chico más popular del mundo, algo que no está funcionando. Así lo escribe Peter Beinart en la revista Time, elogiando a Obama por la "reducción" de la lucha contra el terrorismo, pero advierte que tachar los nombres de su lista de enemigos no es suficiente: "Los otros también tienen que sacarnos de su lista de enemigos". China. Diario del Pueblo China está en el centro del escenario mundial 2009 es un año de gran significación en la historia de la diplomacia china, y es también un año de avance integral de la diplomacia china en las cuatro esferas (relaciones con grandes potencias, relaciones con países circundantes, relaciones con los países en vías de desarrollo, y relaciones variadas). Bai Songya, presentador del telediario de la Televisión Central, me pidió sintetizar en una palabra la diplomacia china de 2009. Elijo la palabra “nueva”. ¿Porqué? La razón es que el punto más brillante de la diplomacia china de 2009 es la llegada de China al centro del escenario mundial. En los últimos más de cien años desde la Guerra del Opio, vivimos durante largo tiempo al margen del escenario mundial. Después de la fundación de la República Popular China en 1949 China ha emprendido el camino de la emergencia. Desde la reforma y la apertura del país iniciadas en 1978 por la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido Comunista de China, empezamos a avanzar desde el margen hacia el centro del escenario mundial. La crisis financiera estallada en el año pasado ha acelerado este proceso, y en 2009 ya estamos en el centro del escenario mundial. Esto no puede ser sino un nuevo acontecimiento trascendental en las relaciones mundiales. ¿Qué es lo que impulsa a China hacia el centro del escenario mundial? Pienso que son la coyuntura internacional, la ventaja geográfica y los esfuerzos humanos. Por coyuntura internacional se entiende que el mundo ha cambiado. El mundo ha entrado desde la época de la guerra y la revolución a la época en que la paz y el desarrollo pasan a ser temas principales. Este es el cambio más grande en la historia de las relaciones internacionales. La búsqueda de la paz, la promoción del desarrollo y el esfuerzo por la cooperación han pasado a ser corrientes incontenibles. Esta coyuntura, esta gran situación internacional, es muy favorable para el desarrollo y la emergencia de China. Por ventaja geográfica se entiende que China se halla en Asia. En las relaciones internacionales está surgiendo una corriente poderosa: un número de países en vías de desarrollo están emergiendo, lo que tiende a cambiar la fisonomía del mundo en el siglo XXI. La fuerza principal de esta corriente es Asia, y China es un país muy representativo de ella. La emergencia de países en vías de desarrollo está cambiando la correlación de fuerzas del mundo. En la década de los 70 del siglo pasado, el volumen económico global de los 7 países occidentales ocupaba un 70% de la economía mundial. Hoy, calculando a base del poder adquisitivo medio, el volumen económico global de los países emergentes ya ha ocupado la mitad del volumen global. El cambio en la fuerza económica conlleva naturalmente cambio del derecho a la palabra. Es un buen ejemplo la recién Conferencia de Copenhague. Los grandes problemas económicos del mundo fueron en general decididos por unos países desarrollados después de la discusión entre ellos. Los demás países tenían escaso derecho a la palabra. Pero hoy la situación ha cambiado. El cambio climático es un serio desafío que enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Para hacerle frente, los países desarrollados tienen derecho a la palabra, y los países en vías de desarrollo también lo tienen. Es por ello que en la Conferencia de Copenhague, EEUU, Europa y Japón consultaron con China, India, Brasil y Sudáfrica. Si bien el acuerdo de Copenhague no tiene fuerza obligatoria, constituye un paso que ha dado la humanidad en su lucha contra el cambio climático. Considero que cuando el mundo llegue a un acuerdo obligatorio para hacer frente al cambio climático, no negará ni subestimará el significado del acuerdo de Copenhague. Entre los tres factores, el esfuerzo humano es lo más importante. Por esfuerzo humano entendemos que la dirección colectiva de segunda generación del PCCh con Deng Xiaoping como núcleo, después de tomar plena consideración de los cambios del mundo y de la emergencia de Asia, definió la construcción económica como el centro de su agenda, adoptó la orientación de la reforme y la apertura, y liberó en gran medida las fuerzas productivas de China. Entre los factores principales de las fuerzas productivas, el esfuerzo humano es el más importante. Los cambios de China registrados en los últimos 31 años son resultado de la emancipación de las fuerzas productivas, y la iniciativa y la creatividad de los chinos están puestas en juego en pleno sentido. Desde luego, para llegar al centro del escenario mundial, China tiene que enfrentar una nueva situación. Es necesario pasar por un proceso de prueba en tempestades y acumular experiencias. Pero con la presencia de los tres factores favorables, China podrá sin duda hacer una contribución relativamente grande a la humanidad, tal como lo esperaba el presidente Mao Zedong. DIARIO DEL PUEBLO. 31-12-2009 EEUU. The Washington Post Buscando la Doctrina Obama Carlos Lozada A falta de unas pocas semanas del primer aniversario del presidente Obama en la Casa Blanca, los análisis, retrospectivas y deconstrucciones del primer año están en curso. (¡Ya era hora!) En esa tradición, ninguna actividad es más popular que el intento de definir la política exterior de un presidente, a la que siempre se la describe como "La doctrina [rellenar aquí con el nombre del Presidente]". Así, ¿se ha encontrado una doctrina Obama? Y si es así, ¿es buena? A juzgar por una serie de paneles de los think tank, grandes artículos de la prensa y ensayos de revistas, tanto conservadores como liberales, los comentarios son ambivalentes, en el mejor de los casos. Si hay una doctrina de Obama, se trata de una combinación de compromiso diplomático-trayectoria de política exterior antibush, y pocos parecen creer que esté funcionando demasiado bien. Escribiendo en la edición de enero/febrero de Asuntos Mundiales, a Robert Kagan, de la Fundación Carnegie, le preocupa que Obama haya renunciado incluso antes de jugar, simplemente hay que administrar lo que él ve como inevitable decadencia del país en un mundo "post-estadounidense". Peor aún, tratando de ser el convocante de las naciones y un "amigo de todos", dice, Obama está dejando de lado viejas alianzas y acomodándose a rivales como China y Rusia. Charles Lane de The Washington Post añade que los esfuerzos de Obama para el cambio de marca de América como un buen ciudadano global puede impresionar a gente como Bono y los miembros del Comité Nóbel, pero dejan los ciudadanos en los regímenes autocráticos preocupados de que ya no tienen un amigo en Washington. (Como Kagan, él también critica a Obama que asuma que su convincente historia personal ayudará a Estados Unidos en el escenario mundial.) Ed Pilkington, de The Guardian, es más optimista sobre el alcance diplomático de Obama, pero admite que los interlocutores de Obama en los regímenes perversos del mundo no le han correspondido. Escribiendo en Foreign Affairs, Zbigniew Brzezinski parece considerar a Obama como un alumno que no ha estado a la altura de su potencial. El presidente tiene un "verdadero sentido de la dirección estratégica", escribe, dándole a prestigio Obama, para poner fin al paradigma de la "guerra contra el terror", tratar a China como socio, y reconocer que AfPak es un problema tanto político como militar, entre otros asuntos. Pero incluso Brzezinski reconoce que hasta el momento, Obama "ha generado más expectativas que avances estratégicos" y aún tiene que pasar de orador a estadista. Sin embargo, le da un poco de margen, culpando a los grupos de presión exterior, la blogosfera y los americanos (realmente) estúpidos para no apoyarle. Un tema recurrente parece ser que Obama debería dejar de ser el chico más popular del mundo, algo que no está funcionando. Así lo escribe Peter Beinart en la revista Time, elogiando a Obama por la "reducción" de la lucha contra el terrorismo, pero advierte que tachar los nombres de su lista de enemigos no es suficiente: "Los otros también tienen que sacarnos de su lista de enemigos". THE WASHINGTON POST. 2-1-2010

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